La nueva revolución de Obradovic

Va a ser una temporada de cambios para el Partizán de Belgrado. Con muchas salidas, pero también muchísimas llegadas. Los de Zeljko Obradovic, que sigue al frente del equipo junto a los canteranos Aleksa Dimitrijevic y Balsa Koprivica, cerraron la campaña sin títulos y necesitaban un cambio urgente de rumbo para cumplir con el plan establecido. El técnico de las nueve Copas de Europa llegó al Partizán en 2021 y prometió convertir al equipo serbio, que ese año disputó la Eurocup, en un club consolidado en la Euroliga. Y ese es el objetivo: recibir el próximo verano una licencia que asegure su presencia en la élite del baloncesto europeo las próximas tres temporadas.

“Hemos decidido construir un nuevo equipo con 16 jugadores. Con una media de edad de 25 años, seremos uno de los equipos más jóvenes de la competición. Quiero agradecerle al presidente, Ostoja Mijailovic, y a la directiva que permitan que sigamos siendo competitivos. El próximo curso intentaremos conseguir una licencia para los próximos tres años. Es una prioridad”, comentó Obradovic en la presentación del equipo en sociedad, una acto al que llamaron Black and White Symphony (Sinfonía en Blanco y Negro) y que sirvió para presentar, de manera oficial, a la mayor parte de los refuerzos.

El Partizán 2024-25 tiene 14 caras nuevas y solo tres de ellas (Vanja Marinkovic, Iffe Lundberg y Frank Ntikilina) habían sido anunciadas de manera oficial por el club. Por el escenario del MTS Dvorona, y ante la mirada de los más de mil aficionados presentes allí, pasaron también Arijan Lakic, Sterling Brown, Duane Washington, Mario Nakic, Isaac Bonga, Isaiah Mike, Tyrique Jones, Brandon Davies, Mitar Bosnjakovic (canterano del Real Madrid) y Aleksej Pokusevski y Carlik Jones, las otras once novedades del Partizán para el próximo curso y a las que Obradovic ya le dio el primer toque de atención: “No olvidéis que jugáis para el equipo más especial del mundo”.

Carlik Jones se ha convertido en uno de esos fichajes a los que no perder de vista en la Euroliga. Llegó al baloncesto chino (Zhejiang Golden Bulls) tras su paso intermitente por la NBA (Dallas Mavericks, Denver Nuggets y Chicago Bulls) con estancias más que temporales en la G-League (Texas Legends y Windy City Bulls). En la NBA no encontró su sitio (12 partidos en dos campañas), pero en China tuvo más protagonismo (16,7 tantos). Además llegó a los Golden Bulls tras ser uno de los héroes de la sorprendente Sudán del Sur, debutante en un Mundial, pero que se adjudicó un billete olímpico como mejor selección africana. En estos Juegos tampoco ha defraudado —18 puntos y 7,7 asistencias (19 de valoración)—, números que le han convertido en uno de los estrenos más esperados en la próxima Euroliga.

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El Partizán rozó la Final Four en su vuelta a la Euroliga (el Madrid lo dejó fuera en la famosa serie de la tangana, donde remontó un 0-2 en contra), pero la temporada pasada se quedó fuera del nuevo play in con 16 triunfos y 18 derrotas. En las competiciones domésticas no les fue mejor la cosa. La Liga serbia acabó con victoria para el Estrella Roja ante la incomparecencia del Partizán. El segundo partido de la final tuvo que suspenderse (los aficionados del Partizán comenzaron a proferir cantos amenazantes), se desalojó la pista y el Partizán entendió que el encuentro se reanudaría al día siguiente a puerta cerrada, así que los jugadores se marcharon a casa. Sin noticias del Partizán, la mesa cerró el acta y le dio el triunfo al Estrella Roja por 20-0. En la Liga Adriática, el título también fue para el Estrella Roja (3-0), al igual que en la final de Copa (85-79).

La desbandada en el Partizán comenzó a principios del verano. En 2021, a la vez que Obradovic, llegaron Kevin Punter y Zach LeDay, que renunciaron a la Euroliga para pelear por reflotar al equipo serbio. Tres años después, ambos fueron de los primeros en anunciar su salida del equipo, a pesar de que tenían contrato. Kevin Punter se ha convertido en el fichaje estrella del Barça mientras que LeDay regresa al Armani Milán. “Hablé con los jugadores y les dije que no quería mantener a nadie en el equipo que, por alguna razón, no se sintiera feliz. Hay casos en los que los jugadores no entienden qué es el Partizán, qué deben hacer por el Partizán y cómo deben comportarse. Por eso, tenemos tomar algunas decisiones y lo haremos”, dijo Obradovic al cerrar la temporada. Ahora, el mítico técnico de Čačak explica de una forma parecida esa reconstrucción total ya acometida: “Por las circunstancias que se dieron, había que tomar decisiones así. Desde luego, el plan inicial nunca es cambiar básicamente todo el equipo, pero lo hemos hecho muy bien dada la situación. Algunos jugadores querían irse, con otros hablamos y tomamos las decisiones correspondientes... Vi las reacciones de los nuevos durante la presentación. Saben que están en uno de los equipos más grandes de Europa. Y que hay algo que nos hace únicos, y es esta afición que no tiene comparación con ninguna otra en Europa o el mundo. El Partizán es una marca. Hay que proteger su nombre. Yo ya no soy Zeljko Obradovic, soy Zeljko Obradovic el entrenador del Partizán. Y en todas partes me comporto como tal, soy consecuente con mi cargo. Los que vienen, pierden el derecho a su privacidad, por así decirlo. Donde sea que vayan o que estén, son primero y ante todo jugadores del Partizán. Y tienen que comportarse como exige ese escudo”.

Por lo tanto, Obradovic se pone al frente de un equipo completamente renovado, con 14 fichajes y solo dos supervivientes: un júnior que sube al primer equipo (Aleksa Dimitrijevic) y Balsa Koprivica, un pívot que siguió los pasos de su padre (Slavko Koprivica ganó la Copa de Europa con Obradovic en 1992), pero que en sus tres temporadas en el Partizán no ha tenido mucho protagonismo. Obradovic, ante una nueva revolución.

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