OPINIÓN

España... sin el patrón de las causas imposibles

La Selección jugó otro partido épico y superó al anfitrión, Alemania, en semifinales del Eurobasket, en Berlín.

Lorenzo Brown.
TOBIAS SCHWARZ
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Si uno busca en los partidos más duros que ha jugado España en los últimos Eurobasket vienen a la cabeza, casi sin pensar, la semifinal de 2017 contra una Eslovenia en vuelo rasante, embalada en el ritmo de Dragic y Doncic; o la de 2015, el legendario partido de los 40 puntos de Pau Gasol contra una Francia acorazada y empujada por 27.000 aficionados en aquel infierno del campo de fútbol convertible del Pierre-Mauroy. Si se piensa, esta Alemania era una mezcla de esos tremendos rivales: los tambores de guerra del Mecedes-Benz Arena de Berlín y la energía de un rival que cargaba como un rinoceronte: físico, impulso, talento NBA. España se enfrentaba a un reto descomunal… y sin el Pau del Pierre-Mauroy. El patrón de las causas imposibles.

Sonaba a tarde de perros, a mal día en la oficina. Pero a España le tocaba jugar y eso es lo que hace siempre: juega. Sean cuales sean las circunstancias y afirmada en aquello que dijo el legendario Jerry West: “No se consigue nada si solo te esfuerzas el día que te sientes bien”. Cuando Alemania sacó la percusión, cuando lanzó un órdago como el que descoyuntó a Antetokounmpo tres días antes, siguió jugando. Sufrió, resistió, y volvió a ganar. Es aquello, por citar a otra leyenda, que dijo Larry Bird: “Sigue y sigue hasta el final. No cedas ni un palmo hasta que suene la bocina”.

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