Malestar en Italia por la colaboración entre Casademont y “La Mafia se sienta a la mesa”
El embajador de Italia remitió una carta al presidente del Zaragoza en la que explica que el nombre de la cadena de restaurantes es “contraria al orden público y ofensiva”.
El Embajador de Italia en España, Buccino Grimaldi, ha remitido una carta al presidente del Casademont Zaragoza, Reynaldo Benito, en la que le trasmite que se siente “perturbado” por la colaboración como patrocinador del equipo aragonés de la empresa de restauración “La Mafia se sienta a su mesa”. Buccino Grimaldi explica que quiere compartir reflexiones con el club, “en gran medida extraídas de la sentencia emitida por el Tribunal General de la Unión Europea”, que dice suscribir, y que refleja las opiniones de muchos italianos que viven y trabajan en España.
El embajador explica que La Mafia es un “fenómeno criminal” y que a luchar contra ella se dedican “numerosos esfuerzos y cuantiosos recursos”, no solo del Gobierno italiano sino también a escala de la Unión Europea “siendo el crimen organizado una grave amenaza para la seguridad, la economía legal y la convivencia”.
“En este contexto asociar a la Mafia con conceptos de cordialidad y relajación basándose en el hecho de que la Mafia se sentaría a la mesa para compartir una comida contribuye a la banalización de las actividades ilícitas y fechorías cometidas por dicha organización que van en contra de los valores fundamentales de la Unión Europea como el respeto de la dignidad humana y la libertad”, ha destacado.
A este respecto añade que la imagen de “La Mafia se sienta a la mesa” va en detrimento, además, de la cultura de la dieta mediterránea que comparte ambos países y que hace de la comida un importante momento de intercambio social y crecimiento de la persona. “Tanto la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), con sede el Alicante, como el Tribunal de la Unión Europea han abordado el tema del registro de ‘La Mafia se sienta a la mesa’ y ambos organismos han destacado cómo esta marca es contraria al orden público y ofensiva, no solamente para las víctimas de esta organización criminal y sus familias, sino también para cualquier persona que, en territorio de la Unión, se encuentre ante dicha marca y posea umbrales medios de sensibilidad y tolerancia”, añade.
Grimaldi explica que esta marca y su asociación con el deporte como si fuese algo normal no pasa desapercibida y que causa en cualquier italiano “un sentimiento de malestar” y que afecta a muchas más personas “independientemente de su nacionalidad”.