El lobo serbio contra el ogro alemán
Alemania y Serbia luchan hoy por el oro mundial, y por suceder a España en el trono, en el Mall Of Asia Arena de Manila. Bogdanovic, en estado de gracia, contra el mejor bloque.
Desde el 15 de septiembre de 2019 y desde el Wukesong Arena de Pekín, España ha sido la campeona del mundo de baloncesto. Un reinado de cuatro años que acabó hace unos días en Yakarta y que hoy (14:40, Teledeporte) tendrá relevo definitivo en el Mall of Asia Arena de Manila: Alemania o Serbia. La vieja Europa, el toque old school de esa Serbia que entronca con la monumental tradición yugoslava, o el nuevo poder, el ogro 2.0 que representa una Alemania con lo mejor de los dos lados del Atlántico. Química y estilo europeo, talento y músculo NBA.
Vieja escuela: Svetislav Pesic, un histórico de los banquillos, tiene 74 años. En 2002 hizo campeona del mundo a la entonces Yugoslavia de Bodiroga, Stojakovic, Divac, Tomasevic… Muchos jugadores de la Serbia actual señalan ese hito como el inicio de su relación de amor con el baloncesto, un romance eterno para la escuela balcánica que representa un Pesic que ya fue campeón de Europa en 1993 como entrenador de… Alemania. El gran éxito de un baloncesto germano que fue bronce mundial en 2002, precisamente cuando ganaron Pesic y Yugoslavia en Indianápolis. Y que, a 40 minutos de la gloria, pisa hoy terreno desconocido.
Novena en el Eurobasket 2022, un trompazo tremendo, Serbia llegó silbando y sin hacer ruido al Mundial. Menos expectativas de las habituales y una catarata de bajas que encabezaba Nikola Jokic, quizá el mejor jugador del mundo ahora mismo. Tampoco están, por unas cosas u otras, Micic, Kalinic, Lucic, Nedovic, Marjanovic o Pokusevski, pero el torneo (cinco de sus siete partidos anotando más de 90 puntos) ha quitado el traje de Cenicienta a un equipo que juega a toda máquina, voraz y ahora mismo capaz de todo. Que acaba en un pívot como Nikola Milutinov (13,6 puntos y 9 rebotes de media) y empieza en Bogdan Bogdanovic. El escolta de Atlanta Hawks, que no estuvo en el Eurobasket, está en casi 20 puntos y 5 asistencias, números que ni se acercan a explicar su trascendencia en los cruces contra Lituania y Canadá.
Bogdanovic, ahora mismo el favorito para llevarse el MVP, juega en uno de esos trances que atraviesan los jugadores especiales. Él lo es. Hoy necesitará ese formato supernova contra una Alemania que es el único invicto del Mundial y que reconoce que juega espoleada por la derrota en su cubil de Berlín del pasado Eurobasket, en semifinales contra España. Schröder, el excepcional Franz Wagner y Theis forman un eje NBA al que se suman Obst, Voigtmann, Lo, Thiemann… el mejor bloque del campeonato y un reto mayúsculo para un Bogdanovic que afila esa sonrisa de los balcánicos que se creen capaces de todo. Alemania es el ogro, pero él es el lobo. Veremos quién puede más.