Panathinaikos-Olympiacos: se recrudece la batalla de Atenas

El Panathinaikos conquistó la séptima Copa de Europa de su historia el pasado mes de mayo tras derrotar en la final de Berlín (Alemania) al Real Madrid. Fue el punto final a una maldición de 13 años sin levantar el trofeo continental. El cierre de una etapa desoladora de 12 años sin acceder a la Final Four.

Fue la vuelta a la grandeza de un histórico, de un PAO liderado por el siempre polémico Ergin Ataman, el entrenador de las dos Euroligas con el Anadolu Efes, y que vivió una auténtica revolución en la plantilla en el verano de 2023 para alcanzar de nuevo la élite: 11 fichajes en el periodo estival y, en octubre, la guinda del pastel, Kendrick Nunn.

Un enorme esfuerzo por parte de un Dimitris Giannakopoulos que quiere más. Mucho más. El excéntrico (por decir algo) mandamás de los verdes ha dado unas pequeñas pinceladas más a una plantilla ya de por sí magnífica con las incorporaciones de Lorenzo Brown desde el Maccabi Tel Aviv y de Omer Yurtseven. El pívot turco (26 años y 2,13 m) llega con 113 partidos en la NBA a su espalda entre Cleveland Cavaliers y Utah Jazz. Si se adapta a la Euroliga, es un enorme refuerzo para una rotación de aleros y pívots que ya contaba con Ioannis Papapetrou, Juancho Hernangómez, Konstantinos Mitoglou, el esencial Mathias Lessort…

Casi nada. Perros grandes alimentados por Brown, que llega tras un final de temporada magnífico con el Maccabi y bastante flojo con la Selección en los Juegos. Es un base con puntos, con una enorme habilidad en el uno contra uno y con una visión de juego superlativa. Nunn, Sloukas y él. Un trío de bajitos llamado a dominar la Euroliga… si el vecino ateniense no se lo impide.

Porque en El Pireo resurge el grito herido del Olympiacos. Semifinalista en la última Final Four en la que cayeron frente al Madrid y a la que llegaron tras dejar en la cuneta al Barcelona en cuartos, el Oly ha dado un golpe sobre la mesa en el mercado veraniego con la recuperación de Sasha Vezenkov. El búlgaro, MVP de la Euroliga 2023, regresa al Viejo Continente, a su última casa tras solo una temporada en la NBA.

No ha sido el único bombazo por parte de los griegos, que han cazado a una de las grandes ballenas europeas que había libre en la NBA: Evan Fournier. El internacional francés regresa a Europa tras 12 temporadas en la Liga norteamericana, donde llegó a ser un buen referente ofensivo. En Orlando, aportó su mejor nivel con 16,2 puntos de media en siete temporadas. Según Shams Charania (The Athletic), el escolta galo firmará por dos temporadas y más de cuatro millones de dolares.

No llega solos a este peligroso Olympiacos, que levantó su última Euroliga en 2013. El equipo de Georgios Bartzokas ha robado a su vecino con la incorporación del base argentino Luca Vildoza, que no cuajó en el Panathinaikos y ayudará en el puesto de uno a un irregular Nigel Williams-Goss. También ha conseguido el retorno de Tyler Dorsey: después de un gran año en Grecia, el estadounidense probó suerte en la NBA… y tomó el camino de vuelta al poco tiempo para reforzar al Fenerbahçe.

Y hay una apuesta, digamos, la de Keenan Evans. El guard llega desde el Zalgiris… aunque lesionado, en pleno proceso de recuperación de la operación en la rodilla a la que se sometió en mayo y que le tendrá fuera de las canchas entre seis y ocho meses. Con su vuelta, el potencial rojo será enorme. Una capacidad de fuego para plantar cara a cualquiera en la Euroliga, incluso a un Panathinaikos con el que batalla por el dominio del baloncesto griego y europeo se ha elevado hasta el cielo.

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