La Penya manda de vacaciones al Baskonia

El primer cuarto fue badalonés. Pau Ribas ejerció de speaker, anunció que seguirá la próxima temporada, y la grada se vino arriba. Pero el primero en anotar, a los 5 segundos, fue Rokas Giedraitis. Y eso que el salto entre dos lo había ganado Ante Tomic. Cuando había transcurrido medio minuto, Kyle Guy consiguió su primer triple. Pero es que Feliz, Vives y Brodziansky le acompañaron para cerrar el cuarto con 5/9 desde esa distancia. Un equipo que estaba acostumbrado a sacar réditos del juego interior y que en esta serie ha destapado el tarro de las esencias con los lanzamientos exteriores. A esas alturas del choque ya era evidente que los árbitros iban a ser permisivos en las faltas de contacto debajo de ambos aros. Con el 16-11, Joan Peñarroya pidió el primer tiempo muerto. Brodziansky, como en Vitoria, estaba intratable en materia ofensiva. Aunque ese acto inicial concluyó con tres tiros libres de Markus Howard, hizo un 2/3 y las cosas terminaron 21-19 y mejores sensaciones para los catalanes. El ambiente en las gradas era eléctrico.

El segundo cuarto también fue verdinegro gracias a un parcial final de 13-4 y un Vives muy inspirado. Pero ese periodo comenzó con problemas para la Penya debido a la segunda personal de Tomic. Guy y Howard se emparejaron en defensa en las dos partes de la cancha y comenzaron a intercambiarse triples (31-31, min. 15). Los vitorianos llevaban un 4/4 en esa distancia hasta que Matt Costello falló uno. En el minuto 17, el Joventut sumaba 12 puntos de la gente de banquillo y los del Cazoo, mejor, llevaban 20. Dani Díez cometió una antideportiva, Marinkovic tuvo un par de errores defensivos de bulto, Peñarroya fue amenazado con una falta técnica y los de Carles Duran se marcharon a los vestuarios ganando por 46-40.

El descanso sentó bien al equipo del egarense porque el Joventut estuvo 3 minutos sin anotar. Defendía bien, atento las líneas de pase, reboteando y con un Kotsar que rebañaba los tiros que no entraban en la canasta badalonesa. Hubo un parcial inicial de 0-7 pero Howard se metió en problemas con su tercera falta personal. Cuando regresó a la cancha, jugó de manera demasiado individualista, sin pensar que junto a él había otros cuatro compañeros capaces de anotar. Es el estilo del Baskonia pero además de convertirlo en algo encantador, también te condena. El público se enfadó porque en dos jugadas de acción continuada, al equipo local no se le concedió la canasta y, en el caso del Baskonia, sí se dio (55-54, min. 25).

Joel Parra recibió un golpe en el hombro y se tuvo que ir al banquillo. En el Cazoo, Peñarroya apostó muchos minutos por tener de manera simultanea en el partido a Darius Thompson y Max Heidegger, pero ninguno estaba fresco de mente y de piernas. Con el 62-54, el técnico del conjunto azulgrana tuvo que pedir otro tiempo muerto para tratar de corregir errores. Howard cometió su cuarta personal, Heidegger hizo un empujón ridículo que conllevó antideportiva y Kyle Guy, cómo no, metió un triple desde Indiana para dejar el luminoso en 71-62.

Los números de este jugador, al final del tercer cuarto, eran de locura. En el cómputo total de la serie, a falta de diez minutos para terminar, llevaba 16/28 en triples. Y el banquillo baskonista no se usaba en los casos de Kurucs y Raieste, dos jugadores bastante secantes en labores defensivas. Además, Thompson sumó su cuarta falta para el minuto 31. Con el 75-62, Peñarroya decretó defensa zonal y no abusar del triple. La máxima llegó con el 77-62. Quedaban 7 minutos para terminar y los verdinegros iban 15 puntos arriba. Howard cometió la quinta en el 36. La Penya se mantenía con acierto en ataque porque dominaba el rebote ofensivo. Es lo que te da y te quita la zona porque te desajustas un poco para capturar los balones en tu propia canasta. Con el 82-76 después de dos triples de Thompson hubo un acercamiento-espejismo. La suerte estaba echada… el conjunto de Duran está en semifinales porque fue mejor en los dos partidos.