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EUROLIGA

La Euroliga da el gran salto: habrá límite salarial

Los clubes y el sindicato de jugadores aprueban una normativa pionera en Europa para vincular el gasto en las plantillas a los ingresos de los equipos. El que se pase pagará al resto.

Juancho Hernangómez, del Panathinaikos, y Edy Tavares, del Real Madrid pelean por un balón en la pasada final de la Euroliga.

La Euroliga ha dado un gran salto para lograr una competición más moderna e igualada al ampliar el actual reglamento del Fair Play financiero y aprobar un nuevo modelo de equilibrio competitivo, un límite salarial inspirado en la NBA. El objetivo es conseguir una mayor estabilidad en los clubes, en especial entre los 13 accionistas que constituyen la asamblea de los activos comerciales de la Euroliga, la llamada ECA, de la que son parte el Real Madrid, el Barcelona y el Baskonia. Una normativa pionera en Europa aprobada por los citados 13 clubes, incluido el sancionado CSKA, y por el sindicato de jugadores de la Euroliga (ELPA) que vinculará plenamente en la temporada 2027-28 el gasto en las plantillas a la media de los ingresos de los equipos (la presente campaña será de transición y en la 2025-26 y en la 2026-27 las medidas se incorporarán progresivamente).

Los que se excedan del límite tendrán que pagar una cantidad económica al resto, que se repartirán ese dinero, incluidos los conjuntos sin licencia que completan el total de 18 en la competición (ahora seis por la ausencia del CSKA). También se establecerá un gasto mínimo en plantilla que dependerá del mismo modo de los ingresos globales de los clubes, aunque los que participen sin una licencia de larga duración (los que llegan vía Eurocup, por ejemplo) tendrán que alcanzar un límite algo inferior.

El Fair Play financiero de la Euroliga se puso en escena por primera vez en la temporada 2014-15 para reducir la inversión máxima de los propietarios en sus clubes y promover que cada equipo trabajara para obtener más recursos económicos propios, que no le sirviera solo con la aportación de un mecenas, sino que tuvieran que potenciar sus ingresos con la venta de entradas, la mercadotecnia, etc. Igualmente se limitó a un porcentaje máximo del presupuesto el dinero que podía ir destinado a la plantilla para que las entidades no lo gastaran todo en los jugadores y pudieran desarrollar otras áreas que generaran recursos, incluidas las instalaciones. Ahora esos porcentajes serán sustituidos por la nueva normativa, aunque se mantiene el control sobre la situación financiera global de los clubes y los mecanismos para que los jugadores cobren a tiempo y no haya impagos.

El objetivo de la Euroliga con la nueva reglamentación es “promover la sostenibilidad y el equilibrio competitivo estableciendo unos niveles de gasto en los jugadores que sean iguales para todos los equipos en función de los ingresos generados colectivamente por las entidades”. También se pretende “evitar prácticas inapropiadas al supervisar el cumplimiento de cada club de los niveles establecidos antes de la inscripción de los jugadores”. Y, finalmente, “aumentar la transparencia”.

¿En qué consiste el nuevo modelo?

Lo que se pretende es conseguir unos niveles de remuneración a los jugadores iguales para todos los equipos en función del promedio de los ingresos conjuntos de los clubes y no de lo que obtenga uno solo. La intención es armonizar los diferentes modelos tributarios que hay en el continente al valorar los indicadores en cantidades económicas en neto, es decir, después de impuestos, algo que no perjudica a los equipos de países con una fiscalidad más alta, como es el caso de España en comparación con otros como Grecia, donde es más baja.

El nuevo sistema introducirá tres niveles de gasto salarial en las plantillas: el Mínimo, el Base y el Alto. Los tres se calcularán atendiendo a los ingresos promedio de los clubes (por venta de entradas, gestión comercial, televisión…) durante dos temporadas, las dos últimas respecto al curso de aplicación. Esos niveles marcarán el gasto mínimo y máximo en salarios de cada club, al tiempo que “permiten excepciones para ciertos jugadores con el objetivo de atraer, desarrollar y retener a los mejores talentos”, explica la Euroliga.

Respecto al límite mínimo de gasto en plantilla, que es la primera vez que se establece, garantiza que se destine a los jugadores un mínimo neto del 32 % de todos los ingresos colectivos, por lo que “la contribución de los deportistas al crecimiento de los ingresos afectará directamente a su remuneración”.

Los conceptos claves del equilibrio competitivo

Una vez conocido el Nivel Mínimo de gasto a alcanzar (un 32% de la media de los ingresos de los clubes con licencia), se establece también el Nivel Base y el Alto. En ambos casos, no se trata ahora de un límite mínimo que cumplir como el primero, sino de un máximo a no superar para que no haya penalizaciones.

El Nivel Base supondrá el 40% de los ingresos promedio de los clubes con licencia. Así se obtiene la cantidad neta máxima (sin contar los impuestos) que cada equipo puede gastar en los salarios de todos los jugadores inscritos, salvo algunas excepciones que se permiten: no contarán en ese tope de gasto los dos jugadores por plantilla principales o referentes (en general, los dos mejor pagados), los jugadores Sub-23, los lesionados de larga duración (al menos dos meses) y los jugadores que lleven más de tres años (no necesariamente de forma seguida), aunque en ese caso solo afecta al 25% de la remuneración de cada uno de ellos. La última excepción se llama de medio alcance e incluye a solo un jugador que cobre entre el 7% y el 8% del nivel base (unos 600.000 euros netos).

