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NBA | PLAYOFFS 2023 | WARRIORS-LAKERS (2-3)

Colosal: Curry lidera, Green explota y los Warriors fuerzan el sexto

Los Warriors plantearon un partido muy físico, se escaparon antes del descanso y mantuvieron luego la distancia. Curry, Wiggins y Draymond, los mejores. Davis se retiró por un golpe en la cara.

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Los Warriors plantearon un partido muy físico, se escaparon antes del descanso y mantuvieron luego la distancia. Curry, Wiggins y Draymond, los mejores. Davis se retiró por un golpe en la cara.
Los Warriors plantearon un partido muy físico, se escaparon antes del descanso y mantuvieron luego la distancia. Curry, Wiggins y Draymond, los mejores. Davis se retiró por un golpe en la cara.Kyle TeradaUSA TODAY Sports via Reuters Con

Tenía que ser y así ha sido: los Warriors no podían perder en su casa, ganan a los Lakers y fuerzan el sexto asalto. En el contexto de una serie que representa el fin de una era, cinco partidos iban a saber a poco. Habrá seis y ya veremos si siete. La estadística nos dice que sí: al fin y al cabo, el equipo de Steve Kerr lleva 28 eliminatorias consecutivas ganando al menos un duelo fuera de casa. Ya veremos si estos Lakers, una roca que va 5-0 en el Crypto Arena, consiguen romper una racha colosal, única en la historia de la NBA. De ser así, sería la primera derrota del vigente campeón en la Conferencia Oeste desde 2014, justo antes de que Kerr llegara al banquillo. Será una batalla épica, titánica, extraordinaria. Una más dentro de una rivalidad histórica, la de LeBron James contra la última gran dinastía de la NBA. Y con la sombra de un posible séptimo que nos retrotrae inevitablemente a 2016. Ahí, eran los Cavaliers los que llegaban de remontar y en dinámica ascendente. En caso de volverse a dar, la historia sería muy distinta. Esa serie, por cierto, fue una de las 13 en la que la franquicia que iba perdiendo 3-1 se acababa imponiendo. El balance en esos casos es de 264 a 13. Otro dato.

Los Warriors plantearon un partido muy físico, siempre al límite. En el último cuarto, un aturdido Anthony Davis puso rumbo al túnel de vestuarios tras recibir un duro golpe en la cara en una imagen que hemos visto repetida muchas veces y que hará, seguro, temblar a los fanáticos de los Lakers. Hasta que se sepa el alcance de su situación, habrá que esperar. Lo que sí sabemos es que el campeón fue a por todas y ganó, envalentonado por el Chase Center (121-106 al final), con un inicio brutal (19-7), una recuperación posterior de los visitantes (32-28 al término del primer cuarto) y un triple de Stephen Curry sobre la bocina que indicaba al descanso que daba el primer mordisco de ventaja (67-59), que aumentaba luego al inicio del tercer periodo (75-59). A partir de ahí, los Warriors supieron administrar la ventaja, sobrevivieron a los intentos de los angelinos de volver a meterse en el partido (104-95 a 5 minutos del final) y sentenciaron en el ataque, la defensa y el convencimiento de que pueden ganar la serie. Nunca, bajo ningún concepto, hay que dar por muerto a este equipo. Se han ganado ese derecho.

En un partido en el que hubo de todo, casi siempre del lado de los locales, los Warriors se fueron por encima del 50% en tiros de campo y del 37% en triples. Volvieron a alejar a Davis de la zona y ganaron la lucha por el rebote (53 a 41). Atosigaron a sus rivales, provocando hasta 14 pérdidas. Repartieron 29 asistencias, llegaron a ganar de 18 puntos, anotaron 38 en el segundo periodo y se movieron bien en defensa después. Tanto en el juego celestial como en el barro, las trincheras, los Warriors hicieron honor a su particular dinastía y se hicieron fuertes ante todo. La opción de Lonnie Walker IV esta vez no funcionó (4 puntos y 4 asistencias), la presencia de Jarred Vanderbilt fue tan efímera como irrelevante (0 puntos y 3 faltas en 11 minutos) y ni el buen partido (otra vez) de Austin Reaves (15+7+5) ni los 15 tantos de D’Angelo Russell sirvieron para nada. Tampoco los 14 de Dennis Schröder desde el banquillo. Los Lakers no tuvieron opción.

Stephen Curry fue de nuevo el mejor con 27 puntos y 8 asistencias (3 de 11 en triples, pero 12 de 24 en tiros de campo) en 39 minutos. Andrew Wiggins mostró el carácter y el nivel que necesitan los suyos (25+7+5). Y Draymond Green estuvo excelso: en defensa, en ataque e incluso en las protestas, bien dirigidas, el ala-pívot no tuvo miedo a mirar el aro y llegó a los 20 tantos, con 10 rechaces y 4 pases a canasta, siempre activo, 2 robos, 1 tapón. Su 7 de 11 en tiros de campo compensó sus 5 pérdidas. Klay Thompson sigue sin arrancar para 10 puntos y 3 de 12 en el tiro (pero hay cómo arranque...), Gary Payton II (otra vez titular) logró un 13+6 y Jordan Poole se fue a 11, con 4 asistencias. Entre Curry, Wiggins y Draymond los Warriors sumaron 72 de los 121 tantos del equipo. Y dio tiempo incluso para que saltaran a pista los menos habituales, ya con el partido sentenciado. No está nada mal para las estrellas: las de Golden State llevan ya 12 partidos a sus espaldas en playoffs. Y los Lakers 11, 12 si contamos el que tuvieron que jugar en el play in ante los Timberwolves. Tela.

LeBron y Davis estuvieron bien: 25+9+3 de uno (4 pérdidas) y 23+9+3 del otro (con 3). Da la sensación de que el Rey va para arriba, y así tendrá que ser en el sexto si los Lakers quieren ganar y no tener así que enfrentarse a la ignominiosa situación de disputar un séptimo fuera de casa, con todo lo que ello supone. Y no en cualquier casa, en la de unos Warriors que en el Chase Center han logrado un 33-8 de récord en regular season. El sexto será el epicentro del mundo en la noche del viernes al sábado (04:00, hora española). El momento en el que se puede acabar la historia eterna de una rivalidad legendaria o que podamos tener un capítulo más de la misma. Veremos en qué queda lo de Davis, si LeBron sigue su línea continua ascendente y cuáles serán los ajustes de Darvin Ham, que ha demostrado ser capaz de cambiar cosas clave de un partido a otro. Ahí será: en una oportunidad dorada para los Lakers. En un win or go home para los Warriors. Todo o nada. Ganar o morir. Que siga el espectáculo.