Jasikevicius respira tras la debacle ante el Madrid

El inicio de temporada del Fenerbahçe no está siendo particularmente plácido, especialmente en lo referente a la Euroliga. Los numerosos cambios en la plantilla han obligado a reorientar el proyecto y convertirlo en otra cosa sin tener la continuidad que uno hubiera deseado tras la victoria en la Final Four del año pasado. Esa que coronó a Sarunas Jasikevicius en los banquillos y permitió hacerse con el premio más alto que ya conquistó como jugador: la máxima competición continental. Ahora, toca remar, intentar sacar victorias en un torneo que ha pasado de 34 a 38 jornadas y aguantar la presión y un calendario que te lleva hasta la extenuación sin perder coba con los rivales. Todo, otra vez, en una época del año que no deja de ser el inicio. Pero un mal inicio puede condenarte.

Por eso es tan importante que los turcos se hayan impuesto al Asvel (81-67) en el encuentro correspondiente a la 9ª jornada (parece mentira) de la Euroliga. Por eso, y para recuperar la moral. Al fin y al cabo, el equipo de Jasikevicius venía de sufrir una monumental debacle sufrida en el Movistar Arena ante el Real Madrid: 84-58 (111 a 43 en valoración), con una desventaja que llegó a ser de 31 puntos. Algo que reforzó a los de Sergio Scariolo, que también tienen muchas caras nuevas, y que al mismo tiempo arrojó muchas dudas sobre el Fenerbahçe y sus posibilidades de repetir título, que ahora mismo parecen muy remotas. Eso sí, una victoria para calmar los ánimos y respirar nunca viene mal. Y en este caso ha sido verdaderamente balsámica. Y necesaria, a nivel deportivo y emocional.

Los locales, seguros ante el calor de su público, empezaron bien el partido (18-10 al final del primer cuarto) y aumentaron la ventaja al descanso largo (45-34), pero sin ser capaces de sentenciar ante un rival teóricamente menor (2-7, en la última posición de la clasificación) y que sin embargo luchó por seguir hasta el final en el partido. Y casi dan el susto definitivo: 45-39 rozando el ecuador del tercer periodo y apretando demasiado el encuentro para el gusto de Jasikevicius, que se desgañitaba en la banda para alentar a sus jugadores viendo que poco después las cosas seguían igual (47-41). Sin embargo, todo volvió a su cauce, los turcos se sintieron cómodos con ventajas en torno a la decena y no tuvieron problemas en cerrar un duelo que no fue brillante, pero que tuvo un resultado que les permite relajarse ligeramente antes de afrontar lo que viene.

En el Asvel, lo mejor fueron los 18 puntos y 5 rebotes de Armel Traoré, que se unieron a los 12 (on 4 rechaces y 5 asistencias) de Glynn Watson y los 10 (con 4 y 2) de Mbaye Ndiaye, todo ello insuficiente para llevarse un partido en el que perdieron 10 balones y apenas repartieron 14 pases a canasta. En el Fenerbahçe, sin grandes alardes, el máximo anotador fue Wade Baldwin con 14 tantos, a lo que añadió 4 rebotes y 7 asistencias, liderando una lista de cinco jugadores que superaron la decena de dígitos en anotación. Los turcos fueron muy seguros en la circulación (apenas cometieron 5 pérdidas) y se fueron por encima del 40% en triples. Para ganar un partido que les da calma después de la tempestad y les permite olvidar la abultada derrota del Movistar Arena. Un triunfo fantástico.

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