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03/01/19 ENTREVISTA  Antoni Daimiel

Daimiel: “Siempre me ha costado mucho imitar lo que hacen otros”

El periodista, que cumple esta temporada 30 años cubriendo la NBA, ingresa en el Hall of Fame del baloncesto español.

Antoni Daimiel (15 de febrero de 1970) cumple, en este nuevo curso 2024-25, treinta temporadas cubriendo la NBA. Desde los tiempos en los que le tocaba el partido de Sportmania, o el principal de Canal+ si fallaba Santi Segurola, hasta Movistar y el rastro de un comunicador único cuya huella ha trascendido la propia NBA y el mundo del baloncesto. Sobre todo, si se recuerdan sus años al lado del fallecido Andrés Montes, el narrador inolvidable que entró en el Hall of Fame del baloncesto español, como contribuidor, en 2021. Ahora es el turno de un Daimiel que estrenará su lugar, muy merecido, en la gala que se celebrará el próximo día 24 en el Pabellón Marruecos Expo92 de Sevilla.

¿Qué significa para usted formar parte del Hall of Fame del baloncesto español?

Me hace mucha ilusión. No he recibido muchos premios ni homenajes. Me llama la atención porque, como uno que me dio hace unos años Gigantes por mi trayectoria, son reconocimientos que vienen desde el mundo del baloncesto. Eso me gusta mucho porque el baloncesto siempre ha sido muy importante para mí, desde que era niño y empecé a jugar y a seguirlo.

Y también ha sido a lo que ha dedicado su vida profesional.

En mi trabajo, en realidad, en quien más he pensado no ha sido en el baloncesto, ni en mis jefes o mi empresa, sino en el espectador o quien estuviera escuchando. Esa ha sido siempre mi referencia, en quiénes quería focalizar para que disfrutaran más, se entretuvieran… Al final, esto me lleva a la conclusión de que el baloncesto es un deporte, en términos generales, bastante generoso. No soy muy dado a adornar figuras emocionales, pero lo creo de verdad. Sale de dentro de su gente reconocer, valorar… por su propia idiosincrasia, se va librando de cosas, no tan positivas, que inundan otros deportes o la propia convivencia.

Se cría en Valladolid, y allí es donde le engancha para siempre el baloncesto.

Mis primeros recuerdos son partidos en televisión, del Real Madrid en Copa de Europa contra el Varese. Habló de 1975 o 1976. Yo jugaba al balonmano, pero un conocido de mi padre era directivo del Valladolid de baloncesto cuando subió a lo que era Primera División, antes de la ACB. Cuando jugaban en Huerta del Rey. Y le dijo que fuera con su mujer y su hijo porque había muy buen ambiente, era divertido, tenían a un americano tremendo, a Cabrera… Así que fuimos. Era un partido de Copa, cuando se jugaba a ida y vuelta, contra el Granollers. Jugaba Chichi Creus ya, pero era muy joven. Ese partido me cambió, aluciné, lo que vi me cautivó para siempre. Y ya me enganché, empecé a jugar…

“El tiempo ha dado la razón a muchas cosas que pensaba Andrés Montes”

Antoni Daimiel

Otra vez, de lo personal a lo profesional.

Durante los ochenta disfruté muchísimo como consumidor. Toda la gente que ha vivido con uso de razón los ochenta cree que fue una época dorada en cualquier ámbito (risas). Desde luego para mí en el deporte lo fue. Tengo muy buenos recuerdos incluso si trato de liberarme del efecto nostalgia. Cuando llegué como becario a Canal+, éramos muy pocos en la redacción y yo era el que le gustaba el baloncesto. Estaba Alfredo Relaño de director de deportes, pero no teníamos baloncesto. Solo una cosa que se llamaba ‘Desafío Canal+’ y que enfrentaba a equipos y secciones de Real Madrid y Barcelona. Entonces era todavía el último de la fila, pero cuando en 1993 compramos los derechos de la NCAA, el baloncesto universitario estadounidense, Relaño sí me puso ahí. Primero hice una prueba de locución con un partido de la temporada anterior, Nevada Las Vegas contra la Louisiana State de Shaquille O’Neal. Pasamos la prueba y ya ese año hicimos la Final Four en directo, yo como narrador y Segurola como comentarista.

Y después, la NBA.

