Sebastián Herrera y el gran viaje: “Shorts se come a quien sea, corazón y talento innato”
El chileno del París Basketball, el líder de la Euroliga, habla del auge del baloncesto en la capital francesa y del camino que emprendió con otros cinco jugadores desde Bonn a su nuevo club.
El nacimiento del París Basketball en 2018 coincide con la entrada en escena de David Kahn, actual presidente, periodista y antiguo ejecutivo de la NBA, que arriesgó para hacer realidad algo que a muchos les parecía imposible, que París no tuviera un gran equipo de baloncesto. Momentos clave en la corta vida de la entidad hay varios, pero uno muy relevante se produjo en el verano de 2023.
El club apostó por el finlandés Tuomas Iisalo para el banquillo, acababa de ganar la Champions FIBA en Málaga con el Telekom Bonn. Con él, de ese equipo campeón, llegaron seis jugadores. El viaje de Bonn a París lo afrontaron TJ Shorts, Collin Malcolm, Tyson Ward, Michael Kessens, Leon Kratzer y el chileno Sebastián Herrera, escolta de 1,93 m y 27 años que cuenta a AS, horas antes de enfrentarse al Real Madrid, la singular historia.
En 2024 ganaron la Eurocup y ahora, con un presupuesto al alza que ronda los 20 millones, comandan la Euroliga. Iisalo se marchó de asistente a los Grizzlies y lo sustituyó Tiago Splitter, camino inverso el del brasileño, de la NBA a Francia, donde uno de sus ayudantes es el español Carles Marco y otro, Stefan Ivanovic, el hijo de Dusko.
“Iisalo nos dio el hábito de cómo trabajar, la base, y con Splitter nos hemos acoplado a lo nuevo, aunque mantenemos cosas parecidas, un estilo. La temporada en Bonn fue increíble, éramos jugadores bastante sólidos pero no habíamos ganado ningún campeonato, queríamos dar el paso al siguiente nivel y se armó un tremendo grupo. Lograr la Champions (FIBA) fue algo inesperado y nos dio la mentalidad de salir a vencer en todos los partidos, independientemente del oponente. Eso nos permitió dar el siguiente paso en París, con la Eurocup y una subida de nivel”.
Un trasvase de seis jugadores que se realizó en aquel verano de 2023, una fecha señalada. “Empezamos a escuchar cosas y hablamos entre nosotros, ya que somos un grupo muy unido, y resultó lindo que llegáramos a París varios jugadores a la vez”, recuerda Sebastián Herrera.
El objetivo no solo era ganar, sino enganchar a una afición nueva en el recién estrenado Adidas Arena, con capacidad para 8.000 espectadores: “Con las victorias y un basket atractivo, la gente se ha motivado. Hay una mezcla entre lo americano, también con los espectáculos en la cancha, y lo europeo. Un ambiente difícil de explicar, un poco distinto al habitual en Europa, pero con su esencia, con los fans apoyando todo el partido, porque empujan más de lo que muchos esperaban, incluso yo mismo no imaginaba tanto. Gran ambiente y cancha llena. Es bonito ver cómo una ciudad tan grande empieza a respaldarnos”.
“Sembrar el caos”
Ese baloncesto sugerente del que habla Herrera es de “un estilo intenso, de esfuerzo colectivo”. “Lo damos todo y tratamos de crear el caos en el rival, mientras que en ataque jugamos muy libres. Resulta difícil de explicar, yo conozco el sistema, llevo varios años y me siento cómodo, pero a los chicos nuevos les cuesta un poco las primeras semanas, luego se acostumbran y lo disfrutan”.
En esa estructura encaja gente descarada y agitadora, incluso incendiaria, como el escolta Nadir Hifi. “Sí, me recuerda un poco a Sergio Llull, a un Llull joven”, afirma Seba. Aunque si se trata de sembrar el caos, pocos mejores que el alero estadounidense Tyson Ward: “Está en todas, puede defender a cualquiera y luego sale al contraataque y hace un mate, se juega un triple… El caos completo”.
Y, claro, por ahí anda TJ Shorts (Timothy Neocartes Shorts II, pasaporte de Macedonia del Norte), al que se le ve bajito (1,75 m y 27 años) y es un demonio. Al oponente le resulta imposible intuir lo que se le viene encima. MVP de la Champions y de la Final Four, MVP de la Eurocup y de la final y candidato al mismo reconocimiento en esta Euroliga, lo que sería un tres de tres encadenado: “Tiene una mentalidad increíble, se come a quien sea que esté enfrente. Su talento es innato, pero su corazón es aún más grande. No le teme a nadie, una combinación de muchas cosas que lo hacen muy especial”.
El duelo de Shorts este martes con Campazzo es uno de los más explosivos que se puede ver en la Euroliga, dos bajitos jugones: “Me enfrenté al Facu y a Deck en febrero, cuando Chile ganó a Argentina 69 años después en un partidazo que no se esperaba nadie. Tanto Campazzo como Shorts son muy intensos y competitivos, con una enorme mentalidad ganadora. Pero aquí no se juega un uno contra uno, sino un encuentro entre dos colectivos muy importantes”.
Sebastián Herrera nació en Vitacura, Santiago de Chile, hace 27 años, de padre chileno y madre alemana (Herrera Kratzborn son sus apellidos), aunque afincada en el país sudamericano desde hace más de 40 años. El escolta creció allí y con 17 años, después de destacar en un torneo con su selección en categorías inferiores, se fijaron en él y dio el salto a Alemania, al Gladiators Trier (2015-17). Su pasaporte alemán ayudó. Y de ahí, sin salir del país, al Crailsheim Merlins (2017-20), donde coincidió con Tuomas Iisalo por primera vez, luego al Oldemburgo (2020-22) y el resto es historia: Bonn, París… Y quién sabe si España en un futuro: “Uno creció en Chile mirando el fútbol y conoce a los dos más grandes, al Madrid y al Barcelona. Por eso poder enfrentarme a ellos es algo muy lindo y a la vez una oportunidad de demostrar que podemos ganarle a cualquiera, que podemos aguantar el ritmo”.
¿Y conquistar la Euroliga? “Somos muy humildes, venimos de clubes pequeños, por decirlo así, empezamos muy abajo y eso nos mantiene con los pies en el piso”. Lo que sí augura es un gran futuro a medio-largo plazo para su actual club: “Sí, lo veo como un grande en unos años. El baloncesto francés está creciendo mucho, cuentan con unas generaciones increíbles de jugadores, elecciones altas en el draft de la NBA, la selección gana medallas, las infraestructuras han mejorado… Y París es una de las ciudades más importante de Europa, ese entusiasmo y potencial económico se verá reflejado en el futuro”.
En lo personal, con más protagonismo en la Liga francesa que en la Euroliga, asume su rol: “Lo más importante es ayudar al equipo como sea a ganar, juegue más o menos. Me enfoco en mejorar cada día, en mantenerme listo y ser lo más profesional posible”. Y más adelante, quién sabe: “España siempre ha sido una Liga que me ha interesado, de hecho, he tenido ofertas, pero como se dieron las cosas en los últimos años he tomado otro camino. Pero sí, ojalá pase”.
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