La plata en el Eurobasket femenino, que pasados unos meses sabe mucho mejor, dejó claro que el futuro del baloncesto femenino en nuestro país es prometedor, con jugadoras como Awa Fam (19 años), Iyana Martín (19), Elena Buenavida (21) o Helena Pueyo (24) transformadas en auténticas veteranas a pesar de su edad y de que era su primera campeonato oficial con la Absoluta. Pero estas jugadoras no son excepciones, porque por detrás llegan muchas más.

Hay un dato que demuestra a la perfección el gran potencial que tiene el baloncesto femenino en nuestro país: los cuatro últimos veranos ha habido pleno de medallas para las categorías de formación femeninas, incluidos Mundiales. “Ha sido inmejorable, uno de los mejores veranos de nuestra historia. Hemos obtenido medallas en todas las competiciones en las que nuestras Selecciones han tomado parte. Varias de ellas de oro, pero siendo esto importante, lo es más la sensación general de que nuestro baloncesto femenino no sólo ha completado ya el proceso de recambio generacional, gracias a la plata ‘dorada’ de Atenas, sino que sigue produciendo jugadoras y talento para mantenernos en lo más alto de los podios durante muchos años más”, dice Elisa Aguilar, presidenta de la Federación Española de Baloncesto.

Tras la plata de Atenas, el verano de formación arrancó con el oro júnior en el Europeo de La Palma y siguió con el bronce mundial Sub-19 en Brno (República Checa). Después, la Sub-20 subió a lo más alto en Matosinhos (Portugal) y las más pequeñas, las cadetes, cerraron el año en Pitesti (Rumanía) también en lo más alto, repitiendo el hito de 2013, cuando las tres Selecciones de formación se colgaron el oro en sus respectivos Europeos (también la Absoluta reinó en el Eurobasket de Francia). ¿La clave? “Lo más importante siempre son las jugadoras, la calidad que atesoran y el compromiso que muestran con las selecciones nacionales. Pero, sin duda, esas condiciones naturales se ven potenciadas por el esfuerzo de la Federación, que realiza un trabajo metódico y profesional con ellas desde que son muy jóvenes, y las ayuda a que su salto a la etapa profesional se dé con las máximas garantías”, explica Aguilar.

La diferencia, con respecto a ese 2013, es que a nivel mundial, el baloncesto femenino también es una potencia, porque aquel año España acabó cuarta en el Mundial Sub-19 tras caer ante Australia en el partido por el bronce y este verano España se colgó un bronce. Estados Unidos sigue siendo el único obstáculo que las selecciones femeninas aún no han superado. Este verano fue el verdugo de la Sub-19 en semifinales, como ya ocurriera en la final de 2023 en esta categoría o en los cuartos de 2021. “En 2023 estuvimos muy cerca. Y creo que ésa es sólo una señal de todo el potencial que atesoramos. Nuestras nuevas generaciones traen una combinación de talento y atrevimiento que nos permiten ser muy optimistas sobre la posibilidad de vencer a las americanas. No quiero ponerles la presión de afirmar que estoy convencida de que ganarán a Estados Unidos muy pronto, pero en realidad, creo que nos podemos encontrar ese resultado a la vuelta de la esquina”.

“Estoy convencida de que ganarán a Estados Unidos muy pronto”

Elisa Aguilar

El de 2025 ha mejorado, además, los años previos, porque en 2024 y 2023 se subió a todos los podios aunque sin oros. Hace un año, platas para la Sub-20 y la Sub-18 y bronces para la Sub-17 y la Sub-16 en 2024 mientras que en 2023, platas para la Sub-19 y la Sub-16 y bronces para la Sub-20 y la Sub-18. El único oro en los tres veranos previos fue el de la Sub-20 en 2022.

El verano también nos ha dejado muchos nombres propios. Por edad, Iyana Martín y Awa Fam tendrían que haber peleado en el Mundial Sub-19, pero fueron importantes en la plata absoluta, saltándose varias etapas en su camino hacia la élite. En el Europeo Sub-20, una júnior, Gina García, fue la mejor, convirtiéndose además en la primera española en la historia que se colgó dos oros en un mismo año. El otro fue junto a su generación en el Europeo Sub-18 de Sara Okeke: MVP para una jugadora que se hizo viral en 2024 porque logró machacar en un entrenamiento del Estudiantes con 16 años. Y a punto de cumplir esa edad, la más pequeña del grupo de MVPs, Isabel Hernández, base de la cantera del Valencia Basket y que destacó por su desparpajo y su buena mano (4/7 en triples en la final ante Eslovenia) en el oro cadete.

“Esos nombres nos generan mucha ilusión y nos permiten estar confiados sobre lo que sucederá en los próximos veranos. Pero hay que tener en cuenta que ahí estamos dejando fuera de la ecuación a Raquel Carrera, Alba Torrens o María Conde, y que ellas han recogido el testigo de Silvia Domínguez, Laia Palau e incluso Amaya Valdemoro, a la que recientemente han promocionado al Hall of Fame de la WNBA. La tradición de nuestro baloncesto femenino es tan sólida y potente que, sólo con mantener ese nivel de excelencia, estoy segura de que nos vamos a seguir sintiendo muy orgulloso de él en los próximos años”. Un presente muy bueno, pero que augura un futuro muchísimo mejor.

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