Durante tres años hicimos la Final Four, no había más baloncesto. Pero en octubre de 1995 compramos derechos secundarios de la ACB y en exclusiva de la NBA. Y ahí llegó la oportunidad de comentar partidos al lado de Andrés Montes y de Sixto Miguel Serrano. Primero en Sportmania, porque estaba de suplente de Segurola, que era el que hacía el partido bueno del Plus. Pero él estuvo poco porque tenía otras ocupaciones y me fui haciendo yo con el puesto.

Hasta ahora.

Desde esa temporada, 1995-96 hasta la nueva, que es oportuno porque cumplo treinta años comentando NBA. Un número redondo y que creo que es básico para que hayan pensado en mí los que lo han hecho para que aparezca aquí como contribuidor. Tiene que ver con la permanencia, la longevidad.

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DIARIO AS

Andrés Montes ya entró en 2021, la primera promoción. Siempre se lo preguntamos, claro, pero fue alguien absolutamente trascendental en su carrera.

Sí, fue muy importante para mí a nivel profesional. Yo me adiestro y me desarrollo en esa función de comentarista a su lado y muy influido por él. Porque era un torbellino de la comunicación, pero también por lo que él pensaba de la comunicación, sus ideas de la profesión, del baloncesto… Y de otras cosas de la vida. Tuve una relación de amistad con él muchos años. Obviamente, a mí me benefició a la hora de pasar de ser un absoluto desconocido a estar en boca de la gente.

Hay una pareja por ahí que hace partidos de la NBA de madrugada…

El efecto imán que ejercía él por su estilo, su personalidad y su manera de narrar nos ayudó a abrir la puerta del territorio mainstream. A lo mejor, yo con otra pareja no lo habría logrado. Cuando él se va de Movistar yo ya estoy muy encauzado y hago mi carrera, pero nunca he olvidado muchas de las referencias y los pensamientos que él tenía. El tiempo ha dado la razón a muchas cosas que opinaba en esa época. Y, fíjate, en esta época que hay tantos influjos e inputs, una marca bastante conocida de electrodomésticos está haciendo una promoción importante con Andrés Montes. Que hace quince años que murió, así que hay chicos de 14 o 15 que no han coincidido con él siquiera. Pero se están vendiendo televisores y teléfonos con él como reclamo, y eso dice mucho de la huella que ha dejado.

“Me ofrecieron ser secretario técnico de un equipo de la ACB”

Antoni Daimiel

Hay también algo de reconocimiento a la NBA como producto y a cómo se ah contado en España. Además de Andrés y usted, también está ya en el Hall of Fame Ramón Trecet, que fue el pionero aquí.

Sí, hay que reconocer su carácter rompedor, su estilo. Ramón Trecet fue la primera voz de la NBA en España; Hasta ese momento era otro universo. Tuvo un estilo muy particular, que llamó mucho la atención. La gente le sigue recordando. Y esto es muy interesante porque, y esto es una visión mía muy personal, creo que desde fuera a veces se acusa al baloncesto de ser una especie de capsula. En sentido peyorativo, como una secta. Que sí es elite, que si nos creemos más que los demás, que si dese fuera no se puede entender… Así que es curioso que tanto Trecet como Montes lo popularizaran tanto en toda la extensión del término. Abrieron el baloncesto para hacerlo de todos. En cualquier deporte que no sea el fútbol existe la necesidad de ampliar miras y llegar al máximo número posible de gente. Por eso se les reconoce, y lo bueno es que se hace tanto desde dentro como desde fuera del baloncesto.

Sobre esto, siempre se suele decir que ayuda el producto: la nocturnidad, los cambios de ritmo que permiten los tiempos muertos y parones…

Montes luego hizo fútbol y, sobre todo al principio, tuvo a mucha gente en contra. Fue un experimento curioso, algo de lo que se habla poco. Yo creo que la experiencia fue positiva, era un reto para él mucho mayor que la NBA, que es obvio que era de madrugada y una competición más lejana. Si se enfadaba alguien de allí, tardaba en llegarte o directamente te daba igual. Eso facilitó que hiciéramos lo que hacíamos. Pero, y siempre insisto en esto, intentábamos ser muy respetuosos dentro de ese estilo. Con el deporte, el partido… con la competición: intentábamos cumplir todos los cánones mínimos que exige retransmitir un evento deportivo para televisión. Tratábamos de combinar lo que era menos habitual con el respeto a la competición. Porque si tú mismo no valoras aquello que estás contando, va a ser difícil que a la gente le llegue. Esto debería ser una obviedad, pero escuchas unas retransmisiones a veces…

