Feliz ajusticia a Unicaja
El base del Joventut fue absolutamente decisivo en el último cuarto para resolver un duelo igualado.
Fue Andrés Feliz, con un último cuarto brillante, quien decantó el Joventut-Unicaja. Una aseveración reduccionista pero cierta, que pretende dejar patente la importancia del base en el desenlace final del partido. Hasta su irrupción el encuentro estuvo muy empatado. Y eso que Unicaja empezó muy mal, con menos de un punto por minuto durante casi dos cuartos, ahogado desde el tiro exterior y superado en el rebote. Pero se rehizo, de hecho llegó a ir por delante en el último cuarto, hasta que entre Parra, Tomic y sobre todo Feliz certificaron la victoria verdinegra.
La penya empezó mejor el partido. No en los primeros compases, espesos e igualados, sino hacia el final del cuarto. Allí construyó su primera ventaja notable (16-7) tras un parcial de 9-0. Unicaja controló bien a Guy, no tanto a Tomic, pero perdió la batalla del rebote. Demasiadas segundas oportunidades para los verdinegros, que evidentemente no desaprovecharon. Con un quinteto alto, también fueron superiores en defensa. Unicaja no encontró ni la fluidez ni los puntos, poniéndose ya al final del primer cuarto por detrás en el electrónico. En diez minutos sumaron los mismos puntos que Tomic.
A Unicaja le costó mucho anotar, fruto de la buena defensa local pero sobre todo de su mal porcentaje de tiro. Las pérdidas de la Penya, sin embargo, les dieron vida. Entre Brizuela y Alberto Díaz recortaron la distancia pero los malos porcentajes de tres siguieron lastrando a ambos equipos. Especialmente los malagueños, con un paupérrimo 1 de 12, a los que rápidamente el Joventut dobló en el electrónico (26-13). Dos triples consecutivos de Unicaja y la aportación de Kalinoski apretaron el marcador pero la insistencia en el tiro exterior de los visitantes les siguió penalizando. También el rebote (32-25).
El partido siguió por los mismos derroteros tras el descanso, sin que ninguno de los dos equipos ofreciera un gran espectáculo. Salió la Penya mejor del vestuario, pero Unicaja fue de menos a más. Mejoraron en defensa y a partir de ahí crecieron en ataque. Elaboraron más y mejor, cogieron más rebotes y aumentaron los porcentajes. Y se pusieron por delante (45-46). Fueron sin duda los mejores minutos del equipo malagueño.
Las pérdidas fueron ahora un problema para un Joventut que se vio por detrás en el marcador, por primera vez, en el peor momento (49-54). Apareció Parra, también Carter, llevando el partido a los 58-58 con cinco minutos por jugar. Todo abierto, pero con mejores sensaciones del Joventut.
Feliz, con seis puntos, construyó la ventaja de la Penya y Tomic, con cuatro, la apuntaló (68-62). Poco más de un minuto por jugar y un milagro por obrar que finalmente no se consumó. Feliz lo evitó con un último cuarto brillante en el que Unicaja volvió a repetir los mismos errores que cometió a lo largo y ancho del partido. Sobre todo con los malos tiros exteriores y un deficiente control del rebote.