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EUROLIGA

Semana negra para el Barcelona

Una jornada doble muy exigente se saldó sin victorias para un Barça que ha pasado de poder amarrar el factor cancha a tener que pelearlo en la recta final.

Semana negra para el Barcelona
GEORGIA PANAGOPOULOUEFE

La semana era peliaguda y muy importante para el Barcelona, que se ha pasado buena parte de la fase regular de la Euroliga en las primeras posiciones, dentro de la zona que da ventaja de campo en el playoff de cuartos. Pero, con la clasificación comprimida al máximo, afrontaba una jornada doble terrorífica, con dos salidas en tres días en las que visitaba a dos de los equipos más en forma de la competición, en dos de las pistas en las que más difícil es ganar… y con el riesgo de ser cazado por ambos en la clasificación: Fenerabahçe, con el que perdió el miércoles tras casi remontar en el tercer cuarto solo para venirse abajo en el último después de un inicio de partido tétrico; y Panathinaikos, otra derrota, esta con el guion contrario: un gran primer tiempo y un desastre después del paso por vestuarios.

Además, el Mónaco perdió el primer partido de la semana en su pista, contra el Milán, pero (aunque por los pelos) no falló en el segundo contra el Valencia. Y el Barça se ve, después de esta compleja semana europea, en cuarta posición. Podría haber sido peor porque ni Mónaco, ni Fenerbahçe ni Olympiacos han hecho 2-0 en la jornada doble. Solo lo ha logrado el Panathinaikos, que ahora es segundo. La clasificación, eso sí, es una locura a falta de tres jornadas. El Real Madrid ve el panorama desde su propio mundo (25-6), pero la situación es caótica por detrás: 20-11 para Panathinaikos, Mónaco y Barcelona, 19-12 para Olympiacos y Fenerbahçe, que ahora mismo evitarían el play in pero que solo tienen un partido de ventaja sobre el Maccabi, séptimo (18-13).

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En caso de empates directos entre dos equipos, termina por delante el que tenga mejor average en sus duelos directos. El Barça lo tiene perdido con Mónaco y Fenerbahçe, ganado contra el Olympiacos y empatado con Panathinaikos (si hay un empate solo entre ellos decidirá el average general). Con el Maccabi tiene que jugar en el Palau (ya ganó a domicilio por dos puntos). En caso de igualdad a victorias entre más de dos equipos cuando acabe la fase regular, el primer criterio de desempate es el número de partidos ganados en los duelos entre esos equipos empatados. Si por esa vía acaba habiendo equipos que siguen igualados, se miran los averages particulares entre ellos.

Al equipo de Grimau le quedan tres partidos: dos fuera (contra el Bayern de Pablo Laso, que se juega sus útlimas opciones, y el Asvel) y uno en casa (Maccabi, ahora mismo la frontera del play in). No es un calendario muy complicado, a priori, pero sí obliga a los azulgrana a pescar a domicilio, donde están 6-9, un contraste enorme con su 14-2 del Palau, un balance como local que solo mejora el 14-1 del Fenerbahçe. El Barça está igualado a triunfos con el segundo, pero todavía no ha evitado la repesca del play in. Se puede ver, a las puertas de esta recta final de tres partidos, el vaso medio lleno o medio vacío…

Esto es lo que les queda por delante a los equipos implicados en esa pelea (factor de cancha en cuartos y una plaza de play in) con el Barcelona (del segundo al séptimo puesto):

PANATHINAIKOS: Virtus Bolonia (fuera), Bayern (fuera), Alba Berlín (casa)

MÓNACO: Asvel (fuera), Zalgiris (casa), Bayern (casa)

BARCELONA: Bayern (fuera), Maccabi (casa), Asvel (fuera)

OLYMPIACOS: Partizán (fuera), Estrella Roja (fuera), Fenerbahçe (casa)

FENERBAHÇE: Alba Berlín (casa), Efes (casa), Olympiacos (fuera)

MACCABI: Valencia (casa), Barcelona (fuera), Milán (casa)

La historia apunta a una batalla crucial

Tener factor cancha en el playoff de cuartos es obviamente importante. Más para un equipo con una cara competitiva muy distinta dentro y fuera de su feudo. Y desde luego si se aplica a la realidad del playoffs de cuartos de la Euroliga, un ecosistema en el que esa ventaja de pista acaba siendo, casi siempre, un factor diferencial. Lo dice la historia: ha habido 84 series de cuartos de final en la Euroliga moderna, y en 71 se ha clasificado el equipo con factor cancha a favor. Un tremendo 84,5% para el mejor clasificado, que se asegura jugar el último y definitivo partido como local. Esta brecha ha sido aún más pronunciada en los últimos años: 34-6 para el local en las 40 eliminatorias más recientes. Incluido un 4-0 la pasada temporada, con tres quintos partidos ganados por el local. Nunca, de hecho, se ha ganado un partido decisivo de cuartos a domicilio.

La Euroliga introdujo el playoff de cuartos en la temporada 2004-05, la quinta en el formato moderno. Hasta entonces, avanzaban a la Final Four los cuatro líderes de los cuatro grupos del ya desaparecido Top-16. Durante cuatro años, las series eran al mejor de tres partidos y desde el curso 2008-09 pasaron a ser al mejor de cinco, la constante hasta ahora con la excepción de la temporada abortada por la pandemia (2019-20).

Para el Barça, el factor cancha es especialmente crucial. Desde que hay cuartos de final, ha jugado quince series (todas las posibles menos tres). De ellas, ha ganado nueve y ha perdido seis, con un desequilibrio muy obvio: como local, en once ocasiones, balance de 9-2. Solo ha perdido dos veces, en las temporadas 2010-11, cuando defendía título pero se estrelló contra el Panathinaikos, y 2014-15, cuando no pudo con el otro equipo de Atenas, el Oympiacos. En las otras nueve ocasiones, ha accedido a la Final Four, en cinco, además, sellando el pase en el último partido, en su pista.

Sin embargo, a domicilio los datos no pueden ser menos halagüeños. Cuatro eliminatorias y cuatro derrotas. Las cuatro además en el partido decisivo, fuera de Barcelona. Dos veces jugando series a tres (contra Unicaja y Maccabi en 2007 y 2008) y dos a cinco, en 2016 contra el Lokomotiv Kuban y en 2019 contra el Efes. Así que parece obvio que las opciones de estar en la Final Four por cuarta temporada consecutiva pasan por aferrarse al Palau y sellar el factor cancha en las últimas tres jornadas. Esta semana de dos partidos era un reto tremendo, a partes iguales un gran peligro y una oportunidad de oro. Acabó siendo lo primero, y ahora toca remar en la recta final de la fase regular. Y también en la Liga Endesa, donde mañana tiene un exigente derbi catalán en Badalona, un partido al que llega tras perder en su pista con el Breogán, en riesgo de firmar un 0-4 en esta semana y con el noveno puesto, que no da acceso a playoffs, a solo dos partidos de distancia.

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