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EUROLIGA | BARCELONA 66 - MADRID 78

Las claves de un equipo milagro

El Real Madrid venció al Barça en Kaunas y está a un paso de ganar otra Euroliga. Una muy peleada. Una muy sentida. Aquí, algunas de las claves.

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Las claves de un equipo milagro
Enric FontcubertaEFE

La temporada pasada ya se vio un resurgimiento en el Real Madrid. Se había caído el equipo de febrero a abril, con severas derrotas y una pérdida de fuelle alarmante cuando llegaba lo más complicado del curso, y el por aquel entonces equipo de Pablo Laso resurgió como un fénix para alcanzar las finales de Euroliga y Liga, con victorias en ambos caminos ante el Barça, y ganar uno de los dos títulos. Se resistió el europeo: el Efes de Ataman quedó coronado en Belgrado. El verano se llevó por delante al preparador vasco y su segundo hasta ahí, Chus Mateo, asumió el cargo no sin dudas. Seguir con una forma de trabajar parece sencillo de decir, no tanto de hacer, y los resultados son los que mandan.

Esta Euroliga se ha convertido en una tabla de salvación para el ahora entrenador principal del club. Así lo hizo ver después de la pelea del segundo encuentro de playoff contra el Partizán. A muerte con los jugadores. Su defensa a capa y espada a pesar de la bochornosa imagen en aquel momento valió. Era una cuestión mental. Volvió a meter a sus chicos en el redil, dándoles una palmada en la espalda para que notaran su apoyo, y sabía que eso era recíproco. Así pasó después, más por carácter y mentalidad que por un despliegue de alto baloncesto: se levantaron dos encuentros en el temido Stark Arena de Belgrado (Serbia) y se logró un 3-2 histórico en la competición continental. Ahora son otro encuentro. Y el Barça, confiado por su buen hacer en las últimas semanas, no pensaba que el Madrid le volvería a coger la medida.

La derrota que le han infligido este fin de semana al Barcelona en Kaunas, en otra Final Four en la que se multiplican sus brazos y se extienden por los cuerpos de los contrincantes como si se tratasen de un pulpo, es de las que explican bien en qué se ha convertido este equipo. Como el del fútbol, tomando de ejemplo la actuación de éste en la Liga de Campeones en la que terminó en lo más alto, hay conceptos que siguen fallando en lo técnico pero se han hecho una roca en lo mental. A ver quién doblega a este coloso ahora. El Olympiacos es el último obstáculo que le falta por sortear para alzarse con su undécima Euroliga, un logro que daría la razón a la pervivencia del Madrid en lo más alto.

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Este conjunto se labró en torno a muy buenos nombres en el verano de 2022 y es ahora, después de la palabrería sobre tal o cual durante las fases regulares de Euroliga (3º) y Liga (2º), cuando está valiendo esa plantilla. Con problemas, sí, porque se han caído Poirier y Deck por lesión y Yabusele sólo está en ACB por su sanción. Algunas de las claves que les han hecho llegar hasta aquí también se vieron en este 66-78 en el Clásico ante el Barcelona:

· Tavares. Es en el primer descanso del pívot africano, entre el primer y segundo cuarto, cuando la defensa del Madrid se abre sin su referencia y empieza a pasarlo mal. Los triples caían fácil. El pívot recalcó bien al término del partido los rebotes, porque los culés hacen mucho daño en las segundas oportunidades, y ahí estaba él para cogerlos. Si sólo lo reducimos a este rival tenemos varios puntos a comentar en relación a Walter Samuel, su nombre completo; Sanli, por un lado, le saca de la zona y produce un efecto bárbaro el día en el que acierta con los triples, pero también sufre para defenderle porque no goza ni del físico ni de la confianza; Vesely, por su parte, es uno los grandes pívots de Europa que mejor se le dan a Tavares, ya que su perfil es el mismo pero ya un escalón por debajo al quedarse debilitado por edad y lesiones. Los balones que en ataque recibe Tavares en poste o bajo aro son sinónimo de algo positivo: o canasta, o falta recibida, o balón sacado si cae el dos contra uno, etc. La vida es más fácil si él está presente. Hasta renqueante es efectivo, así que en plena forma es un Midas para sus compañeros.

· Defensa. Es la asfixia que producen en los contrarios la que lleva a sacar los partidos difíciles adelante. La presión sobre el balón de expertos como Hanga o Rudy, las combinaciones en el exterior para las que se encomienda a Williams-Goss si hay algún exterior peligroso en el otro bando, recursos al alcance de la mano en hombres como Hezonja o Abalde... Así se retroalimenta un combinado en el que hay eslabones débiles en esa faceta (Llull, ‘El Chacho’, Musa) a los que se puede esconder.

· Ajustes. Si alguno recuerda nítidamente la final europea del año pasado, le vendrá a la cabeza la catarata de críticas a Laso por la última jugada de aquella velada. Un error que, entre otras cosas, costó el trofeo. Con Mateo se ha adquirido ese nivel de enjuiciamiento desde la SuperCopa Endesa, sea por comparación con su antecesor o por razones de otra índole, y el técnico, experimentado en la élite, ha ido ajustando una plantilla fuerte que necesitaba conocerse. El rescate de Williams-Goss pese a la rumorología ya fue importante el año pasado y lo es éste también, pero no es el único. En estos dos últimos encuentros de la Euroliga, una estrategia que se podría repetir con Sasha Vezenkov, el técnico ha tirado del jovencísimo Eli John Ndiaye para emparejarle con Tavares y ser el que le haga el trabajo sucio. A Mirotic le ha dejado, probablemente, el peor partido de su carrera, según palabras del propio Nikola. En este Clásico de viernes de mayo también llamó la atención el volantazo del segundo cuarto, planteando una zona para bajar los porcentajes del rival, que no dio fruto de primeras pero terminó confundiendo.

· ‘El Chacho’. Desde dentro del club se destaca la arenga de Sergio Rodríguez para levantar el 0-2 contra el Partizán. Pero quedarse ahí sería quedarse corto. El jugón tinerfeño ha dado, y con creces, muestras de su calidad en pista para cambiar dinámicas y encauzar partidos. Después de ser petición expresa de Laso y de pasar ratos de incomprensión con Mateo, el base de 36 años es un revulsivo. 9 puntos en 1:25 y dos asistencias posteriores para Tavares desactivaron definitivamente las respuestas del Barça, que no acertó a defenderle.