Fiesta completa en el Buesa Arena

El Buesa Arena y su entorno han subido el telón de la temporada con una fiesta de todos los colores. Música, juegos de luces y oscuridad, ritmos, animación... y como colofón, un derbi atronador con un dominador clarísimo: el Baskonia. El club azulgrana anunció a bombo y platillo la ‘Nochentera’, la canción que ha movilizado gran parte del mundo este verano y que aspiró sin suerte a Eurovisión. De ‘noche entera’ se le hizo al Bilbao Basket en el Buesa a partir del minuto 15, cuando los vitorianos sacaron el rodillo y Moneke, que es un espectáculo en sí mismo y se sumó al programa verbenero, impulsó a los azulgranas hacia la paliza. El ‘cuatro’ de las rastas y las gafas la va a reventar esta temporada en la ACB, rodeado de un equipo con más calidad y físico que en Manresa hace dos años.

El Bilbao Basket recibió una mala noticia hace tres días. El Baskonia perdió en Murcia y andaba apretando los dientes de la rabia. Se preparó un largo guateque para el estreno en casa en la tercera jornada y quiso estar a la altura. La traca más importante en todos esos fuegos de artificio tenía que ser un triunfo impactante ante el vecino del norte. El Bilbao Basket, animado por su estreno ante el débil Andorra, aguantó bien el cara a cara en el primer cuarto. Howard era de nuevo indefendible, pero el equipo de Miribilla tenía puntos para sostenerse en el marcador, especialmente intentando llevar el choque al cinco contra cinco. Los alaveses no acababan de encontrar el acierto en ataque, eran muy respetuosos con el enemigo, que venía de una buena pretemporada, aunque algo coja por la suspensión de dos partidos.

Los de Joan Peñarroya sufrieron para asegurar su rebote ante un Bilbao Basket que centró sus esfuerzos en surtir de balones a Killeya-Jones, que castigó a sus pares en un primer asalto que acabó con los visitantes por delante, 18-20. Pero a continuación en un par de chispazos, el conjunto de Peñarroya sacó a relucir las debilidades de los bilbaínos, que mostraron sus dudas de equipo nuevo, sin una respuesta física ni mental a la altura de la exigencia. Muchos tienen que adaptarse a la Liga y conocerse mejor entre sí. Está de moda decir que un compromiso “nos aporta información del equipo”. Pues bien, Ponsarnau se ha visto en esta cita tres telediarios completos. Por ejemplo, a Pantzar aún le queda mucho recorrido para asumir el salto desde la LEB, Tsalmpouris debe rectificar su blandura y con De Ridder hay que tener paciencia. Ante el vendaval, esta vez no les libró la suspensión, como en la Euskal Kopa en Galdakao por la condensación en la pista. Para el Surne, su visita al vecino se ha convertido en una tradicional tortura y esta vez no se iba a romper la rutina mantenida durante 15 años: 19 derrotas en 20 visitas. Es una película mil veces vista.

Los locales empezaron a correr y dejaron el asunto ventilado. Al descanso, 18-0 al contraataque. Muchas transiciones a partir de la férrea defensa y en gran parte porque los ‘hombres de negro’ no cuidaban la pelota. En el segundo cuarto, el equipo de Ponsarnau hizo un 2/9 en dobles y 1/5 en triples. En cuanto el Baskonia subió líneas y se endureció atrás, dejó sin respuesta al rival. Con 15.000 gargantas animando a rabiar no se puede fallar.

La segunda parte incorporó el baile a la música que atronaba por todas partes en el recinto azulgrana. El baño se fue hasta el 81-53 a 5:32 para acabar, con una canasta doble de Rogkavopoulos. Nombres como este y Tsalmpouris requieren casi las dos partes de la camiseta para que entren, la frontal y la espalda. Moneke seguía a lo suyo, la anarquía al poder: colocó un taponazo por la estratosfera a Smith, que no acababa de encontrarse a gusto. Ponsarnau lo veía tan negro que sacó a Kullamae de base, porque Renfroe y Pantzar estaban pasando las de Caín. Solo cuando Peñarroya dio descanso a sus figuras y puso en liza a Díez y Raieste pudo llegar cierto maquillaje visitante, con un 3-13. Para un hombre como Dani Díez, que vale que no es una estrella pero tampoco un recién llegado a esto porque no hay muchos jugadores que puedan decir que han pasado por Madrid, Unicaja, Tenerife y Baskonia, que le jaleen como a un júnior para que meta una canasta tampoco debe de ser muy gratificante. Kullamae conectó con Hlinason y el Bilbao Basket salió con respiración para pensar en el Obradoiro entre semana sin angustiarse mucho.

Peñarroya: “Hemos basado la victoria en nuestra defensa”

Joan Peñarroya indicó que basaron la victoria en su defensa y consideró que se mostraron bastante sólidos desde el minutos siete. Se mostró contento de ver el Buesa lleno y desveló que fue “muy importante para los jugadores nuevos”. “Ha sido un partido bastante sólido, teníamos mucho respeto al rival porque venía de jugar de forma muy coral dominando mucho al rival. Lo han demostrado en los primeros minutos y teníamos que hacer las cosas bien”, expresó el preparador baskonista.

Apuntó que la defensa les permitió “tener un juego en transición” y dijo que la victoria fue “muy importante”. “Vale de muy poco pensar en lo que ha pasado tanto si has ganado como si has perdido”, reflexionó. “Hay que tener calma, nos falta conocernos, así que paciencia y a seguir trabajando”, argumentó con tranquilidad, aunque admitió que “ganar ayuda mucho”. “Hay que hacer que el equipo juegue bien y que los nuevos se adapten a la liga”, añadió.

Preguntado por Khalifa Diop, opinó que “es un jugador joven pero conoce la Liga y viene de competir a primer nivel”. “Pese a su juventud tiene bagaje y es un jugador en formación del que todos esperamos mucho”, agregó. Respecto a Moneke reconoció que “transmite mucho, pero no es Michael Jordan”. “Tenemos que aprovechar sus cosas buenas, no esta aquí para correr y hacer lo que le dé la gana. Ni él ni nadie”, dijo con una sonrisa.

Ponsarnau: “Nos hemos desmoronado a nivel mental”

Ponsarnau, explicó tras la derrota ante el Baskonia que su equipo se desmoronó a nivel mental y deben aprender del partido que disputaron este sábado en el Buesa Arena. El preparador bilbaíno dijo que empezaron “con las ideas claras y bastante sólidos” e incluso opinó que tuvieron “oportunidad de hacer daño”, pero no lo aprovecharon. Consideró que en el segundo periodo cambió todo porque se lamentaban de los errores en ataque y el mal balance defensivo.

“Tuvimos poca confianza en el tiro, hicimos penetraciones que no nos llevaban a ningún sitio y nos han corrido bien y hecho daño”, lamentó el técnico, que manifestó que la entrada de Vanja Marinkovic fue “determinante en defensa y ataque en la segunda mitad”. “La prueba ha sido exigente y no la hemos superado. Somos un equipo joven y nuevo y necesitamos más jugadores que encuentren más consistencia”, expresó Jaume Ponsarnau.

Confesó que hubo un momento que desde el banquillo se pusieron a pensar en el siguiente partido, pero matizó que tienen “un compromiso” con su gente que les tenían que ver luchando hasta el final. “De repente en defensa no hemos hecho cosas que estábamos haciendo bien y esta es la gran lección de mentalidad que tenemos que aprender”, dijo el entrenador.