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MUNDIAL | EE.UU. 111 - ALEMANIA 113

Obst, el arma letal contra EE UU

El escolta jugó el partido de su vida en semifinales del Mundial. Después del torneo, se pondrá a las órdenes de Pablo Laso en el Bayern.

Actualizado a
Obst, el arma letal contra EE UU
ELOISA LOPEZREUTERS

Alemania hizo un partido perfecto en ataque para doblegar a Estados Unidos. No puede ser de otra manera contra un rival que, incluso sin sus versiones A o B y en un día de altibajos, rozó el triunfo hasta el final (111-113) contra el mejor equipo del Mundial, una Alemania que llega invicta a la final, la única selección que no ha perdido en todo el campeonato. Nadie, nunca, le había metido 113 puntos a Estados Unidos en un partido de Mundial o Juegos Olímpicos.

Alemania ganó con todas sus señas de identidad salvo, tal vez, las explosiones anotadoras de Maodo Lo desde el banquillo (se quedó en blanco). Pero Daniel Theis (21 puntos), con ayuda de Voigtmann Mo Wagner y Thiemann, dominó las zonas y Schröder jugó un partido fenomenal, bajo control (cero pérdidas, solo 13 tiros de campo) y muy efectivo: 17 puntos (casi todos cuando eran verdaderamente necesarios) y 9 asistencias. El resto quedó para la gran estrella, un Franz Wagner imperial (22 puntos). Y quizá todo eso no hubiera sido suficiente. El ingrediente extra, la gota que colmó el vaso de Estados Unidos, fue Andreas Obst.

Obst, el escolta titular de Alemania, jugó el partido de su vida, por trascendencia y peso de su aportación: 24 puntos con un 4/8 en triples y un 8/9 en tiros libres. Su muñeca castigó los desajustes defensivos de los estadounidenses, y no tembló en el momento cumbre, cuando embocó su cuarto triple con el marcado en 107-108 a falta de 1:14. Una ventaja de 12 puntos a mitad de último cuarto había quedado reducida a la mínima expresión. Sin ese tiro de Obst, EE UU podría haber completado perfectamente una remontada para el recuerdo.

Que se trata de un excepcional tirador es bien sabido por cualquier seguidor del baloncesto europeo. Obst tiene ya 27 años y es profesional desde 2014, incluido un año en el Obradoiro. Ahora juega, desde el verano de 2021, en el Bayern de Múnich, donde esta temporada tendrá como entrenador a Pablo Laso. Que es capaz de anotar triples con los ojos cerrados es tan cierto como que dio un gigantesco paso adelante en el día D. En el Mundial promediaba 10,9 puntos (metió 24) con un 45,7% en triples. Sus nueve tiros libres casi cuadruplicaron su media del torneo (2,4 lanzados), y alcanzó también su tope de minutos (31). Además, repartió 6 asistencias cuando su promedio del torneo era de poco más de dos. Simplemente, castigó a su rival cada vez que este se centraba más en parar a Wagner y Schröder.

Después del partido, se permitió bromear con esa capacidad como tirador que considera que su rival tenía que conocer: “Estoy muy feliz, he trabajado mucho para llegar a esto. Sé cuáles son mis virtudes, y supongo que los estadounidenses me tendrían en sus informes de scouting. Puedo tirar, puedo penetrar, puedo abrir la pista para mis compañeros”. Además, aseguró que sabían cómo tenían que jugar para hacer daño al gran coco estadounidense: “Aprendimos en el amistoso contra ellos en Abu Dabi. También vimos un poco de su derrota contra Lituania, pero sin salirnos de nuestro plan de partido. Conocíamos sus debilidades”.

Son compañeros también tienen una fe ciega en él. Lo dejó claro Voigtmann: “Siempre decimos que es le mejor tirador del planeta. Es increíble, puede meter tiros desde cualquier parte con una mentalidad cruel. Ese triple último que metió fue crucial. Me alegró mucho por él porque es un gran tipo y un jugador alucinante. Encaja perfectamente con nosotros, así que me hace feliz que tuviera un día así en un partido así y un escenario así”. Y Mo Wagner se permitió bromear: “Ya no le digo nada ni le vacilo. El otro día entrenando le dije que era como si no tuviera mano izquierda, y contra Letonia metió una bandeja con la izquierda, así que ya no digo nada”.

Gordie Herbert, su seleccionador, también cree que hay pocos como él desde la larga distancia: “Es uno de los mejores tiradores del baloncesto FIBA y además hace más cosas. Crea espacios para Wagner y Schröder… se ha ido viendo su evolución hasta convertirse en mucho más que un tirador. Crea, defiende…”.