Scariolo-Willy: el cuento siempre acaba bien
Empeñado en convertir en una “superestrella” al pívot, el italiano ya se ha visto obligado en otros campeonatos a llamar la atención del madrileño en defensa.
“¡Qué te he dicho, qué te he dicho”! El grito de Sergio Scariolo sonó como un trueno en todo el Indonesia Arena. Se dirigía a Willy Hernangómez después de un despiste defensivo. La imagen es recurrente. “Willy no ha tenido su mejor partido. Ha hecho grandes partidos con España y seguramente jugará bien el siguiente y muchos más. Es una anécdota”, dijo el seleccionador en la sala de prensa para quitarle hierro al asunto por más que, obviamente, el rendimiento del pívot no había sido de su agrado. En cierto modo, el reproche a Willy recordó al ‘rapapolvo’ de Berlín en el partido de cuartos de final ante Finlandia. Antes incluso, en la primera fase de Tblisi, le había dejado sin jugar los últimos minutos en el partido contra Bélgica por su falta de dureza atrás ante Bako. Eso sí, España perdió aquel partido…
Pero es obvio que, a sus 62 años, todo lo que hace Sergio Scariolo tiene un sentido. Y las broncas a Willy, que ya roza la treintena, responden a alguien que sabe que su jugador puede dar más. “Lo de Willy es sencillo. Quiero que sea una estrella”, dijo a AS en una entrevista concedida en Berlín durante el pasado Eurobasket. “Y para ser una superestrella, su rendimiento defensivo debe ser igual que el ofensivo”.
El episodio del partido contra Brasil no es un capricho del italiano. El seleccionador es consciente de que cuando los obstáculos se hagan más altos en el campeonato, necesitará la producción anotadora de Willy en los últimos minutos pero, al mismo tiempo, tendrá que estar duro atrás. Scariolo, no obstante, también tiene buena memoria. Y sabe que puede esperar a Willy. Siempre que se le ha necesitado ha estado. Como en los cuartos de final del Mundial de 2019 ante Polonia. Como en todo el pasado Eurobasket, cuando no estaba entre los 15 mejores jugadores del torneo antes del inicio según los expertos y acabó siendo el MVP. Y que ha sabido esperar su oportunidad con humildad incluso cuando ya estaba para más, como en los Juegos de Tokio, donde esperó paciente su turno por detrás de los Gasol, que ya no estaban en su mejor momento. La única certeza es que Scariolo ha sido el entrenador que más rendimiento le ha sacado. Y que el cuento siempre ha acabado bien.