Mirotic silencia los pitos de Belgrado para dar aire al Milán

Tarde de verdadero infarto en la Euroliga. En el primer pase, en Kaunas, el Zalgiris sigue desangrándose desde que se puso líder de la competición. Desde entonces ha perdido los tres partidos que ha jugado, hoy el primero de ellos en casa, aunque el rival era de aúpa. El Fenerbahçe que, a pesar de tener varias bajas muy sensibles, es el líder en solitario ahora mismo con 8 victorias y sólo dos derrotas. Pero los lituanos vendieron cara su piel y no hincaron la rodilla hasta los últimos segundos (65-72). En un partido en el que llegaron a perder por 17 puntos en la primera parte, la vuelta de vestuarios les sentó fenomenal, metieron varias marchas más y llegaron a empatar el encuentro en los minutos finales. Lonnie Walker, pretendido por el Real Madrid y que tuvo un debut nefasto con el Zalgiris la semana pasada, ya está entrando en la dinámica del equipo. De forma un poco individualista, es verdad, pero hoy fue el más destacado de su equipo con 19 puntos (3/5 en triples), 3 rebotes, 4 robos y 21 de valoración. En los turcos, la figura de Nigel Hayes-Davis se hizo gigante según se iban acercando los instantes decisivos, hasta firmar un doble-doble de 18 tantos y 11 rechaces para 23 de valoración.

Una hora y media más tarde comenzaban los últimos partidos y en Bolonia estuvo a punto de darse la gran sorpresa de la jornada. La Virtus, que comparte farolillo rojo con otros dos equipos y que está a un nivel de juego muy alejado de los mejores equipos del continente, estuvo a punto de tumbar al campeón de Europa, el Panathinaikos. Fue un partido durísimo en el que por fin se vio a un gran Will Clyburn en los locales (18 puntos, 60% en triples, 6 rebotes, 4 asistencias...) y en el que se vio también destacar a otro que ha sonado para el Madrid. Isaia Cordinier consiguió 12 tantos, 7 rechaces y 7 pases de canasta antes de quedar eliminado por faltas en los últimos segundos, cuando su equipo buscaba para el reloj a la desesperada. Kendrick Nunn, máximo anotador del encuentro con 20 puntos, metió el primer tiro libre pero falló el segundo, quedaban 6 segundo y el PAO tenía una ventaja de 3 puntos. La Virtus habría tenido la oportunidad de forzar la prórroga con un triple si no fuese porque apareció por allí Juancho Hernángómez para coger el rebote ofensivo, palmear el balón y sentenciar el encuentro (77-82). El español no tuvo tanto protagonismo durante el encuentro como en las últimas jornadas, pero volvió a acabar jugando de titular cuando se decidía el duelo y fue básico con ese rebote más canasta final.

Mirotic al rescate

El otro encuentro que se resolvió en el alambre fue el Partizán-Armani Milán. Dos equipos con muchas necesidades y muchas más derrotas de las que les gustaría a estas alturas de temporada. El Stark Arena, hasta arriba y con una atmósfera bastante presionante, como acostumbra, la tomó con Nikola Mirotic. Ya desde el calentamiento. Los aficionados del Partizán parece que no olvidan lo que pasó hace dos veranos, cuando el hispano-montenegrino lo tenía hecho con el club serbio pero acabó cambiando de idea y de destino en el último momento. La grada le dedicó una sonora y continua pitada y algún insulto que otro. ¿Cómo respondió él? Como lo que es, una estrella de la competición.

Mirotic fue fundamental para su equipo: máximo anotador (19), máximo reboteador (9), jugador con más robos (3), más triples (3) y más valorado (27). Una exhibición de baloncesto en terreno enemigo que lo fue más aún porque jugó mejor cuanto más avanzaba el partido. Estuvo muy bien acompañado por otro exbarcelonista como Leandro Bolmaro (11 tantos, 6 rechaces y 4 asistencias) y por Zach Leday (13) puntos). El resultado final fue 81-88, pero esa diferencia sólo se dio en los segundos finales, en la rueda de tiros libres visitantes y canastas locales falladas. Hasta entonces fue una locura con nueve cambios de liderazgo en el marcador durante todo el encuentro. Una victoria que costó mucho pero que da un balón de oxígeno tremendo al Armani Milán.

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