El Bilbao ni se despeina en Europa

El Bilbao Basket continúa su paseo triunfal por la FIBA Europe Cup, un torneo que estrena y por tanto va explorando y cada vez adquiere un conocimiento más profundo de por qué se trata de la cuarta competición continental. Si la primera fase fue pan comido, esta segunda resulta ser un sillón masajeador con equipos como el Balkan que no merece ni volver a ser nombrado en esta crónica, un grupo que podría hacerse hueco en una LEB Plata. Está enclavado en Botevgrad, ciudad búlgara de 20.000 habitantes enclavada en la zona central de los Balcanes a 47 km al noroeste de la capital Sofía. Aguantó como pudo los primeros 20 minutos y cedió ante la avalancha posterior. Lo peor que ha tenido enfrente el equipo de Ponsarnau, más flojo incluso que los Glatiators, a los que vapuleó por 106-58, su récord histórico. Al menos los escoceses mostraban cierto orgullo y voluntad por arreglar el desaguisado. Los cuartos de final están casi en la mano para los vizcaínos, que ahora juegan en Alemania ante el Gottingen y cierran la fase con dos choques en casa. Pasan los dos primeros.

Lo mejor es valorar este partido en clave puramente bilbaína. Fue una aplastante demostración de superioridad y contundencia. Los búlgaros se agarraron como pudieron a Dimitrov y a una novedad como Zohore, el resto metió algún triple con todo ventilado, sin defensa, de esos gratuitos para maquillar una diferencia que podía haber sido escandalosa. El tope fue el tanteador final: 64-92. Ponsarnau volvió a descartar a Tsalmpouris, que hasta podría haber renacido y sentirse por un día Tavares ante un enemigo tan débil. Repartió el preparador de Tàrrega mucho los minutos y su jugador número once, Rigo, acumuló casi esos minutos, once. Recuperó anímicamente, al menos durante los 40 minutos que duró el entrenamiento con gente, a Kullamae, y de nuevo dejaron al oponente, dirigido por Knezevic, en un tanteador bajo, como a Manresa, aunque en esta oportunidad era una misión sencilla. Solo se quedó sin anotar Barandalla, pero es normal por su poco tiempo en pista, cinco minutos. Reyes y Andersson también recuperaron buenas sensaciones y Smith confirma que está en la mejor disposición para ser el del año pasado tras salir de las catacumbas ante el Manresa y dar continuidad en Europa. Lidera el grupo invicto el Surne y lleva un 9-0 en la competición.

Los ‘hombres de negro’ tuvieron un inicio despistado (5-0 y 7-2). Pero tardaron muy poco en enchufarse (0-9) y darse cuenta de que el Arena Botevgrad, prácticamente desierto, era un pabellón abonado para su lucimiento. Pudo ensayar con presión en toda la pista y según iba calentando la muñeca un Smith en combustión se acababa el debate. Los bilbaínos metían canastas hasta atacando mal. En el segundo tiempo tuvieron una salida mucho más furiosa, con orden, y no hubo mucho que discutir. Hasta se permitieron delicias como un pase entre las piernas de Kullamae, que antes celebró una canasta a lo ‘jota aragonesa’ y matazo de De Ridder. Que pase el siguiente. Ahora, a pensar en el Andorra.

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