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Los Angeles LakersLAL
117
Memphis GrizzliesMEM
111
Finalizado

NBA | PLAYOFFS 2023 | LAKERS-GRIZZLIES (3-1)

En el nombre del Rey

LeBron metió la canasta para forzar la prórroga y lideró la victoria en los 5 minutos finales. Los Lakers se ponen 3-1 y rozan las semifinales. El Rey reclama su corona.

Apr 24, 2023; Los Angeles, California, USA; Los Angeles Lakers forward LeBron James (6) reacts with forward Anthony Davis (3) after making a basket and drawing the fould against the Memphis Grizzlies during overtime in game four of the 2023 NBA playoffs at Crypto.com Arena. Mandatory Credit: Gary A. Vasquez-USA TODAY Sports
Apr 24, 2023; Los Angeles, California, USA; Los Angeles Lakers forward LeBron James (6) reacts with forward Anthony Davis (3) after making a basket and drawing the fould against the Memphis Grizzlies during overtime in game four of the 2023 NBA playoffs at Crypto.com Arena. Mandatory Credit: Gary A. Vasquez-USA TODAY SportsGary A. VasquezUSA TODAY Sports via Reuters Con

Los Lakers sobreviven a todo. Es la sensación que dan tras una temporada en la que empezaron 2-10, nadaron en el pozo del puesto 13 del Oeste durante muchas semanas y luego se sobrepusieron a toda adversidad posible para ser el mejor equipo de su Conferencia desde el parón del All Star, hacer un 18-9 para acabar la temporada y ganar en el play in, sin ninguna brillantez, a unos Timberwolves que amenazaron con alargar sus esfuerzos. Con ellos pudieron los Lakers, al igual que en el primer partido de la primera ronda con los Grizzlies. Y lo mismo han hecho en el tercer y cuarto asalto tras dejarse el segundo, algo que no parecía tan importante recuperada la ventaja de campo. El duelo inicial de Los Ángeles se resolvió con solvencia. El siguiente no tanto: victoria en la prórroga (117-111), pero demostrando una vez más una capacidad para sobreponerse extraordinaria. Como si la necesidad imperiosa de acortar la serie, que no sabemos cuánto va a durar, contara más que las intentonas de los Grizzlies por empatarla.

En la primera parte, el guion parecía casi calcado al del choque anterior a pesar del 0-6 inicial de sus rivales. Se llegaron a ir de más de 15, encontraban espacios de forma constante, buenos tiros y mucho acierto. Aunque así no se explica que Jared Vanderbilt anotara los 7 primeros puntos de su equipo y 10 de los 12 iniciales. Él brió la lata y luego llegó el buem juego. Pero los Grizzlies ajustaron cuando se vieron virtualmente fuera de la serie y al descanso apretaron el partido (54-52). En el tercer cuarto mandaron y en el último llevaron durante mucho tiempo la batuta. Era de esperar una reacción en cadena muy poca de playoffs, apretando en un partido cuando has perdido el anterior. Se encomendaron a Desmond Bane, que se fue a 36 puntos totales con 13 de 29 en tiros, pero 3 de 12 en triples, con 7 rebotes y 3 asistencias. A un muy intermitente Ja Morant (19, pero 8 de 24 en el lanzamiento). Y a Jaren Jackson, que cuajó una fabulosa actuación en las trincheras (14+14, con 5 tapones).

Ni así pudieron. Darvin Ham se la jugó y le salió bien: los Lakers empezaron el último cuarto con 1 de 9 en el tiro y ya arrastraban unos problemas enormes del periodo anterior. El entrenador, cuestionado a veces por sus decisiones en lo referente en la rotación, metió a D’Angelo Russell y sentó a Rui Hachimura, que no tuvo su mejor partido en ataque (7+6, 2 de 9 en tiros), pero cumple en defensa más que el base, al que ya le buscaron de forma casi descarada en el segundo asalto. Algo que los Grizzlies volvieron a hacer, con bloqueos constantes para que se emparejara con Morant y así tener más facilidades en la ofensiva. Pero a Ham eso le daba igual: necesitaba un desatascador, un microondas. Alguien que cogiera la batuta y anotara de una vez. Y lo consiguió: Russell convirtió dos triples seguidos que convirtieron un 90-97 en un 96-97. Tras un tiempo muerto de Taylor Jenkins, descerrajó uno más. Y todavía pudo anotar otros tres, pero esta vez no hubo tanta suerte. Daba igual: a 1:45 del final, se iba al banquillo tras cometer su sexta falta. El trabajo estaba hecho. Eran otros los que tendrían que rematar.

