La BCL que respira ACB y late con Ricky
La incorporación de Joventut, Granca y Alba da una nueva dimensión e interés a la competición, mejor posicionada ante la sombra de la NBA Europa. Más contendientes que buscan tumbar la dinastía del Unicaja.

Con la Euroliga y la Eurocup ya en marcha, llega el turno de la Basketball Champions League, que vivirá su décima edición. Cada vez más asentada en el panorama europeo, la BCL sigue creciendo ante la sombra de la futura NBA Europa de la mano de FIBA, cuya llegada deja todavía muchas preguntas sobre tiempos (2028 la tendencia actual), actores y cultura competitiva. NBA y FIBA pretenden otorgarle a la BCL un peso estratégico, con un derecho deportivo a participar en ella. “En la nueva liga de élite, podríamos conseguir que los dos mejores equipos de la Basketball Champions League se clasifiquen y después organizar un torneo para el resto de las plazas disponibles. Y en el futuro, los dos mejores equipos de la nueva liga (ya refiriéndose a la NBA Europa) podrían acabar jugando la Copa NBA“, dijo Mark Tatum, vicecomisionado de la NBA en junio. Uno tiende a ser escéptico ante esas informaciones aún poco concretas, pero parece claro que la BCL tendrá un papel significativo en el paradigma del futuro. Esa proyección ha atraído a clubes consolidados en la esfera Euroliga como Joventut y Gran Canaria, que ya hicieron amagos en veranos anteriores, así como al Alba de Berlín, histórico del baloncesto europeo aunque venido a menos (colista de la pasada Euroliga con solo 5 victorias y recortando su presupuesto hasta los 8 millones de euros). Triple sopapo de FIBA a Euroliga. Además, el efecto Ricky Rubio le da un chute de interés potente por todo lo que atrae el genio de Masnou, lúcido y fresco como una rosa en sus primeros partidos con la Penya.

Rezumará la BCL a ACB más que nunca, porque antes Unicaja y La Laguna Tenerife empezaron a darle forma. El club malagueño tomó esa decisión cuando todo era campo en 2021, y el tiempo ha terminado dándole la razón. Campeón en las dos últimas ediciones, en Belgrado y Atenas, con un dominio exuberante (18 victorias seguidas entre diciembre de 2023 y marzo de 2025), aunque son tiempos de reestructuración en Málaga, ante unos cambios de calado en esa columna vertebral ganadora. Pero estimula esa posibilidad de ganar un tercer título y no deja de ser el camino más llano a tocar plata. Y que Tenerife volverá a estar ahí suena a certeza (campeones en 2017 y 2022 y seis Final Four de BCL en nueve temporadas). Una máquina competitiva la de Vidorreta, sempiterna, porque siempre sortea aquello de la edad media alta en su plantilla. Marcelinho Huertas, MVP de las dos últimas ediciones. Candidatos de nuevo manifiestos al título, con un camino que debería ser sencillo en la primera fase: El Unicaja debutará este miércoles en el Carpena (20:30 horas) ante el Mersin de Turquía; completan su grupo el Oostende de Bélgica y el AS Karditsas de Grecia. Oponentes laxos y alguno desconocido, un debe de la BCL, que esa zona subterránea esté más asentada y ponga más aprietos a los contenders. Pero forma parte del encanto de la competición y esa búsqueda de más mercados europeos. Por su parte, los canarios jugarán en Italia ante el Trapani, además del Bnei Herzliya de Israel y el Tofas turco. El presidente del club italiano, el empresario Valerio Antonini, solicitaba la pasada semana la no participación de los equipos israelíes, un quilombo que de momento FIBA deja pasar.

Mientras, Joventut y Gran Canaria debutan este martes, en un gesto casi teatral de la BCL para exhibir su fuerza desde el primer día. La Penya recibe a Cholet en el Olímpic (20:30 horas), en un grupo algo más exigente con Bursaspor (subcampeón de la Eurocup en 2022) y Hapoel Holon, también de Israel, como rivales. Gran Canaria, por su parte, arranca en Lisboa ante Benfica (21:30 hora peninsular), con una espina dorsal que jugó el Eurobasket con Portugal. Le Mans y Spartak Subotica de Polonia completan el grupo claretiano en esta fase. El formato de la BCL, con grupos de cuatro equipos, dota de importancia a cada partido desde el primer día y permite compatibilizar la exigencia de la ACB. En comparación, la Eurocup cuenta con dos grupos de diez equipos, de los que solo los seis primeros avanzan, lo que genera más viajes, mayores costes y partidos con menor carga competitiva. La BCL, en cambio, no tiene red de seguridad. Esta estructura competitiva es uno de los motivos por los que Gran Canaria y Joventut se suman, buscando protagonismo y exigencia en cada jornada, con un calendario intenso pero más manejable. Aquella renuncia del Granca a la Euroliga en 2023 alertó del problema y puso aún más en jaque a la Eurocup.

Además del Alba de Berlín, que se estrena tras 24 años en competiciones Euroliga, entre los otros equipos a seguir se encuentran Galatasaray, subcampeón, dirigido por Yakup Sekizkok (mano derecha de Ataman en la selección y su etapa en Efes) y que ha coqueteado con la NBA por la magnitud de un mercado como Estambul; el AEK de Atenas; o el Rytas Vilnius, reforzado con Jerrick Harding, máximo anotador de la ACB, y Gutys Radzevicius como líder, quien sonó para el Barça este verano. Sin embargo, la preponderancia debería recaer sobre los equipos ACB, cuyo nivel de plantilla y prosperidad los sitúan por encima del resto.

Cobertura en el aire
Un aspecto clave a tener en cuenta es la cobertura televisiva de la BCL. Actualmente, los partidos de Unicaja no tienen emisión garantizada: ni 101TV, la cadena local malagueña, ni TVE a través de Teledeporte, que no ha dado noticias. Por su parte, el Joventut asegura la transmisión de sus encuentros por TV3, de manera similar a los partidos del Manresa en la Eurocup. Fuera de estas excepciones, la única vía para seguir los partidos de la BCL es la plataforma oficial de FIBA, Courtside 1891, que ya emitió prácticamente de forma íntegra el pasado EuroBasket. Los partidos del resto de españoles se podrán ver gratuitamente a través de esta plataforma, y de momento es la única vía para los seguidores del Unicaja, Gran Canaria y Tenerife. El abono en Courtside cuesta 25,99 € al año o 9,99 € al mes, aunque no es necesario adquirir un paquete para acceder a los partidos de BCL. Solo habrá que registrarse en el portal.
En lo económico, la BCL ofrece un millón de euros para el campeón y unos 600.000 € para el subcampeón; el resto de participantes apenas cubre gastos, con un premio aproximado de 40.000 € solo por competir e incrementándose esa bolsa en función de las victorias. Para los equipos ACB, solo con ese millón permitiría equilibrar costes de viajes, desplazamientos a destinos recónditos y, en ocasiones, contratación de vuelos chárter.
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