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El Nivel Alto alcanzará el 60% de la media de los ingresos de los clubes con licencia. Ese nivel máximo es el tope que cualquier club puede gastar (de nuevo en neto) en el salario de los jugadores inscritos, incluidos los dos jugadores referentes que se excluían en el Nivel Base (esa es la característica que los diferencia). Sí quedan al margen, igualmente, los jugadores Sub-23, los que sumen más de tres temporadas (solo el 25% de su remuneración), los lesionados de larga duración y la excepción de medio alcance explicada antes.

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Una vez que están los niveles definidos, rebasar el tope de gasto del Nivel Base y del Alto acarreará para cualquier club una penalización, entendida como una compensación económica a pagar a los demás equipos (a todos, tengan licencia o no) que permitirá un mayor equilibrio deportivo en la Euroliga.

Si un club supera el Nivel Base entre un 0 y un 10% abonará al resto 0,5 euros por cada euro que haya rebasado el límite. Si se va por encima del 10 al 30% del Nivel Base, desembolsará 0,75 euros por cada euro. Y si supera el 30% y hasta el 50%, un euro por cada euro. Más allá, por cada 20% adicional añadirá un euro más por cada euro. Y en el Nivel Alto, lo que cambia es que entre el 10 y el 30% del límite superado será un euro por cada euro (en vez de 0,75) y por encima del 30% y hasta el 50%, 1,5 euros por euro.

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La Euroliga cree que esta iniciativa, la de establecer un límite salarial en función de los ingresos colectivos, supone un paso fundamental hacia un futuro totalmente sostenible, una mayor protección de los jugadores frente a la inestabilidad financiera y una verdadera asociación que alinee a los clubes, a los jugadores y a la competición bajo un objetivo común de crecimiento”.

¿Cómo se supera el límite salarial? Ejemplo práctico

La nueva regulación no es sencilla y puede entenderse mejor con un ejemplo práctico que ofrece la propia competición.

Lo primero es calcular los hipotéticos ingresos medios de los clubes en las últimas dos temporadas, y la Euroliga los cifra en 20 millones de euros, por lo que el Nivel Mínimo se fijaría en 6,4 millones (el 32% de los 20 millones). Ese sería el gasto neto en jugadores mínimo exigido por la competición.

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El Nivel Medio llegaría a 8 millones de euros netos (el 40% de los 20 millones marcados como la media de ingresos). Esos 8 millones serían la cantidad máxima para gastar por club con las exclusiones antes mencionadas de los dos jugadores principales, los jugadores Sub-23, los lesionados de larga duración, los que lleven más de tres años (solo el 25% de su salario) y la excepción de medio alcance.

El Nivel Alto se elevaría a 12 millones de euros netos (el 60% de los 20 millones). La cantidad tope que un club podría desembolsar en salarios, incluidos aquí, en los 12 millones, los dos jugadores de referencia; pero no los Sub-23, ni los lesionados de larga duración, ni los que acumulen más de tres temporadas, ni la excepción de medio alcance.

Siguiendo con el ejemplo, un club podría tener un gasto neto en sus jugadores de 15,1 millones desglosado así: cinco millones destinados a sus dos jugadores de referencia, 500.000 euros a los Sub-23, dos millones a los que acumulan más de tres años (solo el 25% del contrato), 600.000 euros al jugador que cumple la excepción de medio alcance (entre el 7% y 8% del nivel base, que en este caso son 8 millones) y 7 millones para el resto, que no están incluidos en ninguna excepción.

Con la simulación anterior, ese hipotético club con ese gasto de 15,1 millones satisfaría el Nivel Mínimo de 6,4 millones, de hecho, lo duplicaría; pero no cumpliría con el Nivel Medio y el Alto, ya que rebasaría ambos. En el Medio, una vez restado lo destinado a los salarios de todas las excepciones (jugadores referentes, Sub-23, lesionados…), llegaría a 8,5 millones (0,5 más de los permitido) y en el Nivel Alto (a los 8,5 millones se añadirían los cinco millones gastados en los jugadores de referencia) la suma daría 13,5 millones, 1,5 por encima del límite.

Así las cosas, al aplicar la compensación por el exceso de gasto en esta simulación, el club tendría que pagar en el Nivel Base, dado que no lo sobrepasa en más del 10%, medio euro por cada euro. Es decir, como lo rebasa en 500.000 euros, abonaría 250.000 euros al resto de equipos. El Nivel Alto lo superaría igualmente, concretamente en 1,5 millones (hasta 1,2 en la horquilla del 0 al 10% y los 300.000 euros restantes en la del 10 al 30%). El total de la penalización sería de 900.000 euros: 600.000 por el 1,2 de exceso inicial, 0,5 por cada euro superado, y 300.000 por los otros 300.000 en un relación de uno por uno.

Pues bien, cuando un club exceda ambos niveles, el Base y el Alto (puede no superar ninguno o solo uno de los dos), solo abonará la cantidad más alta. Dado que una es de 250.000 euros y la otra de 900.000 euros, desembolsaría esta última (si solo rebasara una, pagaría esa). Y así con cada club hasta hacer una bolsa que se reparta entre los equipos que no superen el límite de gasto.

Por un lado el propósito es que se tiendan a limitar los presupuestos exageradamente altos que rompan la proporción lógica entre los ingresos de los clubes y los gastos, y por otro se compensa a los que cumplen con los requisitos. Y a la vez se empuja a los equipos a que trabajen para mejorar sus ingresos y sean más competitivos, lo que redundará en beneficio de los jugadores con una elevación del techo de gasto. De la teoría queda pasar a la práctica para ver cómo se articula el control a los clubes, que deberán estar perfectamente auditados. La Euroliga ha dado un gran salto: el límite salarial ya está aquí, a la vuelta de la esquina.

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