Eterno Scariolo
El italiano dice adiós después de trece veranos en dos etapas con la Selección. Un Mundial, cuatro Eurobasket y dos medallas olímpicas le contemplan.
Se hará extraño no ver a Sergio Scariolo con la ropa de la FEB. Ofreciendo cada rueda de prensa, dirigiendo cada partido en la banda. Abrazado a Pau Gasol después de un Eurobasket volcánico en 2009. Manteniendo la calma contra Australia cuando la semifinal del Mundial en el Wukesong parecía imposible con el -13. Explorando el famoso cilindro táctico para inventarse de la nada una campeona en 2022. O, lo que menos se veía, inventándose una concentración en Benahavís para preparar antes que nadie el renacimiento de las Ventanas en una aventura que empezó en Podgorica en noviembre de 2017 y acabó levantando en Pekín la copa de campeón del mundo.
Scariolo ha sido mucho más que sus medallas: cuatro oros y un bronce en los Eurobasket; un Mundial y una plata y un bronce olímpicos. Es un legado enorme al que ha acompañado un trabajo invisible en la base (durante un tiempo fue el Coordinador técnico de la FEB) y una extraordinaria capacidad camaleónica para adaptarse a todas las selecciones que ha tenido. El Sergio Scariolo que llegó a la Selección con 48 años era un técnico de carácter más intervencionista que, sin embargo, supo templarse y domar con maestría egos sin necesidad de bajar el listón de la exigencia para alcanzar el éxito. Y el Scariolo más sabio, el que tal vez menos necesidad tendría ya de intervenir, ha dado una clase maestra de táctica a medida que el talento ha ido menguando. Alrededor de Ricky y Marc hizo un equipo indestructible en 2019; y con cuatro cañas montó una Selección campeona de Europa en 2022. Los tres últimos años han traído decepciones, pero hasta este Eurobasket, Scariolo ha cumplido con lo establecido. “La nueva normalidad es competir”, dijo antes de los Juegos. En esta ocasión, los elementos en contra habían sido demasiado. Rudy y Abrines se retiraron, Llull renunció a la Selección de manera definitiva. Lorenzo se cayó por motivos personales, como Garuba. Y tampoco estuvieron Juan Núñez, Alberto Díaz o Abalde por lesión. El equipo, en formación, no daba para mucho más.
Sergio Scariolo se marcha con 222 partidos en su currículo, de los que ha ganado 166 y ha perdido 56. En partidos oficiales, ha ganado 101 y ha perdido 35, lo que supone más de un 75% de victorias. Sólo Antonio Díaz-Miguel, inalcanzable con 433, ha dirigido más. De las 20 medallas que España ha ganado entre Juegos, Eurobasket y Mundiales, ocho, un 40%, llevan su sello. Deja, además, una huella tremenda de capacidad de trabajo y profesionalidad. Un control absoluto de sus áreas de trabajo. Y el sello de una marca España, algo muy complicado en las selecciones, siempre tan heterogéneas. Scariolo ha sabido darle una marca a la Selección, que a su mando llegó a ser número uno en el ranking FIBA en noviembre de 2022. Él mismo admitió que era una posición tal vez engañosa por la sombra de Estados Unidos. Pero bien que se lo ganó la Selección. De lo que no hubo duda nunca es que, fuera del universo NBA, ha sido la reina durante al menos una década. Se va un personaje gigante del baloncesto español.
Noticias relacionadas
¡Tus opiniones importan!
Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.
Rellene su nombre y apellidos para comentar