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EUROLIGA

La Euroliga no cierra la puerta al Valencia Basket

El presidente de la Euroliga, Bodiroga, y el director general, Glickman, explican la situación actual de la competición. Hay avances con la FIBA para un acuerdo a largo plazo.

Kaunas
El presidente de la Euroliga, Bodiroga, y el director general, Glickman, explican la situación actual de la competición. Hay avances con la FIBA para un acuerdo a largo plazo.
David GonzálezDIARIO AS

La Euroliga vive un momento de crecimiento y estudia su expansión a nuevos países, incluido Emiratos Árabes, aunque de momento sigue sin haber hoja de ruta definida. El presidente de la competición, el exjugador serbio Dejan Bodiroga, y el director general, el estadounidense Marshall Glickman, hablaron con algunos medios en una charla informal apenas unas horas antes de la final del domingo. Los dos bromeaban con su condición de ‘rookies’, no en el baloncesto, pero sí en sus cargos tras sustituir el pasado año a Jordi Bertomeu, que estuvo 22 años al frente de la Euroliga.

Bodiroga habló de cifras excelentes en varios aspectos, incluida las asistencias a los pabellones y el crecimiento en los medios, de una trayectoria ascendente y de subir a otro nivel. Glickman subrayó la progresión en países clásicos de la canasta europea, como Grecia, Turquía, Serbia y Lituania, aunque aún con margen de mejora, y de la situación al alza en mercados prioritarios como Alemania, Francia y el Reino Unido, donde este año ha habido un equipo en Londres en la Eurocup con buenos resultados. Y apuntó que el eslogan “cada partido importa” es el mejor porque es real y en la NBA no es así siempre. Para él la expansión a otros países y a más de 18 clubes participantes se va a producir, aunque no puede precisar en qué momento. Algunos ciudades y clubes con mercados importantes han tanteado las opciones para cuando se produzca esa expansión.

¿A Oriente Medio? No hay nada hecho, pero asegura que el potencial, como se ha visto en el fútbol y en otros deportes, es muy importante. En ese escenario de crecimiento el calendario es uno de los grandes desafíos, al tiempo que no descartó la posibilidad de incluir un play in como en la NBA que involucre a más equipos en la pelea por clasificarse para los playoffs. Pase lo que pase, el año que viene se jugará con el mismo número de clubes, 18, y el mismo formato. También en la Eurocup, así que cualquier variación será como pronto para la 2024-25.

Cuando los clubes se reúnan en su habitual asamblea a mediados de junio se conocerán qué 18 equipos estarán dentro. El Gran Canaria se ha ganado el derecho a participar en la pista, tras ganar la Eurocup, pero en el club insular tratan de ampliar el presupuesto para poder competir con un mínimo de garantías. Los rectores de la Euroliga confían en que de el sí a su participación, cumpliendo, claro, los requisitos económicos y de otra índole. No obstante, si finalmente optará por no embarcarse en la Euroliga, el Valencia, casi con seguridad, continuaría otro año en la competición. Si entra el Granca, las opciones del Valencia parecen muy escasas, porque sería difícil ver a cinco clubes españoles a la vez. En principio, aunque no se deslizó en el encuentro, la Virtus de Bolonia podría recibir una de las invitaciones. Y también pinta a que el Partizán y el Estrella Roja de Belgrado pueden volver a coincidir. De hecho, Glickman estaba de acuerdo en que debería haber dos clubes de la Liga Adriática y más si la Euroliga crece, porque llevan conjuntamente a sus pabellones en una jornada a 30.000 personas.

Negociaciones abiertas con la FIBA

La relación con la FIBA está muy viva, afirman. Hubo una reunión en otoño, luego otra con representantes de cinco clubes de la Euroliga y ha habido más encuentros posteriormente. Las conversaciones son productivas y se podría llegar a un acuerdo a largo plazo sobre el calendario, las Ventanas, las competiciones y su control para que funcionen, incluida una posible fusión entre la Eurocup y la Basketball Champions League. El objetivo rotundo: paz y estabilidad a largo plazo. Porque tienen claro, Bodiroga el primero, puesto que era un fijo con Yugoslavia en sus tiempos de jugador, que a los jugadores les gusta ir con sus selecciones nacionales, y que es positivo para todo el baloncesto que eso suceda.

Glickman, que procede del mundo NBA, trató de la importancia del acuerdo con la ESPN para que se vean los partidos de la Euroliga en Estados Unidos y dijo que había recibido muchas respuestas positivas por esa decisión. Las retransmisiones arrancaron el pasado mes y contemplan un margen amplio de crecimiento.

Otro tema sobre el tapete fue la agilización de las revisiones en vídeo, aunque el modelo NBA, que tan bien funciona, no es viable, de momento, por una cuestión económica, ya que allí gastan decenas de millones de dólares en tecnología. Creen que hay que encontrar un equilibrio entre la justicia deportiva, en referencia a las revisiones, y que el producto sea interesante para el aficionado, sin parones tan largos.

Varios de los periodistas no estaban satisfechos por las sanciones, las consideraban bajas, tras la pelea en el segundo partido entre el Madrid y el Partizán. Los rectores remarcaron la independencia del juez disciplinario y del proceso de decisión, y la dificultad del misma por la falta de precedentes. El juez trabajó con los estatutos vigentes y todo está abierto a análisis, incluso a cambios. Bodiroga destacó que después del incidente hubo una gran reacción de ambos clubes y de los jugadores, muy deportiva, pidiendo perdón.

Por último, los enfrentamientos entre la Euroliga y el Panathinaikos parecen ser cosa del pasado. La relación con el equipo griego es ahora muy tranquila. Hay muchos asuntos sobre los que avanzar en los próximos meses, algunos de gran calado para el futuro de la competición.