Más ‘dinero NBA’ para el Madrid
La salida de Yabusele dejará 2,5 millones de dólares para un club blanco que ya cobró mucho dinero por el adiós de Mirotic, Doncic...
Guerschon Yabusele se va del Real Madrid. El ala-pívot francés va a regresar con 28 años a una NBA de la que salió escaldado en 2019. Había sido número 16 del draft tres años antes, pero no consiguió hacerse sitio en Boston Celtics. Su proceso ha sido el de muchos: reordenar y relanzar su carrera fuera de Estados Unidos… y a ver qué pasa. En su caso, con un obvio deseo por la revancha, el segundo asalto en una liga en la que cree que ahora sí que tiene sitio. Desde EE UU, además, se ha percibido de la misma manera gracias a su brillante actuación en los Juegos Olímpicos, con Francia. Al fin y al cabo, es un cuatro fuerte, físico y con buena mano desde la línea de tres. Un perfil interesante sobre el papel y que, en los números salariales de Europa, no supone riesgo en el nivel NBA. El equipo que ha decidido que ese era el modus operandi, un acuerdo de un año para probar, ha sido Philadelphia 76ers.
Yabusele tenía un año más de contrato, y a priori cuando este acabara, en el verano de 2025, sus opciones de regresar a la NBA habrían parecido más tangibles. Al menos desde el punto de vista económico. Pero los Juegos dispararon su caché y precipitaron los acontecimientos. Y el jugador ya debe haber aprendido que los trenes no suelen pasar más de una vez. Así que se va con un contrato mínimo en la escala NBA (en torno a 2,1 millones de dólares), con un único año de vínculo… y con una cláusula de 2,5 millones de dólares que tendrá que abonar, está por ver con qué formula, al Real Madrid. De ella, y por convenio NBA, los Sixers suelen aportar 850.000 dólares como máximo. El resto, en torno a 1,6 millones, saldrá del bolsillo del jugador.
Para el Madrid, es un obvio contratiempo perder a un jugador importante a estas alturas del verano, con buena parte del mercado ya exprimido. Pero es probable que haga un fichaje más para su rotación de forwards (aleros y ala-pívots), y tiene recursos nuevos (llegará Usman Garuba) o casi nuevos, como el canterano Eli Ndiaye, al que se quiere dar cada vez más protagonismo. Además, para los momentos verdaderamente importantes, han parecido más relevantes en esa posición Gabriel Deck y Mario Hezonja (perfil más de aleros reconvertidos). Yabusele tiene un talento obvio, pero no siempre la disciplina suficiente para acompañarlo. Y dejará, además de liberar un sueldo que superaba el millón bruto, esos 2,5 millones que tendrá que abonar para certificar su libertad.
Con esa cantidad, el Real Madrid vuelve a demostrar (cuestión de planificación, estrategia, timing, incluso un golpe de suerte en algunos casos) que es el rey de las cláusulas NBA, un equipo que está exprimiendo como nadie en Europa el permanente tránsito de jugadores entre los dos lados del Atlántico. Por su buena lectura a la hora de fichar a los que han regresado o piensan en regresar, y por su gestión de unas salidas que acaban siendo inevitables. En diez años, desde 2014, el club blanco lleva ingresados 20,3 millones de dólares. Desde la salida de Niko Mirotic, el primero de la lista, a esta última de Yabusele.
La media sale a casi dos millones de dólares al año, con picos como el que se produjo entre 2020 y 2021, cuando se fueron Campazzo, Deck y Garuba (que era el último hasta ahora) en un plazo de apenas ocho meses. Campazzo se fue con la temporada 2020-21 ya empezada y a pesar de que su cláusula (6 millones era elevadísima). Deck, su compatriota, lo hizo en abril de ese mismo curso, en la parte final del curso. Y Garuba en verano, en el cambio entre temporadas. De ahí salieron más de 10 millones de dólares… con buenos acuerdos en cuanto a derechos que han hecho que, curiosamente, los tres estén ahora en el Real Madrid de nuevo. Cuando sus caminos se torcieron en Estados Unidos, regresaron. Campazzo y Deck ya están en nómina y Garuba espera a que se haga oficial su regreso. Ya sea porque su deseo en caso de jugar en Europa es volver al Madrid o por los acuerdos a los que hay que llegar para rebajar o simplemente facilitar el pago de las cláusulas, suelen quedar atadas o encauzadas unas posibles rutas de futuro que en muchos casos, como los citados, se acaban recorriendo... y no precisamente a largo plazo.
El Chacho, Sergio Rodríguez, también quería volver al Madrid después de su segundo paso por la NBA pero tuvo que esperar cinco años (2017-2022, jugó en Moscú y Milán) antes de cerrar su carrera con dos temporadas (2022-24) otra vez con la camiseta blanca. El que no regresó, y fue uno de los casos más sonados de la historia del mercado europeo, fue Nikola Mirotic, que tanteó a un Madrid que en ese momento no quería poner sobre la mesa una oferta como la que sí que hizo el Barcelona.
En el caso de Mirotic, Doncic y Garuba, son jugadores que han pasado por las categorías inferiores y se han formado en un Real Madrid que no podía evitar, por sus condiciones, que dieran el salto a la NBA. Y tanto la de Sergio Rodríguez como ahora la de Yabusele han sido salidas que encaja en el perfil de los jugadores que quieren volver a intentarlo en una Liga en la que ya habían tenido una primera experiencia. La de Sergio no fue bien (como en el caso de todos los citados menos Luka Doncic, claro) y regresó a Europa solo un año después. Esa es la barrera que quiere derribar un Yabusele que aspira a demostrar que segundas partes sí pueden ser buenas. Si lo hace, el próximo verano se llevará un contrato mucho más jugoso con el que demostrará que habrá acertado al operar de la forma que lo ha hecho ahora. Es su apuesta.
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