Doncic: “La pierna no está bien”
“Me dan en la nariz y ni se revisa”, asegura el esloveno, que asume los problemas de su selección: “Somos débiles, no pegamos a nadie”.
Eslovenia juega hoy contra Italia el partido por el séptimo puesto del Mundial. Un triunfo igualaría su mejor resultado en este campeonato (lo logró en 2014) y, sobre todo, cerraría con una sonrisa un periplo que ha ido claramente de más a menos, también a medida que la competencia ha ido subiendo de nivel. En Okinawa, en las fases de grupos, el equipo de Luka Doncic arrancó con cuatro triunfos: cómodos contra Venezuela, Georgia y Cabo Verde en la primera fase, y espectacular el logrado contra Australia para superar la segunda y entrar en los cruces. Desde entonces, tres derrotas seguidas: contra Alemania en el otro partido de esa segunda fase y después, ya en Manila, contra Canadá en cuartos de final y contra Lituania en el primer choque de la pelea por las posiciones de la quinta a la octava.
En cada una de esas tres derrotas, Eslovenia ha encajado exactamente 100 puntos, una mala cifra que ha condenado a un equipo que no quiere acabar con cuatro partidos perdidos de forma consecutiva. Y del que ha dado la sensación de que ha llegado hasta su límite. La rotación era la más débil de la era Doncic, entre la renuncia de ilustres y las lesiones. El base tiene ahora 24 años, pero hace ya siete que tocó la gloria con su selección: oro en el Eurobasket de 2017. Después, rozó la medalla en Tokio (cuarto puesto) y llegó al Eurobasket 2022 con máximas aspiraciones pero se estrelló en un fatídico cruce de cuartos contra Polonia (acabó en sexta posición).
Doncic, con momentos fantásticos como siempre pero algo por debajo de su nivel en los Juegos y en la primera parte del Eurobasket (también peor acompañado) ha llevado a su equipo hasta donde era lógico. O un poco más allá: no era favorita cuando se enfrentó a Australia en la segunda fase y en lo que esencialmente era un partido de eliminación. Promedia en el Mundial, a falta de un partido, 26,7 puntos, 6,7 rebotes y 5,9 asistencias para 25,3 de valoración. Unos números excelentes solo empañados por sus problemas con el triple: 29,5% con casi 9 de media lanzados por noche. Es su máxima anotación de los tres últimos veranos de selecciones (23,8 en Tokio, 26 en el Eurobasket) pero también su valoración más baja: 27,1 hace un año y 29,2 en sus primeros Juegos, en los que rozó el triple-doble de media con 9,7 rebotes, 9,5 asistencias y esos 23,8 puntos.
Además, ha jugado casi 31 minutos y medio por noche, con el compromiso que siempre tiene cuando se pone la camiseta de Eslovenia. Un esfuerzo incuestionable a pesar de que reconoce que sigue jugando con una lesión en una pierna que arrastra desde el pasado invierno. Algo inquietante para los Mavericks, donde comenzará en octubre su sexta temporada en la NBA: “No sé qué decir. La pierna no está bien. Pero al mismo tiempo, tengo que estar listo para jugar otro partido en el Mundial y prepararme después para otra temporada completa en la NBA”. Doncic arrastra ese problema desde poco después del parón del All-Star 2023.
Antes de enfrentarse a Italia, confesó que el partido contra Lituania fue complicado porque jugaron en plena resaca emocional tras la derrota contra Canadá en el decisivo cruce de cuartos: “Fue muy difícil dormir la noche anterior, casi no pegué ojo, tenía sensaciones muy extrañas, las piernas me pesaban mucho. Espero jugar mejor contra Italia, pero a ver cómo tengo la pierna”. Una vez más, eso sí, ni se plantea tomarse un día libre si hay partido de Eslovenia: “Eso no está en cuestión. Ya lo he dicho muchas veces: siempre que pueda jugar para mi selección, jugaré. No me planteo otra cosa. Aquí, además, hay un gran ambiente, el público está con nosotros”.
Sobre las últimas derrotas, el análisis pasa sobre todo por esa fragilidad defensiva que ha hecho que Eslovenia encaje 300 puntos en tres partidos: “Sencillamente, somos demasiado débiles. No pegamos a nadie y los demás nos pegan a nosotros sin parar como se ha podido ver. Nos presionan por toda la pista. Pero nosotros somos demasiado blandos”. Y sobre sus quejas arbitrales que centraron las horas posteriores a la derrota con Canadá, el base de los Mavs agradeció el apoyo público de su seleccionador, Aleksander Sekulic: “Le doy la gracias por lo que dijo, fue muy agradable escucharlo. En los partidos del día siguiente, a alguien le pegaban y los árbitros iban a revisar a la jugada. Pero cuando me pegaron a mí en la nariz, no fueron a verlo. Pero bueno, así es como van las cosas”. La polémica, eso sí, no va a hacer que pierda la ilusión de ponerse la camiseta de Eslovenia: “Siempre está eso ahí, pero yo juego para Eslovenia, no para la FIBA. Y juego pase lo que pase, incluso en los Preolímpicos. La única premisa es estar sano”.
Sobre las críticas de los últimos días, Doncic se mostró resignado: “Hay muchas críticas a diario, pero he aprendido a vivir con ello. No me considero el mejor jugador del mundo, simplemente me encanta jugar para Eslovenia y seguiré haciéndolo. Está Nikola Jokic, está Giannis Antetokounmpo… y eso, europeos. Shai Gilgeous-Alexander es uno de los mejores también”.