Laso, una bendición para Edwards
Carsen Edwards ha firmado una gran pretemporada a las órdenes del vitoriano. Viene de un año muy discreto en el Fenerbahçe.
Carsen Edwards es un guard (base por físico, escolta por estilo) de solo 1,80. Tan explosivo anotando como limitado físicamente por esa falta de centímetros que le impidió triunfar en la NBA. Cuando se presentó al draft de la NBA, en 2019, los expertos decían esto: “Es un base anotador muy pequeño pero con un gran corazón. Juega con pasión, siempre da un paso adelante en los momentos importantes y es el tipo que quieres que coja la bola en los momentos decisivos del partido. Tiene una facilidad impresionante para generarse sus tiros a pesar de su estatura, puede lanzar desde muy lejos y penetrar. Pero tiene que mejorar que generador, como base, para hacerse un hueco en la Liga. Por ahora, sigue siendo un anotador cuya primera idea siempre es lanzar”.
Efectivamente, Edwards (25 años) no se asentó en la NBA. Elegido por Boston Celtics (número 33, ya en segunda ronda) acabó jugando 72 partidos en tres años, entre Celtics y Pistons y con pasos por la G League. Promedió 3,7 puntos y 0,7 asistencias en menos de 10 minutos en pista cada noche de esas en las que jugó. Enormes problemas defensivos relacionados con su tamaño y también dificultades para tirar de tres (29%) frenaron a un jugador eléctrico, al que el público siempre tenía ganas de ver pero al que los entrenadores encontraban poca utilidad.
Texano, eligió la Universidad de Purdue y allí tuvo un recorrido mágico, especialmente en su tercer y último año, el de junior, en el que promedió 24,3 puntos. Unos números que no explican un tramo increíble que lo convirtió en Mejor Jugador (MOP) del lado Sur del cuadro de March Madness a pesar de que Purdue se quedó a las puertas de la Final Four (perdió en la prórroga en cuartos de final, el Elite 8). Contra el que era todavía vigente campeón, Villanova, anotó 42 puntos. Contra Tennessee sumó 29 y contra Virginia, en el día en el que sus Boilermakers quedaron eliminados, se fue otra vez a 42 puntos con un 10/19 en triples. Acabó con el récord del torneo en triples totales (28). Pero la NBA, por desgracia, no es la NCAA...
En julio de 2022, cuando no se abrían puertas en Estados Unidos, Edwards emprendió la aventura europea con el Fenebahçe. Se esperaba mucho de un jugador con su potencial anotador, pero en Euroliga acabó promediando solo 8 puntos por partido. Tuvo sus momentos, también en una tremenda serie de cuartos que su equipo acabó perdiendo contra el Olympiacos, pero finalmente salió de Turquía y firmó por un año con el Bayern de Pablo Laso, que ha renovado totalmente su rotación de bases con la llegada también de Sylvain Francisco y Leandro Bolmaro. Laso recibió con los brazos abiertos a su nuevo fichaje: “Carsen es una máquina de anotar. Cuando vino a Europa todo el mundo pensó ‘guau, qué gran fichaje’. Es creativo, agresivo en ataque, puede jugar en varias posiciones y es rápido en defensa. Tenemos muchas esperanzas puestas en él”.
De momento, la cosa funciona. Los que consideraban que en un proyecto como el del Bayern tendría más libertad y más margen para ser él mismo, parece que iban bien encaminados. En parte porque ya se vio en el Real Madrid que Laso es un gran entrenador para jugadores exteriores rápidos, con talento y capacidad para lanzar y anotar. En ocho partidos de pretemporada, ha promediado 19,4 puntos. Y se ha mostrado muy feliz de jugar para el técnico vitoriano: “Intento dar mi mejor versión siempre. Estoy aprovechando las oportunidades, ganando confianza. Estoy disfrutando mucho con Coach Laso, me está ayudando a mejorar. Corrige mis errores, me explica las cosas y así no las repito. Quiero hacerlo bien para justificar que él y el Bayern hayan confiado en mí”.