Hall of Fame FEB/AS

Pascua: “En los Juegos de Río ganamos el oro de nuestro planeta, porque Estados Unidos...”

Luci Pascua debutó con España a los 18 años, en la preparación de 2001, y estuvo más de década y media con la Selección.

Lucila Pascua, exjugadora y presidenta de la AJUB.
Raquel González
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid, lleva en la sección de baloncesto de AS desde 2008. En este tiempo, ha cubierto varios Mundiales y Europeos, masculinos y femeninos, así como otras competiciones nacionales de índole nacional.
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Luci Pascua (Ripollet, 1983) fue el techo de la Selección (1,96 metros) durante años: 244 partidos con España y ocho medallas, incluida la plata olímpica de Río 2016.

Ha estado en todas las galas como presidenta de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto (AJUB), ahora lo hará como integrante del Hall of Fame. ¿Cómo se siente?

Fue un poco sorpresa. La AJUB formamos parte del jurado y me enteré el día de antes que era una de las candidatas. Es un orgullo poder tener ese reconocimiento a toda mi carrera, pudiendo formar parte de algo que es para siempre, como es el Hall of Fame.

¿Cómo empezó en el baloncesto?

Soy de un pueblo de Barcelona que se llama Ripollet. Empecé a jugar en mi colegio, donde solo había fútbol o baloncesto y como yo era muy alta de pequeña... Pero estuve poco tiempo allí. Jugaba en un equipo mixto y luego me surgió la oportunidad de irme federada a otro colegio de mi pueblo. Y ahí empezó la cosa un poco más en serio.

Es una de las jugadoras salidas del exitoso Siglo XXI. ¿Qué recuerda de aquella época?

Fue una experiencia muy positiva. Allí te das cuenta si realmente quieres dedicarte al baloncesto, si tienes opciones, si de verdad te gusta... Porque son cuatro años en los que vives por y para el baloncesto: entrenas mañana, mediodía y tarde, estudias... Todo está muy enfocado a trabajar para llegar a ser profesional. Allí coincidí con jugadoras y entrenadores que me marcaron muchísimo. Son años de plena adolescencia, una etapa muy significativa, y me marcaron también para bien. No solo me ayudaron técnica y tácticamente, también a engancharme al baloncesto.

¿Quiénes eran sus referentes?

Con 16 años ya estaba muy metida en el mundo del baloncesto, en toda la vorágine, y conocía a Betty (Cebrián), a Marina (Ferragut)... que después fueron mis compañeras de Selección. Pero antes era complicado tener referentes femeninos. Mi primer partido fue uno de la Penya contra el Real Madrid, con Villacampa, los hermanos Jofresa... Yo era muy de la Penya, y luego empecé a ver al Barça también. Era una época en la que llegaban antes cosas de la NBA que de baloncesto femenino. A mí me encantaba Dennis Rodman, porque era el chico rebelde, el Bad Boy. Ahora, con las redes sociales, es más fácil seguir a cualquier jugadora.

¿Se considera ahora referente de las nuevas generaciones?

Alguna niña sí que me ha dicho que le encantaba verme jugar y también alguna madre (risas). Estoy en un momento intermedio. Las niñas pequeñas, de 9 o 10 años, no saben quién eres, pero sus padres a lo mejor sí. Y chicas de 18-20 años también pueden haberme visto jugar. Tampoco yo era una jugadora supervistosa, que metiese muchísimos puntos, pero las veces que me lo han dicho me ha hecho mucha ilusión.

Solo ha tenido breves experiencias fuera de España (Croacia y Hungría), ¿no surgieron buenas opciones o tenía claro que su lugar estaba en España?

En la WNBA sí que hubo interés, pero primó mucho que quería jugar con la Selección cada verano. Desde que debuté en 2001 y hasta 2017 siempre fue mi prioridad. ¿Y los clubes? Siempre he priorizado el estar a gusto al tema económico y tampoco tuve ofertas tan significativas que me empujaran a irme. Cuando me animé a salir, no tuve la mejor experiencia. El club no era muy formal, era un desastre con los pagos, en cuanto al cumplimento de contrato... aunque en España también he vivido casos así. Cuando regresé a España pensé “no quiero saber nada más”.

En 2016 gana la Copa con el Conquero, aunque estuvieron a punto de no jugarla por los impagos. ¿Cómo recuerda aquello?

