Baxi Manresa, primer finalista de la Lliga Catalana
Los del Bages derrotaron al Joventut gracias al tiro exterior y al control del rebote.
El Baxi Manresa ya espera en la final de la Lliga Catalana tras deshacerse del Joventut sin demasiados problemas. Los de Pedro Martínez estuvieron mucho más sólidos, conjuntados y con un punto físico mejor. La victoria fue contundente, merecida, coral e indiscutible. Impusieron su ritmo durante los 40 minutos. En lo estrictamente baloncestístico, el tiro exterior y el rebote, sobre todo el ofensivo, decantaron la balanza para un Manresa con mucho más ritmo. Brancou Badio, con 16 puntos, fue el mejor.
Pese a que los inicios del duelo fueron igualados, se vio ya a un Manresa más cohesionado, con menos desajustes, pero con poco acierto. Un equipo que corre al contraataque y tira mucho desde fuera, que necesita buenos porcentajes para hacer daño. En los primeros cinco minutos tiraron nueve triples, metieron uno, mientras que en la segunda parte del cuarto metieron cuatro más. Del 11-9 al 15-27, con un control del rebote sólido ante un Joventut superado. Defendieron bien por dentro, pero dejaron demasiado solos a los tiradores del Baxi. Onuaku, con sus heterodoxos tiros de libres, el más destacado de los verdinegros.
La ventaja dio alas al Manresa, que jugó cómodo hasta el descanso. Puntos de Vaulet, de Geben… pero apareció Tomic. Un pequeño parcial a favor de los verdinegros que zanjaron los de Pedro Martínez con otro triple. Pero el de Dubrovnik empezó a carburar más allá de los puntos. Bloqueos, rebotes, asistencias… El problema es que los triples siguieron cayendo (31-52). Hasta siete jugadores del Baxi anotaron desde el 6′75.
Los rebotes siguieron siendo un problema para un Joventut en el que, por fin, apareció Deshaun Thomas. Pero no fue suficiente porque no pudieron romper la dinámica del choque. Llegando tarde a las ayudas, los exteriores del Manresa siguieron haciendo daño. La sensación fue la de un partido de pretemporada, donde a los verdinegros les faltó ese punto físico necesario para llegar, por lo menos, a puntear los tiros. Subieron un punto la intensidad, eso no se puede negar, pero solo les alcanzó para reducir tímidamente la desventaja. Los últimos minutos fueron un trámite del que todos conocían el desenlace.