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Movistar EstudiantesEST
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Finalizado

LEB ORO

Zarpazo del Movistar Estudiantes en Burgos

El conjunto colegial saca una colosal victoria en el Coliseum sin Kevin Larsen, su gran estrella, y Hansel Atencia. Jorgensen (20) y Leimanis (21), sobresalientes.

Tom Leimanis, base del Movistar Estudiantes, ante el Zunder Palencia.
Tom Leimanis, base del Movistar Estudiantes, ante el Zunder Palencia.Juan Pelegrin

Existe dentro de la afición colegial esta temporada la sensación de que el Movistar Estudiantes no es capaz de escalar las grandes montañas de la LEB Oro. Lleida, Andorra y Palencia (estos dos últimos en el WiZink Center) habían doblegado sin excesivos problemas a los madrileños, que habían mostraron una imagen de impotencia, de fragilidad, de pequeñez en esos partidos, los más importantes de lo que llevábamos de competición… hasta que llegó el casi inexpugnable Coliseum y un herido Hereda San Pablo Burgos para borrar con una soberbia victoria (78-86) esos pensamientos tan negativos. Para elevar la moral del equipo y de la hinchada. Para volver a levantarse tras el mal trago que les hizo pasar el Palencia el pasado domingo.

Los ramireños asaltaron un pabellón que en siete partidos solo había mancillado el Alicante. Doblegaron a un rival en remodelación en el banquillo con Curro Segura y con necesidades apremiantes de encontrar la tecla en una LEB que se les está haciendo muy, pero que muy cuesta arriba: con la derrota de este sábado ya suma siete derrotas en 16 jornadas, a seis victorias ya de la primera plaza y con la zona de playoff en peligro con solo un triunfo por encima del Cantabria, décimo (se clasifican del segundo al noveno). Malos tiempos para un club que había maravillado en la élite los últimos cinco años (sus únicos en ACB) con dos Champions FIBA, una Intercontinental, dos participaciones en el playoff y una en la Copa.

Pero seguimos con el Estu. Su triunfo se fraguó fuera de cualquier tipo de lógica. A la baja de Hansel Atencia, que dejaba de nuevo a Javi Rodríguez con Leimanis como único base, se unió minutos antes de empezar la de Kevin Larsen por un esguince. El pívot danés, la gran referencia colegial, se caía y dejaba solo diez guerreros para la batalla del Coliseum… y salió muy bien gracias al paso adelante de Leimanis y Jorgensen. El letón se disparó a los 21 puntos con un 5 de 8 en triples torcido tras su inmaculado 4 de 4 de arranque, mientras que el escolta italo-americano hizo 20 tantos, 3 de 8 desde el perímetro, el último vital, anotado a falta de un minuto para cerrar el duelo y sin tiempo de posesión para elevar el marcador a un inalcanzable 74-80.

Pero la victoria tuvo más. La lectura de Jawara en ataque claves, la defensa inicial de Stoilov sobre Mahalbasic, que impidió un comienzo abrasador de los burgaleses, y las de Demétrio y Smith durante todo el duelo. La valentía de Alderete y de Rubén Domínguez (aunque no tuvo su mejor día de cara al aro). Y la mano fría como el hielo de Hughes para sentenciar la victoria desde la personal, con un seis de seis, en los instantes finales. Mucho. Variado. Sobresaliente. Un zarpazo colectivo.

El partido comenzó, como es habitual en el Estu, con una muy buena salida de los visitantes, que en 5 minutos ya estaban 9 arriba (6-15) con un 3 de 4 desde el perímetro y Stoilov sacando nota como reemplazo de Larsen. Los madrileños tenían una sensación de comodidad, de saber exactamente qué debían hacer que el Burgos se atascó. Se puso muy nervioso con muchas protestas a los árbitros. No encontraba manera de meter mano a su rival. El único, el infatigable Rupnik. Al base esloveno le sobra talento y mano para anotar (14 puntos). Nadie más se unía una guerra en la que crecía el Movistar con Jorgensen y Leimanis: 30-43 en el minuto 18.

La segunda parte, el fatídico tercer cuarto, parecía escribir la misma historia que contra Andorra y Palencia. Y no es nada bonita para los de Rodríguez. Parcial de 13-3 y el Burgos por encima (51-50) con los mejores minutos de Mahalbasic, que no tenía freno con 8 puntos casi seguidos hasta que el aliento le pidió una tregua que su rival aprovechó para calmarse e irse al último cuarto con ventaja por 63-64.

El Estudiantes se distanciaba, pero no mataba en ese periodo final… hasta que llegaron los tres triples seguidos de Leimanis, Jawara y el mencionado de Jorgensen para ese 74-80 al que el San Pablo no encontró respuesta. Gran victoria estudiantil, que se coloca como tercero en solitario con un balance de 12-4. No está nada mal para levantarse tras un buen puñetazo a la cara.