02/06/09 BALONCESTO NBA CANAL PLUS DAIMIEL ENTREVISTA
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02/06/09 BALONCESTO NBA CANAL PLUS DAIMIEL ENTREVISTADIARIO AS

Había una base en la que luego introducir vuestras bromas, los apodos y chascarrillos…

Montes, por ejemplo, decía mucho aquello de ‘tostón ball’, pero lo vestíamos bien. Entonces, sobre todo en la Conferencia Este, había equipos que jugaban a marcadores muy bajos, posesiones muy cortas… Pero creábamos un argumento, una historia que seguir, a ver qué pasaba con ese equipo aunque no te gustara como jugaba.

Hablaba antes del salto al nivel mainstream. No parece la fama algo que usted buscara. ¿Lo lleva bien?

Nunca he sido muy favorable a todo eso. Cuando empezaba, en los 90, era diferente. Había más gente a la que no le gustaba la fama, ahora cuesta más encontrarla. Ahora hay adolescentes que se entristecen si no tienen likes. Todo el mundo piensa que trascender es algo que está absolutamente relacionado con el éxito. A mí no me lo parecía entonces, y después de veintinueve años comentando NBA sigo opinando igual. Creo que esta es una profesión como otra cualquiera, una bastante mal considerada en términos generales por la gente de fuera, en parte por la praxis que se ha desarrollado. Yo siempre digo lo mismo: si llevas 29 años en la tele haciendo lo mismo, quien más quien menos ha podido dos o tres partidos y te conoce. Pero la gente es súper respetuosa, al menos en el cara a cara.

¿Y en las redes sociales?

Yo tengo fama dentro de la profesión y del medio en el que trabajo, Movistar, de que soy muy bien tratado. Tendré haters y bloqueados como todos, pero incluso dicen por ahí que si me ponen a comentar un Madrid-Barça no hay demasiadas quejas de ningún bando. Supongo que, por llevar tanto tiempo, entre los jugadores y los clubes me he ganado algo de respeto.

Usted ha vivido toda la historia de la cobertura de la NBA en España. ¿Qué le parece, incluso si lo piensa como consumidor y aficionado?

En los ochenta, sin conocer nada de la NBA y sin ninguna facilidad ni ningún desarrollo tecnológico, en España se hacía un gran trabajo a nivel periodístico con la NBA, que era una cosa que se empezaba a dar a conocer. Había magníficos profesionales trayendo en prensa escrita, periódicos y revistas, la NBA. Y luego he vivido todas las épocas. Mis dos o tres primeros años comento NBA sin internet, que es algo que ahora parece difícil de concebir. Pero me las arreglé, y luego me fui adaptando. Recuerdo que cuando pusieron internet en Canal Plus pensaban que eso era una herramienta muy peligrosa en manos de cualquiera y que podría usarse mal. Y nos dieron cuenta de internet solo a unos cuantos, y yo fui uno de los privilegiados porque hacía NBA. Estaba justificado así. Creo que la NBA es un producto muy agradecido porque te da prácticamente todos los días cosas noticiables. Y por la estética, la promoción, los highlights para captar a los más jóvenes y a los niños… He vivido épocas a nivel competitivo y del baloncesto NBA de todo tipo, mejores y peores. En España ya estaba bien antes del gran desembarco de jugadores españoles, pero esto también ayudó muchísimo.

Y ayudó esa química que tuvieron Montes y usted.

Una de mis filosofías, además de que con Andrés no podía hacer otra cosa, ha sido adaptarme siempre al narrador. Mi concepción de las retransmisiones es así, el comentarista tiene que adaptarse al narrador aunque uno lleve 29 años y el otro sea nuevo. El narrador tiene que marcar el tono, el ritmo, la visión… y yo tengo que acompañar y mejorar. La filosofía de fondo no cambia. Las redes sociales sí han cambiado las cosas bastante, la percepción de la gente y, sobre todo, de los que dirigen los medios. Creo que, por ejemplo, a Guille Giménez cuando entra de primer narrador, en la temporada 2015-16, le ayudó mucho para consolidarse algunas cosas que hicimos en redes durante sus primeras Finales, las que ganó Cleveland 3-4 a los Warriors. Funcionaron muy bien, se hicieron virales y ya en esa época los responsables daban mucha importancia a los pinchazos, las views… En los primeros años, estaba acostumbrado a que me dirigiera gente que sabía de contenidos. El negocio ha cambiado y los medios están dirigidos por gente más especialista en marketing, actividad comercial, compra y venta de derechos… Eso cambia la visión tú te tienes que adaptar para sobrevivir.

