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MÓNACO

Un dilema trascendental en Mónaco

El equipo monegasco puede optar por que su mejor equipo solo juegue Euroliga: Francia ha introducido un tope de gasto al estilo de la NBA.

Un dilema trascendental en Mónaco
TOMS KALNINSEFE

La situación del baloncesto europeo sigue siendo complicada: calendario, presupuestos, cupos de jugadores nacionales, configuración de las plantillas… Los equipos que juegan Euroliga necesitan ser competitivos y conformar proyectos que puedan establecerse entre los mejores del continente. Uno de los últimos que lo ha hecho ha sido el AS Mónaco, que regresó a la Euroliga en 2021, gracias a que se proclamó campeón de la Eurocup. Desde entonces, ha dejado claro que quiere ser uno de los grandes: con una potente política de fichajes, en 2022 se quedó a las puertas de la Final Four (perdió en el quinto partido de cuartos) y este año ha estado entre los cuatro mejores, en Kaunas. Perdió en semifinales contra el Olympiacos, su mismo verdugo de un año antes en el playoff.

El Mónaco todavía no es uno de los equipos con licencia, pero tiene asegurada la continuidad en Euroliga por tercer año consecutivo gracias a que, al llegar al menos a cuartos estas dos últimas temporadas, ha ido alargando el derecho a quedarse una de las dos plazas que dan acceso por la vía Eurocup. La otra, para el próximo curso, será en principio para el Gran Canaria, aunque el equipo español ha tenido algunas dudas iniciales sobre la viabilidad de volver a la gran competición europea, que ya disputó en la 2018-19 (perdió 22 de 30 partidos).

El Mónaco quiere seguir invirtiendo para asentarse en la élite continental y, desde luego, para buscar el título que ya tenido a dos pasos en la última edición de la Euroliga. Pero se ha encontrado uno de esos problemas que surgen cuando entran en conflicto dos realidades, por un lado la Euroliga y por otro la competición doméstica. La Liga Francesa (LNB) va a establecer una limitación del gasto en plantilla, una especie de límite salarial estilo de la NBA. El primer mensaje del Mónaco como respuesta ha sido plantear la posibilidad de crear dos equipos, uno para Euroliga y otro para la LNB. Algo que sería revolucionario en Europa, establecería un complicado precedente y materializaría un formato con el que ya han flirteado otros equipos, casi siempre todavía con la boca pequeña. Entre ellos, el Maccabi.

La LNB va a establecer un sistema de control de gasto a partir de la próxima temporada que afectará de lleno al Mónaco. Los equipos solo podrán gastar 8,5 millones de euros en plantilla (jugadores y cuerpo técnico). En una medida que coge lo básico del salary cap y el impuesto de lujo de la NBA, habrá penalizaciones para quien se exceda en formato impuesto: entre 70 y 80 céntimos por cada euro de gasto extra. En los primeros cálculos a la espera de tener una plantilla cerrada (todavía no ha terminado la presente campaña), el Mónaco podría tener que pagar unos 2 millones de euros. Es decir, el equivalente básicamente al sueldo de su gran estrella, el base estadounidense Mike James. Si el equipo monegasco, que ha gastado 10,7 millones esta temporada en sueldos, superara los 12, tendría que pagar 2,5 millones de euros más.

El problema se complica: las normas de fair play financiero de la Euroliga no permiten que los propietarios ponen de sus bolsillos más del 50% de la inversión del equipo… y serían ellos los que tendrían que hacerse cargo de las multas en Francia, donde según Basket News la Liga apenas genera unos 3 millones de euros en contratos comerciales.

Así que el Mónaco ya ha filtrado la que sería una solución bomba: un equipo A para la Euroliga, y uno B para la LNB formado básicamente por jugadores franceses jóvenes. Básicamente, del ProA U-21, el campeonato de cantera francés en el que los jugadores son menores de 21 años. El aviso del Mónaco es serio y las consecuencias serían seguramente de enorme magnitud en Europa, en cuanto otros equipos de Euroliga empezaran a plantear escenarios similares. Los distintos ritmos de las competiciones y las necesidades de estas y sus principales equipos, cada vez más alejadas, son un ya viejo problema que pueden conducir a este planteamiento, extremadamente complejo.