Hall of Fame FEB/AS

El techo de España

Luci Pascua, 244 partidos con la Selección, se colgó ocho medallas, incluida la plata olímpica de los Juegos de Río 2016.

Luci Pascua y el alcalde de Lleida, Fèlix Larrosa, en el Hall of Fame de la FEB.
JAVIER GANDUL
Raquel González
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid, lleva en la sección de baloncesto de AS desde 2008. En este tiempo, ha cubierto varios Mundiales y Europeos, masculinos y femeninos, así como otras competiciones nacionales de índole nacional.
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El Ejército de Pancho Villa, como llamaban Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar a la Selección femenina, tuvo que convivir durante años con el sambenito de ser un equipo bajito, pero se quitó el complejo con la llegada de Luci Pascua (Ripollet, Barcelona, 1983) que, como otras jugadoras, priorizó los veranos con la Selección a probar en la mejor liga del mundo, la WNBA. “Me gustaría acordarme de todas las personas que se han cruzado en mi carrera. Me he hecho mi pequeña familia allí donde he estado, aunque mi gran familia fue siempre la Selección.

Debutó con España en la preparación del Eurobasket de Le Mans, en 2001, con 18 años, aunque se cayó de la lista definitiva de Vicente Rodríguez. Pero a partir del siguiente verano, en el Mundial de China, se convirtió en casi una fija. Quinta en número de internacionalidades (244), se colgó ocho medallas con España, aunque se le escapó el oro. Tanto en los éxitos europeos de 2013 y 2017 fue el último descarte, pero sí que puede presumir de un oro cadete y del oro olímpico terrenal, en Río 2016, porque en todos los Juegos queda claro que Estados Unidos juega en otra liga.

Pascua vivió en primera persona parte de los éxitos de la Selección femenina, pero no fueron las únicas victorias en su carrera. Una trotamundos del baloncesto español (Mann Filter, Acis León, San José, Perfumerías Avenida, Conquero, Gernika y Cadí La Seu), en Salamanca fue donde más ganó (Liga, Copa y Supercopa, tanto de España como de Europa), aunque también lo hizo en Huelva (la Copa de 2015) en un Conquero, donde vivió la cara amarga del deporte (impagos, promesas incumplidas...), algo que le empujó a dar un paso al frente. Porque Luci no es solo el techo de este Hall of Fame, también una guerrera incansable que continúa su lucha en los despachos como presidenta de la Asociación de Jugadoras (AJUB), donde consiguió otra victoria, el convenio colectivo. El baloncesto le sigue debiendo mucho a una jugadora con la que la Selección creció varios centímetros.

Ana Belén Álvaro: “El baloncesto me llenó la vida de emociones y experiencias”

La Selección femenina, que en 1993 logró en Perugia el primer oro en la historia del baloncesto español, ha sido protagonista en todas las ediciones del Hall of Fame. En 2021 ingresó como equipo, pero luego se sucedieron las jugadoras que se colgaron aquel oro y que ya están en el olimpo del baloncesto español de forma individual: Blanca Ares y Pilar Valero (In Memoriam) en 2022, Wonny Geuer en 2023, Betty Cebrián y Marina Ferragut en 2024... y ahora Ana Belén Álvaro.

La directora de orquesta de aquel éxito fue ella. Una jugadora que sintió un flechazo con el baloncesto en Mollet y que con 15 años debutó en la élite. “Estoy aquí gracias a un grupo de personas que me han acompañado en este viaje. El baloncesto me ha llenado la vida de emociones y experiencias. Por eso, ahora que mi trabajo es el mundo educativo, digo que el baloncesto ha sido la escuela de mi vida”, comentó ABA, una base a la que le gustaba mandar y que superó las 200 internacionalidades con España. Es más, hasta la irrupción de Amaya Valdemoro fue la jugadora con más partidos (204). “Jugar con la Selección era un orgullo, pero también una responsabilidad porque representas a las jugadoras que se han quedado fuera y a tu país”, recuerda. Cuatro años de duro trabajo en el Plan ADO dieron sus frutos. La Selección se estrenó en unos Juegos, los de Barcelona 92, con un quinto puesto que supo a poco, pero que se transformo en oro un año después en Perugia.

El año 1993 fue mágico para Ana Belén, que firmó una temporada casi perfecta. Mundial de Clubes, Liga y Copa de Europa con el Dorna antes de colgarse ese oro, que puso la primera piedra de todo lo que vendría después. Un equipo de pioneras liderado por un base, que ya lo dirige todo desde el Hall of Fame del Baloncesto Español.

Santiago Fernández: “Estoy en deuda con el baloncesto”

“Cuando estás en la pista y disfrutas, casi estás tocando el cielo. Eso es el arbitraje”, contaba a AS hace unos días Santiago Fernández. Un pionero en nuestro país que cogió el silbato por primera vez un poco de rebote pero que lo acabó convirtiendo en un amigo inseparable para el resto de su vida. A pocas semanas de cumplir 92 años entra en el Hall of Fame del baloncesto español: “Estoy en deuda con el baloncesto, me ha dado muchísimo, me ha hecho mejor persona. Quiero recordar a algunas personas que me han traído aquí. Octavio Olivé, Mariano del Río, Juan Marqués Ruiz, José Vallejo Escolano... Y Eduardo Portela me fichó en el 92 y estuve con él hasta el 98 siendo director de arbitraje de la ACB. Y luego en 2004 y 2005. Una historia muy larga”, decía emocionado.

Fernández estuvo en Lleida para recoger un reconocimiento a una de las carreras más importantes del arbitraje en España. Empezó en 1954 y en el 59 ya era internacional. Estuvo en partidos de Copa de Europa, Juegos Mediterráneos, Eurobasket y Mundial. Y arbitró la semifinal olímpica de 1968 en México entre la URSS y Yugoslavia. Con el tiempo llegó a ser director arbitral de la ACB en dos periodos. Una institución para el estamento arbitral español que desde ayer está donde merece.

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