Es una emoción agridulce. Estábamos en una situación insostenible: llevábamos tiempo sin cobrar, no estábamos dadas de alta en la Seguridad Social. Nuestra forma de presionar era no jugar la Copa, porque ahí se iba a hacer visible el problema. Si no vas a entrenar, nadie se entera. Pero cuando estás en la pista, como jugadora, lo das todo, vas a muerte. No hay medias tintas. Llegaron los pagos, jugamos la Copa y la ganamos. Pero yo decidí irme porque tampoco estaba bien con mi rol, que no me favorecía.

Pascua: “En los Juegos de Río ganamos el oro de nuestro planeta, porque Estados Unidos...”
El Conquero, campeón de la Copa en 2016.Javier Etxezarreta

¿Por situaciones así se presenta a la presidencia de la AJUB?

Sí, claro. En casa, me enseñaron a no callarme, aunque siento que alguna vez sí lo he hecho, porque al final toleras cosas porque eres jugadora y el baloncesto es tu trabajo, pero hay ciertos derechos que se tienen que cumplir. Las experiencias que había vivido, no sólo en Huelva también en otros sitios, me hicieron pensar que si podía evitarlo o ayudar a alguna jugadora a que no pasara por la situación que pasé yo habría merecido la pena. Era un poco mi intención, había que poner un poco de orden, aunque sí que es cierto que la época actual no tiene nada que ver con la de entonces. No estamos ahí solo para ayudar a solucionar problemas, sino también para luchar por adquirir derechos como trabajadoras y dar un paso hacia la profesionalización del baloncesto.

La firma del convenio colectivo, ¿es una de las medallas que ha ganado en su carrera?

La medalla del convenio es el triunfo de todas nosotras. Yo soy la cabeza visible, la presidenta, pero esta medalla no es mía, la han conseguido todas las jugadoras que han estado ahí apretando, las que estuvieron, las jóvenes...

Con las condiciones previas, ¿era difícil ser jugadora de baloncesto?

Sí. Ahora han cambiado un poco las tornas y algunos clubes concentran los entrenamientos, hay más universidades online... pero antes era complicado. Si una persona quiere estudiar y trabajar tiene que dedicarle sus ocho horas al trabajo e igual, cuando llega a casa, no tiene ganas de nada. Pues imagínese cuando llega el fin de semana y te metes diez horas de autobús un sábado para jugar un partido y llegas a casa el domingo a las 06:00. Ahora existen mucha más opciones.

¿Qué recuerda de su debut con España?

Fue en Huesca en un partido contra Lituania y estaba muy nerviosa, con mucha emoción. Creo que no era muy consciente de lo que estaba pasando en ese momento.

Pascua: “En los Juegos de Río ganamos el oro de nuestro planeta, porque Estados Unidos...”
Luci Pascua junto a Laia Palau, con la Selección Española de Baloncesto.RAFA APARICIO

Ganó ocho medallas con la Selección. ¿Cuál recuerda con más cariño?

Yo no tengo ningún oro sénior, sí cadete, pero creo que la gente está mal acostumbrada. En los años en los que yo estuve en la Selección (2001-2017) se ganaron medallas en todos los Eurobasket salvo en el de 2011, así que piensan que ganar es fácil. Y en los Juegos de Río ganamos el oro de nuestro planeta, porque Estados Unidos juega a otra cosa. Eran, además, mis terceros Juegos. Cuando gané la plata olímpica pensé ‘ya me puedo morir tranquila".

Fue el último descarte de los oros de 2013 y 2017. ¿Tiene alguna espinita clavada?

Más que por los oros fue porque en 2017 ya no volví a la Selección y me hubiera gustado despedirme en la cancha.

Fue el techo de la Selección durante años. ¿En algún momento sintió complejo por su altura?

Yo he sido muy alta desde siempre. Con diez años medía ya 1,75. El problema en el colegio no es ser alto, sino sobresalir en algo. Por donde iba la gente me miraba, lo comentaba, pero me sigue pasando ahora con 42 años. Cuando llegué al Siglo XXI dejó de pasarme, te acostumbras un poco a esa burbuja. En la adolescencia tuvo un poco de complejo, pero ahora me pongo incluso tacones. ¡Me da igual!

¿Cómo es ahora el día a día de Luci Pascua?

Trabajo en la UCAM. Imparto unas cuantas asignaturas del grado en Psicología. Y estoy con la AJUB. Mis semanas son un poquito cambiantes. Intento ir a todo lo que puedo con la Asociación, porque si no estás parece que no existes. Y también estoy con mi doctorado sobre “Salud mental en el deporte de alto nivel y mujer”. Algún día me gustaría poder empezar con mi propia consulta como psicóloga.

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