23/02/19 ANTONI DAIMIEL MOVISTAR ENTREVISTA 

ENVIADOCASTAÑEDA
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23/02/19 ANTONI DAIMIEL MOVISTAR ENTREVISTA ENVIADOCASTAÑEDAMOVISTARDIARIO AS

En todo caso, el crecimiento de la NBA ha sido enorme, desde el nicho que fue a básicamente una cultura con una enorme comunidad, contenidos y debates permanentes…

Si pienso en todo ese proceso no me sorprende, pero en el 95 no me lo podría haber imaginado, claro. Es que ni podía imaginar cómo íbamos a tener montado el mundo. Ahora te despiertas y tienes en la mesilla el móvil y al momento empiezas a ver canastas y jugadas de un partido que acaba de terminar. Yo he seguido partidos a través del teletexto, de los play by play… Ahora incluso la NBA cree que tiene ese terreno ganado pero que hay menos interés en partidos enteros.

Un asunto al que no solo da vueltas la NBA.

Sí, pasa en cualquier actividad de ocio. Le echamos la culpa a los jóvenes pero no la tienen, ellos también se han encontrado esto. Ahora nos dicen ‘esa película está muy bien pero le sobra media hora’. Hombre, si está tan bien mejor que dure media hora más, ¿no? El mundo ha cambiado mucho, pero al baloncesto le va bien porque es un deporte muy estético. Está muy bien como ciencia, en lo que es táctica y estrategia, pero ese mundo de los entrenadores ha sido a veces la barrera que ha hecho que se considere desde fuera como una especie de cápsula. Así que ha sido muy agradecido para eso el mundo highligth, ver en el móvil jugadas, alimentar estrellas… Otra cosa que se ha notado es como hay cada vez más fanáticos en cuanto a equipos y te encuentras unas cosas… Yo siempre entendí que la NBA es una liga de momentos, de equipos puntuales que tienen a determinados jugadores o juegan de una determinada manera. O de un jugador en un determinado envoltorio, que luego a lo mejor se va a otro equipo y ya no te gusta tanto. Creo que la NBA se disfruta más así que siendo un fanático porque además está montada para que haya continuamente relevo de equipos poderosos. A mí me gusta cómo es.

“Siempre me he considerado, por encima de todo, periodista”

Antoni Daimiel

¿Y cuál es su época favorita?

Fue tremenda la primera, la que ya llamo la de The Last Dance, la de los Bulls de Jordan entre el 96 y el 98. Luego hubo una pequeña crisis pero la NBA tiene una tremenda capacidad de regeneración rápida. Siempre pongo el ejemplo de que cuando se retira Michael Jordan hay un cierre patronal y una temporada de 50 partidos, unas Finales poco mediáticas entre Nueva York y San Antonio… y de repente ese año fueron novatos Vince Carter y Jason Williams, que eran los reyes de los highlights. Y te preguntas cómo es posible porque eso la NBA no lo ha podido planificar. Pero es un ser vivo que se regenera con una velocidad tremenda. A mí me ha gustado mucho la época Warriors, por cómo ha cambiado la forma en la que se juega por espacios, dimensión de la pista… Ahora pasa otra cosa que no pasaba antes y está muy bien para vender la liga, y es que te plantas en enero o febrero y hay ocho aspirantes al MVP. Antes había uno o dos, tres a lo sumo. Y ahora hay ocho o nueve. He sido más de momentos concreto y equipos. Los Bulls primero, luego los Lakers… Miami Heat con LeBron, Wade y Bosh fue una distracción que estuvo bien, pero luego llegó un impacto mayor con Warriors.

Cita a Michael Jordan y a LeBron James y parece más fan del primero.

