Los Grizzlies se lo pasan bien
Otro gran partido en ataque de un equipo que está en racha y promedia más de 120 puntos y 30 asistencias por noche. Aldama, a gran nivel.
Los Grizzlies están de vuelta… y veremos si mejor que nunca. El equipo que fue segundo del Oeste con 56 y 51 victorias en dos temporadas consecutivas y se hundió la pasada (27-55) por una plaga bíblica de lesiones, emerge de nuevo: 120-109 contra unos Pelicans que son ahora mismo un paisaje desolador, un equipo carcomido por las ausencias, por las entradas y salidas de los partes médicos, y al que casi no le queda, ahora mismo, ni carácter para rascar una victoria aquí o allá. Apila siete derrotas seguidas y trece en los últimos catorce partidos, es último del Oeste (4-16), está a seis del décimo puesto (el último de play in) y tiene un calendario muy duro en diciembre. Para el cambio de año, cualquier conversación cómoda sobre el futuro y cualquier esperanza de que este no sea otro año perdido puede estar ventilada.
Los Pelicans siguen sin Zion Williamson, Herb Jones, Jose Alvarado y un Brandon Ingram que se ha sumado a la lista de bajas cuando han salido de ella Cj McCollum, Dejounte Murray y Trey Murphy. El equipo de Luisiana, donde cada vez parece menos probable que Willie Green encuentre respuestas en su pizarra, empieza a tener algo parecido a un quinteto reconocible, aunque sigue sin saber nada (nada bueno) sobre el futuro a medio plazo de Zion, otra vez fulminado por una lesión muscular y devuelto a la casilla de salida.
Después de la espantosa debacle en su pista, entre abucheos masivos, contra los flojos Raptors, los Pelicans pusieron más intensidad y más empeño, pero se quedaron lejos de los Grizzlies. Fallaron muchos tiros liberados, concedieron en la primera parte muchos puntos tras pérdida y, claro, sacaron muy poca producción del banquillo con la rotación tan limitada. McCollum anotó 30 puntos, Murray hizo un esfuerzo sincero por llegar a algún sitio, aunque con muchos errores (21 con 6 asistencias, 6 rebotes y 7 pérdidas), y Murphy necesitó 23 tiros para anotar 21 puntos. El rookie Yves Missi (16 puntos, 14 rebotes) sigue siendo una de las pocas buenas noticias en una franquicia en la que, en todo caso, no sonríe nadie ahora mismo.
Si el año acaba siendo de reflexión, reagrupamiento y reinicio, los Pelicans pueden usar como ejemplo a estos Grizzlies reflexionados, reagrupados y reiniciados. Que también han tenido muchos problemas de lesiones (una vez más) pero que suman cinco victorias seguidas y están 13-7, cuartos del Oeste. Es su mejor inicio nueve años, y es solo la séptima vez en toda la historia de la NBA que un equipo promedia más de 120 puntos y 30 asistencias en los primeros veinte partidos de una temporada. En los últimos 34 años solo lo han logrado los Pacers del curso pasado y estos Grizzlies que son un equipo bonito de ver: móvil, coral, generoso, físico y colectivo. Con mucho peso en las zonas para no depender en exceso del triple y con una rotación profundísima en la que, por ahora, hay espacio para todos: esta vez 46 puntos del banquillo y en la temporada 48,3 de media, solo por detrás de los Warriors (52). Los de Tennessee también son los mejores en pases de canasta: esta vez acabaron con 36.
Muy mejorados en ataque, los Grizzlies cuentan también con una versión más seria de Ja Morant en defensa. El base, que se ha perdido nueve de los últimos diez partidos, parece empeñado en mejorar en las cosas que no hacía bien… dentro de la pista (en las otras, por ahora, parece que también ha dejado atrás los líos): intensidad y esfuerzo atrás, más madurez para liderar más allá de su obvia capacidad para anotar canastas de póster. Acabó con 27 puntos y 7 asistencias, y cedió en el último tramo el testigo a un Jaren Jackson Jr que también está a un excelente nivel (23 puntos, 8 rebotes). Del big three, que todavía no ha estado al completo en dos partidos seguidos, el que más está sufriendo para tener su cuota de tiros y protagonismo es un Desmond Bane por ahora al servicio del grupo (7 puntos, 3/8 en tiros, 17 puntos totales en los últimos tres partidos).
El banquillo, sí, es una de las fortalezas obvias de estos Grizzlies, que esperan el regreso del gigante Zach Edey y ya tienen establecido como titular a su otro rookie, el sorprendente (para muy bien) Jaylen Wells. Marcus Smart (11 puntos, 6 asistencias, presencia para evitar sustos en el último cuarto) y Santi Aldama (20 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 8/9 en tiros, 3/3 en triples) fueron las cabezas visibles de una rotación larguísima y multidisciplinar. Smart y Aldama anotaron seis de los 12 triples de un equipo en el que los titulares se quedaron en un terrible 3/16. El canario, brillante en la primera parte (16 puntos) está en su mejor nivel con otro obvio paso adelante en lo que es la perfecta definición, por ahora, de su carrera: cada temporada un par de trucos nuevos, cada una mejor que la anterior. En el quinteto que cerró el partido (con Morant, Smart, Bane y Jackson Jr), Aldama se ha establecido como un jugador muy importante en uno de los equipos más en forma de la NBA. Uno que, por cierto, ganó por primera vez (después de seis derrotas entre la temporada pasada y esta) un partido de NBA Cup. No por casualidad, el que era también el primero de In-Season Tournament para Ja Morant.
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