Granger manda un aviso a la Primera FEB
El Movistar Estudiantes gana al Monbus Obradoiro con una exhibición del base: 20 puntos (4 de 7 en triples) y 8 asistencia para 28 valoración.
Once años después volvió a retumbar en el WiZink Center: “Jayson Granger es tu number 11, lo-lo-lo-lo”, cantó la Demencia en el redebut del base en su casa, en un Movistar Estudiantes que sacó su primer triunfo de la temporada ante el Monbus Obradoiro (82-69). Los gallegos, recién descendidos de la Liga Endesa, controlaron el partido hasta el descanso para luego verse sometidos por el látigo del uruguayo: 20 puntos (4 de 7 en triples) y 8 asistencias para 28 de valoración.
Fue una clase magistral de control de una cancha de baloncesto, sobre todo, en la segunda parte, donde relució todo ese talento que diferencia a los equipos buenos de los equipos extraordinarios. Hizo 15 tantos tras el descanso y repartió 7 pases de canasta en ese lapso... y al 60%: jugó infiltrado por la lesión que se produjo ante el Fuenlabrada en Copa España. Su relación con Mus Barro (también increíble: 14 tantos y 8 capturas) fue soberbia. Al igual que con Juan Rubio, que tuvo dos arreones por la espalda de la defensa gallega que levantaron a la afición. Y con la afición, a la que alentó y de la que recibió todos los piropos. Es el dueño y señor del cortijo ahora mismo.
Su protagonismo, su manera de relajar el duelo, de jugar con el yo-yo con el balón en sus manos, fueron claves para que los estudiantiles anotaran 51 tantos en la segunda parte. El orgullo en defensa, algo que no se vio en la primera mitad, dejó al Obra en 30. +21 de diferencia que llevó el marcador del 31-39 al 82-69. La manita de Schimdt, con 15 tantos y tres triples marca de la casa, destrozaron a unos gallegos que vivieron hasta que dejaron de coordinarse en ataque.
El Monbus hizo suyo el partido en la primera parte. No todo, pero si gran parte. Hubo inteligencia en sus movimientos por detrás de la defensa local y una utilización sublime de sus perros grandes para el bloqueo: Stevic y Stephens abrían vías de agua en la defensa madrileña, que se ponía nerviosa, cometía errores tontos, dejaba que su rival se pusiera en crecida. Primero, hubo un amago de escapa con un parcial de 0-9 en apenas en un minuto en el cuarto inicial (8-14) y, luego, un golpe doloroso en el segundo: 0-11 con Galán, Stevic y un eléctrico Davison a los mandos para el 21-39. Un +8 con el que se llegó al descanso (31-39).
Los colegiales se encontraron siempre en escalada. Había intención, con Granger, que mostraba más ilusión que acierto; con Christian Díaz; unos buenos instantes de Kravic y el acierto exterior de Andric. Pero no servía. Se quedaba cortó para cazar a un Obra que sabía que si mantenía la distancia, la presión, los nervioso irían calando dentro de la pista sobre unos jugadores que querían agradar en su primer día en casa. Y fuera: la afición colegial es desde el debut en Primera FEB (antes LEB Oro) una amasijo de nervios. Y se puede jugar con ella. La mejor noticia para el Estudiantes en estos 20 minutos iniciales fue la vuelta de Héctor Alderete a la pista con la camiseta azul tras superar su tercer lesión grave en cuatro años. El madrileño estuvo 3:34 en cancha.
Todo cambió en la segunda parte como ante el Fuenlabrada en Copa España. El Estudiantes salió con más mordiente en defensa y se supo leer mejor en ataque. Paso a paso, con Granger erigiéndose en líder y Barro de socio perfecto, recortaba distancias hasta empatar a 48. Schimdt fue el encargado de poner por delante a los madrileños (51-48) por primera vez desde el 6-5 del cuarto inicial. Leimanis, un ex muy querido, fue el único en buscarle las cosquillas a los madrileños. Desde fuera y a media distancia, el letón se conoce los aros del Palacio e hizo 17 tantos, 11 en los dos últimos cuartos.
¿El problema? Las boyas del principio, Stevic y Stephens, no sacaban tanto provecho como en el arranque, y a pesar de que los colegiales decidieron no aprovechar su fortaleza interior, y eso afectó a la circulación en ataque. Granger hizo dos triples en los dos últimos minutos que sentenciaron un duelo que dejó un +13 en el average a favor de los estudiantiles. Algo a tener en cuenta.