Brasil, primera curva

Brasil, número 13 del ranking FIBA, es este lunes (15:30 horas) la primera piedra en el camino de España en su nueva aventura hacia lo imposible en Indonesia. El partido, que decidirá el liderato del grupo G y qué selección sale mejor posicionada con vistas a la segunda fase, viene condicionado de manera inevitable por la grave lesión de Raulzinho Neto. Su grito desgarrado cuando penetraba hacia la canasta de Irán en el inicio del segundo cuarto, resultado de haberse roto el tendón rotuliano de la pierna derecha, resonó en el Indonesia Arena, por entonces semivacío. Las lágrimas de Lucas Días, el jugador que le había dado el pase, lo decían todo. “Son las cosas que odias ver”, se compadeció Scariolo.

Pero el deporte sigue y, seguramente, la lesión de Raulzinho, que llevaba siete años sin jugar para su país, sea un motor y haya conjurado al vestuario de Brasil, que querrá dedicarle un partido grande contra España. Esas motivaciones suelen funcionar. Que se lo digan a la Familia, que las ha utilizado tantas veces. Desde aquella final sin Pau en el Mundial de 2006, hasta hoy en Yakarta, donde los jugadores aparecieron en el calentamiento del debut contra Costa de Marfil con zapatillas en las que se podía leer el “never too high, never too low” que vertebra los pensamientos de Ricky. “Es nuestro líder; y aquí está él y su legado”, dijo orgulloso Juancho Hernangómez.

Brasil es la primera curva porque, aunque no sea un equipo de potencial top, sabe casi siempre cómo jugarle a España. El último precedente en partido oficial es el 66-65 de los Juegos de Río en 2016, con un palmeo angelical de Marquinhos después de dos tiros libres fallados por Gasol que pusieron contra las cuerdas a la Selección en el torneo, aunque luego supiera reponerse. Es un equipo que basa mucho en su defensa (“es la única que nos puede llevar lejos en el torneo”, dijo Gustavo Conti después de triturar a Irán). En la dirección, mezcla la experiencia del eterno Marcelinho Huertas y Benite con la juventud del explosivo Yago Santos (compañero la pasada temporada de Juan Núñez en Ulm); y que por dentro cuenta con la versatilidad del ex NBA (ahora en Venecia) Caboclo, y el gigante Felipe Dos Anjos (2,18). Marcelinho (40 años), corazón de la verdeamarela, jugará por última vez en un Mundial contra Rudy (38). Hace casi 20, en Badalona, el mallorquín iba frecuentemente a pegarse un buen banquete de comida brasileña a casa de su colega…

Aparentemente, España tiene más por dentro y por fuera. Willy ha arrancado en ‘modo Eurobasket’ y a Juancho se le ve mucho más confiado que el año pasado, cuando por un momento no sabía si era dos o era tres. Garuba pone kilos y defensa y todos esperan que despierte Aldama. Tiene un buen maestro en Claver, que estuvo soberbio contra Costa de Marfil. Núñez arrancó el Mundial con ocho asistencias y, a la espera de que la rodilla de Abrines diga OK, aparentemente la Selección parece preparada para el asalto al liderato.