Real Madrid, ¿y ahora, qué?

Cualquier derrota en una final es dura y si es en la Euroliga, durísima, porque no sabes si volverás a jugarla el año que viene o dentro de 13, como le pasó al Panathinaikos. La sensación empeora si delante se cruza una oportunidad histórica, por eso de encadenar dos éxitos por primera vez en seis décadas, y el traspié resulta más comprometido si pasas de anotar 36 puntos en el primer cuarto y de viajar 14 arriba en el minuto 12 a desaparecer. El equipo blanco se apagó abrumado por la defensa, con un Jerian Grant clave en los de Ataman, que mantuvieron el ritmo en ataque con un Sloukas decisivo, la irrupción de Nunn y un Lessort que marcó el desenlace al superar a Tavares y Poirier. Y aun así el Madrid encajó el golpe cuando no metía un solo triple e intentaba demasiados: se puso a uno a falta de ocho minutos. Si Sloukas no hubiera acertado de fuera, quizá la zona 2-3… pero lo hizo. Baloncesto. Decepción final tras 38 partidos y 12 minutos impecables.

Chus Mateo

¿Sale Chus Mateo tocado? Algunos le critican por la gestión de quién y quién no estaba en pista, por apurar a la vieja guardia (menos de lo que se dice), pero ni Campazzo ni Hezonja ni Tavares, tres de los mejores de Europa en su puesto, se impusieron a sus pares. Las faltas lastraron al primero y al tercero, y a Poirier. El técnico repetía el viernes que habían ganado juntos al Olympiacos. En la final fue igual, cayeron como bloque, con responsabilidades repartidas en función de la importancia de cada cual.

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¿Habría relevo en el banquillo si el Barça elimina al Madrid en una semifinal que empieza mañana? Nadie pone la mano en el fuego y eso ya es esclarecedor. Chus Mateo afrontó un reto muy difícil en 2022 al relevar a Laso, respondió y ganó la Euroliga, que es como tocar el cielo (que lo pregunten en Atenas). La trayectoria esta temporada ha sido mejor. Antes de la Final Four había conversaciones para su continuidad, la pregunta es ¿por qué no estaba ya renovado oficialmente? Una cuestión de respaldo lógico a un gran trabajo y de restar incertidumbre a una plantilla en la que la mitad de los integrantes tiene su futuro en el aire. Lo contrario es transmitir, se piense o no en el club, un “no estoy seguro con el entrenador”. En la era Laso, por ejemplo, prácticamente todos los anuncios de renovación llegaron con mucha antelación, nunca se esperó a apurar el contrato.

Renovación de Tavares

Del técnico a la plantilla. Se ganara o no la Euroliga la reconstrucción era forzada. Rudy se retira, Sergio Rodríguez puede seguir sus pasos y Causeur acaba contrato y, en principio, no firmará otro. Llull sí lo hará y… Hezonja, Poirier y Tavares también finalizan. De ellos, Edy alargará su vinculación durante varias temporadas en un contrato complejo que recoge varias cláusulas (cinco campañas en total, como informan a AS y publica Encestando) por unas cifras que superarán los cuatro millones brutos por temporada. Poirier tiene pie y medio en el Efes porque la propuesta recibida no mejora su actual situación y la del club turco le colocaría con un salario neto no muy alejado del que va a rubricar Tavares. Y respecto a Supermario, que tras la derrota decía que había sido culpa suya, muchos lo ven fuera la próxima temporada, pero él dijo la semana pasada que “ojalá” siguiera, que se decidiría en verano.

Garuba y Rathan-Mayes

Sin Poirier, la vuelta de Usman Garuba como pívot móvil, veloz, reboteador y con una gran capacidad defensiva cobra fuerza, como adelantó hace unas horas Eurohoops, que habla de un compromiso cercano. Lo lógico es pensar que la operación acabe haciéndose, pero el jugador no se olvida de la NBA.

Por el que sí parece que hay un principio de acuerdo es por Xavier Rathan-Mayes (1,93 m y 30 años), según adelanta Basketnews y ha podido saber AS. El canadiense es un combo, un escolta que puede ayudar en el uno, que defiende y que en la VTB con el Enisey ruso de Siberia ha promediado 25,4 puntos y 4,5 asistencias. Su volumen de tiros ha sido alto y su porcentaje de tres del 34,8%. Una apuesta por confirmar tras pasar por cuatro continentes y 14 clubes diferentes, ninguno de la élite europea, aunque su mejor momento es ahora, en su madurez.

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Lorenzo Brown

En la dirección, el Madrid necesita un segundo base que pueda alternar casi en igualdad de minutos con Campazzo (Alocén quiere seguir como tercero). Varios medios apuntan a Lorenzo Brown como gran refuerzo, pero según informan a AS fuentes conocedoras de la situación, el club blanco no va a fichar al internacional español. Además de un director, el equipo necesita un defensor exterior, una pieza que ha echado en falta en la Final Four por varios motivos. No hay un superespecialista desde las salidas de Taylor y Hanga, algo que ha agravado la lesión de Deck, ya que Causeur, que ha hecho ese rol, ha jugado poco y Abalde, nada (11 segundos).

Kyle Guy

Kyle Guy, como tirador consumado, y cada vez mejor generador de juego, ha sido vinculado al Madrid. Su relación con el Lenovo Tenerife está clara. El club desea que se quede, tiene contrato firmado hasta 2025 pero con una cláusula de salida muy asequible que acaba el 10 de junio (y luego aumenta). El claro referente exterior debe ser Musa, le resta un año con salida NBA este verano.

Más allá, queda por definir la posición de cuatro, en la que solo Yabusele ocupa ese puesto a tiempo completo con la ayuda de Eli Ndiaye. En el cinco, uno de los campeones de la Euroliga júnior, Ismaila Diagne, que podría haber sido una opción para ayudar a Tavares, está cerca de marcharse a la Universidad de Gonzaga, como adelanta Chema de Lucas. La reorganización será intensa y es para ya, aunque al mismo tiempo, al Madrid le toca levantarse, en Liga y ante el Barça.

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