En concreto, LeBron James. No fue el partido más brillante de la leyenda en activo, pero se fajó en el rebote y apareció al final, cuando lo hacen las grandes estrellas. Una penetración de Hachimura no encontró canasta, sino un tapón de Jaren Jackson con los árbitros obviando lo que parecía una clara falta de Xavier Tillman. En el contraataque, Morant habilitó a Bane, que machacó a placer. Era un 102-104 con menos de 7 segundos para la conclusión. Y ahí apareció LeBron, que en la penetración puso el balón muy arriba para evitar el tapón de Jackson. Dio en la parte más alta del tablero y entró. Los Grizzlies lo intentaron con 0,8 para el final, pero Davis taponó a Morant y LeBron, de forma tan anecdótica como poética, la metió fuera de tiempo desde su campo. En la prórroga convirtió 4 tantos más. Acabó con 22 puntos (8 de 18 en tiros y mal de nuevo en el triple, con 1 de 7) y 20 rebotes, además de 7 asistencias y 2 tapones. El primer 20-20 de su carrera (y el primero de los Lakers desde Shaquille O’Neal en 2004) y también la primera vez que llega a semejante número de rechaces. Con 38 años y en su 20ª temporada en la NBA, se sigue superando a sí mismo. Tremendo.

En los Grizzlies, faltó concreción al final. Ahora veremos si tirarán del poder de su pista en Memphis o realmente dan por perdida la temporada. El 95% de equipos que cuentan con una ventaja de 3-1 en una serie acaban pasando, una losa demasiado grande para un equipo excesivamente desmadejado. Su 9 de 42 en triples fue paupérrima y la decisión de los Lakers de dejar al enemigo público número 1, Dillon Brooks, lanzar desde fuera, está saliendo a la perfección. El controvertido jugador se va del Crypto con dos partidos en los que ha acumulado con un 7 de 22 en tiros de campo y un 2 de 12 en triples, 1 de 7 esta noche. Taylor Jenkins tiró muy poco del banquillo (Santi Aldama disputó poco más de 7 minutos) y no quiso dar más tiempo de juego a Luke Kennard, el mejor triplista de la presente temporada (roza el 50%). Una decisión controvertida cuando tus jugadores no consiguen convertir el lanzamiento exterior en un arma. Algo que pesa en demasía en la NBA actual.

Así están las cosas. Los Lakers se ponen 3-1. Viajan a Memphis para intentar cerrar la serie por la vía rápida o hacer lo propio en Los Ángeles en el sexto encuentro. De una forma u otra, tienen tres balas. Anthony Davis se cayó en la primera parte y jugó con un amortiguador en la cadera el resto del duelo (ojo con eso), lo que le llevó a un mal partido: 3 de 14 en tiros para un 12+11+2+2+4. Activo en defensa, pero poco explosivo y superado a ratos por Tillman (muy activo, con 12+8+6). Dennis Schröder (12) es el elegido para jugar los minutos finales junto a Hachimura, Austin Reaves (otra vez genial: 23+4+6) y, claro, LeBron y Davis. Los menos de 20 minutos de Vanderbilt fueron espectaculares (15+6+1, con 3 tapones). Ahora, camino a Memphis a una victoria de las semifinales de Conferencia, donde jugarían con Kings o Warriors (que van 2-2). Sí, han leído bien: semifinales de Conferencia. Quién iba a decir esto en octubre. Pues, seguramente, ni el más optimista de los seres de este planeta. La revolución de los Lakers se juega en el nombre del Rey. Que reclama su corona. Impresionante.