EUROPE CUP | NEPTUNAS 66 - BILBAO BASKET 74
El Bilbao Basket enfila hacia la FIBA Europe Cup
Victoria en la previa por ocho puntos en Lituania ante el Neptunas Klaipeda que deberá hacer buena el viernes en la vuelta de Miribilla.
El Bilbao Basket tiene pie y medio en la fase regular de la FIBA Europe Cup. Sólo un cataclismo le puede apartar de su segunda participación consecutiva en el torneo. Es un equipo en construcción, y mientras va poniendo los andamios del proyecto que apadrina Ponsarnau bueno es atornillarlos con triunfos. El Neptunas era uno de los rivales envenenados de esta previa, un enemigo que invita a un viaje larguísimo y pesado hasta Lituania y con jugadores peligrosos, pero los ‘hombres de negro’ no les han dado opción desde el salto inicial y han encarrilado el pase. Porque no han abierto la puerta de las concesiones, solo algún despiste en defensa y más de un rebote en el aro propio que permitieron a los de Klaipeda agarrarse a la quimera. Un 64-67, después de un triple de Girdziunas a 2:57 para acabar, quizá sí ha sido un momento de cierta apretura, pero las aguas han vuelto a su cauce. Tienen más fondo de armario que un plantel con siete jugadores de nivel, no más allá. El viernes en Miribilla toca hacer buenos los 8 puntos de renta: 66-74. Acarician el billete. Queda por establecer una mayor continuidad nen el juego ofensivo y cierto acoplamiento, pero es normal.
Ponsarnau dejó fuera de convocatoria a De Ridder y metió al joven gigante Taboada como quinto cupo, la cifra que exige la FIBA. Jugó más de lo previsto Sylla, lo hizo de cuatro. El chico respondió con su buena actitud defensiva. Se desplaza muy bien lateralmente y tiene unos bazos interminables, así que resulta complicado despegarse de su marca. Añade intensidad y concentración. Dragic tuvo una puesta en escena rutilante con su portentoso tiro y Gielo es un seguro de vida en la larga distancia, aunque esta vez no estuvo certero. Los demás van engrasando la maquinaria, como Jones, que ofreció muy buenos apuntes con sus saltos constantes. El que va perdiendo protagonismo en la rotación es Rabaseda.
El equipo va ajustando las piezas, pero mientras, tiene una certeza: Pantzar, uno de los pocos que siguen, es el jefe de la tropa. Su renovación para tenerlo más años o sacar unos buenos cuartos en 2025 es una bendición. A Frey hay que darle tiempo, aún no ha cogido el timón con solvencia. El Neptunas tiene un juego sencillo: empezó incidiendo en el poste bajo con Pavelka, de tal manera que los vascos se vieron por detrás, y continuó con llegadas al contraataque de gente abierta para tirar de tres. A un gigante le respondió otro, Hlinason y la cosa empezó a fluir: 0-13 para el 6-16. El Bilbao Basket trató de apretar en defensa, aunque se le obnubiló la vista durante cuatro minutos entre el cierre del primer acto y el amanecer del segundo, y permitió a los locales liderar el marcador después de mucho tiempo: 22-21. Estos tenían un pésimo balance defensivo y cuando los bilbaínos corrían, hacían daño.
Los chicos de Ponsarnau se instalaron en una ventaja cómoda en el entorno de los 6-8 puntos y empezaron a pensar en dejar el cruce visto para sentencia ya en la ida. Crecían durante el partido, como le gusta al técnico de Tàrrega. Apenas temblaron, ganaron todos los períodos y sus lagunas apenas duraros unos instantes fugaces. Ya se sabe que los colegiados pitan aquí como les cuadra. Consintieron que el ímpetu báltico derivase en agresividad defensiva y más de un golpe no castigado. Una antideportiva de Rabaseda con 40-44 a 14:42 para el final podía dar alas a los de Klaipeda. Pero sólo sumaron un punto en los tiros libres y la acción de banda.
Pavelka era el más incisivo en el bando báltico. Los americanos Buie y Waterman son el otro foco anotador para el técnico Vovoras y estuvieron horripilantes en el tiro: 7/24. Trataron de desordenar el juego y sacaron de carril al adversario unos instantes. Rahkman hacía la guerra por su cuenta, va buscando su sitio en los esquemas del Surne, al que le faltaba control. El 6/23 en triples es una cuestión que deberán trabajar a fondo. Lo mismo que los 13 rebotes ofensivos que concedieron, que permitieron segunda opciones a un rival que respiraba en el parqué gracias a ese salvoconducto. Ponsarnau acabó controlando con los dos bases y Kullamae. Pantzar tomó cartas en el asunto cada vez que la cosa se complicaba. Y el estonio puso la máxima diferencia: 55-65 a 5:06 para acabar. El Neptunas tenía que bajar la diferencia porque incluso algunos perdedores de estos cruces van a pasar de ronda. El Bilbao Basket se mostró implacable al final y enfila hacia el torneo europeo con un paso de gigante.
Ponsarnau: “La vuelta será exigente y dura, pero con la ventaja de Miribilla”
Ponsarnau se mostró satisfecho con la renta de ocho conseguida en la ida, pero cree que la vuelta del próximo viernes será “exigente y dura” aunque “con la ventaja” de jugar el partido en Miribilla.“Quedan 40 minutos más y tenemos que estar preparados”, recalcó el técnico del Bilbao Basket y destacó también como “un muy buen síntoma” que su equipo fuera capaz de ganar los cuatro periodos del partido.
“Eso demuestra que el equipo estaba metido y entendiendo cómo se juega una eliminatoria de 80 minutos. Hemos ido a rachas y los malos momentos no han durado mucho. Siempre hemos encontrado la táctica que resolvía las situaciones negativas”, reflexionó. Ponsarnau, por otro lado, destacó que empezaron “bien, con ritmo y energía, dominando el rebote, corriendo y encontrando acierto”.
“Eso nos ha permitido tener una primer ventaja, pero ellos han dado una buena respuesta desde el físico y nos ha empezado a costar jugar. Nos han creado problemas con segundas opciones de rebote y el partido se ha puesto más igualado”, reflexionó.
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