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EUROLIGA | MADRID 98 - PARTIZÁN 94

Lo de toda la vida con Sergio Rodríguez

El Real Madrid tuvo en Sergio Rodríguez la sabiduría necesaria para ganar al Partizán en el partido decisivo y llegar, de nuevo, a la Final Four.

Actualizado a
Lo de toda la vida con Sergio Rodríguez
JUANJO MARTINEFE

Una concienzuda búsqueda dentro de su infinito tarro de talento ha valido a Sergio Rodríguez para ser héroe en la serie del Real Madrid contra el Partizán de Belgrado. Su arranque cambió dinámicas en los partidos de Serbia y se convirtió en determinante en el quinto y definitivo del WiZink Center.

Los números no lo dicen todo pero ayudan a engrandecerle. 19 puntos en 19 minutos. 13 de ellos fueron en el último cuarto y 16 si ampliamos la cuenta a los once últimos minutos de la velada. 5/6 en tiros de dos, 3/5 en tiros de tres. Un +16 con él en la pista. 26 créditos de valoración. Casi nada.

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Rodríguez volvió a comenzar de suplente. Había sido incisivo en Belgrado, pero la responsabilidad para él seguía estando en reforzar la rotación. No fue decisivo durante la primera mitad, se lo dejó todo para la segunda. Una especie de reivindicación para el canario, carne de NBA durante sus años mozos y un clásico europeo en las últimas temporadas. La suya, ésta, en su retorno a Madrid, no ha sido un camino de rosas: Laso, el hombre que le quiso recuperar, no continuó como entrenador cuando su fichaje estaba cerrado; las pinceladas de veteranía bien llevada que había dado en Moscú y Milán, clasificando a sus equipos para la Final Four en tres de las cuatro posibles ocasiones, se habían disipado este año. A sus 36 las medias habían bajado a 4,4 puntos y 4,3 asistencias. Dentro del alarmante problema de configuración y confianza en el puesto de base, incluyendo también ahí a Llull o Goss (Alocén ni siquiera ha debutado), se miraba a Sergio como un punto de apoyo con menos fuerza que antaño. Contra el Partizán, ante los que en la fase regular promedió únicamente ocho minutos de juego, volvió el mago, volvió el picante, volvió una parte ya madura de ese jugador de playground de acento chicharrero. Ante un ex-compañero como Punter o frente a jugadores más frescos que él como Exum o Madar, la sapiencia de uno de los grandes. ‘El Chacho’ volvió a sus orígenes, a esas penetraciones a canasta sin temor al tapón, a recorrer la zona de lado a lado y volver sobre sus pasos si ésa era la mejor opción, a los tiros frontales con o sin bloqueo, al traspiés que marca con su firma cada vez que los árbitros le dejan correr, a cortar la zona como un cuchillo para surtir de buenos balones a otros tiradores del equipo, etc. Todo lo que ha hecho grande a este genio, o una buena parte, quedó enfrascado en este Madrid-Partizán.

Las reflexiones de ‘El Chacho’

Sentado en el vestuario y entrevistado por Berni Rodríguez, con quien compartió el primer oro mundial de la historia de España en Japón en 2006, el armador tinerfeño desgranó lo que para él fue este partido: “Hemos sacado el espíritu y hemos estado concentrados para buscar las jugadas en las que ellos no se encontrasen cómodos”. Mencionó la importancia de Tavares como eje para labrar jugadas que acabaran en el pívot africano o que a partir de ahí se llegara a una segunda opción. “Hemos empezado bien el tercer cuarto, ellos han metido algún triple, pero en ese momento ha habido alguna decisión arbitral que nos ha descolocado un poco y hemos tenido suerte de poder enganchar un momento al final del tercero que ha sido clave”, relató. ¿Y en qué contribuyó Sergio a esta dentellada a la historia? “He hecho lo de toda la vida: meter energía. Sabía que el equipo necesitaba una marcha más”.