Yurtseven corona el equipazo del Panathinaikos

El Panathinaikos se dispone a cerrar su plantilla con un movimiento de dos direcciones en su zona interior. Los verdes han conseguido amarrar un fichaje, el del turco Omer Yurtseven, y ahora deberá buscar hueco en otro equipo a Olek Balcerowski, al que habían prometido su continuidad este mismo verano.

Con la confirmación de este pívot se reafirma también el campeón de la Euroliga, que venció en la Final Four de este año al Real Madrid para regresar a lo más alto del continente. El proyecto de Ergin Ataman, que tendrá a un compatriota como referencia de pintura, se hace más grande: se ha captado a uno de los bases por los que suspiraba media Europa, el internacional español Lorenzo Brown, y se ha pescado en la NBA sin perder a los activos más valiosos de la pasada temporada. Omer Yurtseven, que mide 211 centímetros y tiene 26 años, procede de Utah Jazz, donde se quedó sin sitio.

El Panathinaikos amarró en la posición de base a Kendrick Nunn, clave para vencer, y mantiene ahí a Sloukas, piedra de toque del proyecto, a los que ahora se une Lorenzo. En el lado opuesto, la posición de pívot, Yurtseven tendrá que ganarse los minutos con el francés Mathias Lessort, otro de sus jugadores con más alto valor.

Omer Yurtseven abandona la NBA sólo tres años después de debutar en ella. Este nacido en Taskent (Uzbekistán), aunque de nacionalidad turca, se formó en dos equipos universitarios de Estados Unidos, los Wolfpack y los Hoyas, tras haber estado en la cantera del Fenerbahçe. En el Draft de 2020, al que se presentó, no fue elegido. Fue una de esas apuestas arriesgadas de los Heat de Spoelstra durante los últimos años, y que tanto talento les ha hecho descubrir bajo el radar. En dos temporadas con los floridanos se hizo un nombre en la Liga, y para continuar agrandándolo cambió a los Jazz con tal de rascar algunos minutos más en un equipo con menos aspiraciones. Acumuló 130 partidos en sus tres cursos. Sus medias fueron de 5,1 puntos y 4,6 rebotes en fase regular.

Ahora que el archirrival, el Olympiacos, ha recuperado de la NBA a Sasha Vezenkov, MVP de la Euroliga antes de probar fortuna en América, y de que Luca Vildoza se ha marchado del OAKA a El Pireo, Becirovic (gerente) y Ataman (entrenador) tenían un golpe más para dar en la mesa del mercado. Vuelve Yurtseven. Otros rivales de la Euroliga han reforzado su zona interior: el Barça, con Metu, Fall y un Anderson que puede jugar minutos de ‘4′; el Mónaco, con Georgios Papagiannis; el Maccabi, con Wenyen Gabriel; el Madrid, su rival en la final de Berlín, se ha quedado cojo con la salida de Yabusele a los Sixers, quedando pendiente de un recambio que se una a los fichajes de Ibaka o Garuba en esa parte de la cancha. A los atenienses les resta hallar una solución para el polaco Balcerowski, que con los mencionados Lessort y Yurtseven -y contando con Mitoglou, Antetokounmpo e incluso Papapetrou y Hernangómez para la posición de ala-pívot- queda desplazado; el Unicaja tenía apalabrado su fichaje hasta que el Panathinaikos decidió bloquear su salida, situación que se le ha dado la vuelta totalmente semanas más tarde.

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