Creo que el mejor jugador ha sido Jordan, pero también que LeBron le ha superado en otras cuestiones que tienen que ver con su perfil como deportista. Su capacidad para mantenerse ahí, cuidarse, levantarse… No es fácil perder tantas Finales y usarlo como trampolín, adecuar su estilo de juego a su cuerpo y ha cómo ha ido cambiando la liga… LeBron ha sido el mejor en todo eso, pero en general y si se cuentan todas las puntuaciones de videojuego, todas las habilidades y características, Jordan tendría más puntuación.

A nivel profesional, ¿le ha quedado alguna espina clavada, un proyecto que ha querido hacer y no ha podido o alguno que todavía sueña con poner en marcha?

Espinas clavadas no, pero ha habido algún momento en el que hubo alguna oportunidad y no se sabe qué habría pasado. En un momento en el que estaba desanimado con asunto profesionales y por la acumulación de años, me hablaron de la posibilidad de ir de secretario técnico a un equipo de la ACB. Me encantaba como reto porque siempre he sido un loco de los juegos en modo manager y ha habido periodistas a los que les ha ido bien en saltos así. Pero no cuajó y no creo que me hubiera ido tan bien en cuanto a perdurabilidad porque eso fue en 2010, y en lo que estaba y estoy haciendo he seguido quince años más, y muy a gusto. A nivel profesional estoy muy satisfecho, orgulloso, creo que en el baloncesto he hecho todo lo que se puede hacer. Fuera… podría haber hecho más cosas. Siempre me he considerado periodista por encima de todo. Me ha tocado hacer deporte y he estado siempre encantado porque me gusta mucho, pero podría haber trabajado en otras áreas.

¿Hay algo de la forma de hacer prensa deportiva en Estados Unidos que eche de menos aquí, algo que importaría sin pensárselo?

En 1996 o 1997 empecé a viajar a Estados Unidos y me impresionó el nivel que había en los periódicos, también a nivel local y regional. Era espectacular, leías artículos tremendos. La tendencia, al menos para como entiendo yo el periodismo, ha sido empeorar, aquí y allí (risas). Es mi visión, e igual no hay culpables y es una forma de adaptarse a cómo se vive. No sé si es por rentabilidad, por supervivencia… Está peor ahora. Creo que allí nos llevan ventaja en las obligaciones que marca la propia liga, y eso tiene que ver con que allí han tenido siempre la percepción de que la prensa es algo necesario y que rema a favor. Pasa lo mismo con la educación que tienen los jugadores, que también contribuyen a esto.

Aquí las cosas son muy distintas, sí.

No se han desarrollado esas vías. Ni las obligaciones que marcan las competiciones, que a veces han querido y no han podido imponerlo a los clubes, que están cada vez más convencidos de que la prensa es enemiga. A los jugadores les meten miedo los clubes, sus representantes… Se ha complicado mucho. Y luego me encanta, y aquí no se hace porque hay gente a la que no le conviene, que están convencidos de que la competición es mejor cuanto más imprevisible sea. Todos los ajustes que hay en términos de draft, gasto salarial, repartos… Me encanta que estén convencidos de que eso es bueno para todos a pesar de que siempre vaya a haber franquicias más poderosas como los Lakers o los Celtics. Ahora veo que Oklahoma City Thunder es uno de los grandes favoritos para el próximo título, y me encanta. Me gusta, como profesional y también como aficionado, enfrentarme a una competición en la que no sé qué va a pasar.

La última, ¿cree que existe un estilo Daimiel?

No creo que yo tenga un estilo muy marcado. Hay gente que me dice que cambiaba mucho en Colgados del Aro con respecto a la televisión, ahora me lo dicen también con el podcast… Trato de adaptarme al medio, a la gente que creo que está atendiendo, a lo que creo que procede. Obviamente, tengo una manera de ser y actuar de la que no me puedo liberar a la hora de trabajar. Hace unos años me encontré una canción, que está en plataformas y la puede buscar la gente, que se llama ‘Actitud Daimiel’. Me llamó mucho la atención porque no sé si es algo que se puede delimitar claramente. Pero sí que creo que cada vez que dicen cosas como el estilo Daimiel, es para bien, así que estoy encantado de que se diga. Dicho eso, creo que hay gente con más carisma, perfiles más profundos. Además, no h tenido ningún periodista como el que quisiera ser. Ha habido mucho que me han gustado, pero quería ser yo. Es más fácil así, y hacer en mi trabajo lo que creía de verdad que había que hacer. Siempre me ha costado mucho imitar lo que hacen otros.

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