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EUROLIGA | PANATHINAIKOS

El trance del campeón: “Tenemos que empezar a practicar boxeo”

El Panathinaikos vive un inicio de temporada complicado, con más derrotas de las que se esperaba y algunas dificultades para encontrar la regularidad. Lorenzo va y viene, mientras que Ataman se mantiene fiel a sí mismo.

El trance del campeón: “Tenemos que empezar a practicar boxeo”
Georgia PanagopoulouEFE

El pasado 26 de mayo, el Panathinaikos conquistó la Euroliga. Fue el séptimo título de la historia del equipo, pero el primero desde 2011. Se cerró así el círculo, el que inició el millonario Dimitris Giannakopoulos, cuyo deseo expreso era la conquista de la máxima competición continental. Por eso fichó a Ergin Ataman, hacedor de lo que en la NBA habría sido toda una dinastía cuando entrenó al Efes, al que llevó a dos títulos consecutivos convirtiéndose en uno de los mejores equipos del siglo XXI. Y por eso se invirtió en una plantilla de ensueño que no ha hecho más que mejorar este verano, cuando se fichó más todavía para convertir a una plantilla brillante en una de ensueño. Para conseguir su cuarta Euroliga, la segunda consecutiva, la octava en la historia del Panathinaikos. Lo que igualaría a los griegos con el CSKA de Moscú (ahora mismo fuera por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania) y le pondría a tres entorchados del Real Madrid, que lidera el palmarés histórico con 11 títulos.

Sin embargo, para eso hay que ganar. Y eso no es fácil: nunca lo es. Ataman lo sabe, como también sabe que el inicio de temporada del Panathinaikos no ha sido el mejor. El equipo griego, máximo favorito para repetir título, ocupa la sexta posición de la máxima competición continental con un balance de 8-6, algo por debajo de las expectativas. Su eterno rival, un Olympiacos al que el año pasado vencieron para conquistar la Liga griega, va tercero en una clasificación que lidera el Paris, al que persigue el Fenerbahçe de Sarunas Jasikevicius. La última derrota ante el Partizán fue de forma muy clara (91-73) y los de Ergin Ataman apenas tuvieron opciones. El legendario entrenador, famoso por tener un modus operandi muy particular y hacer gala de su consabida verborrea, quiso animar a los suyos a su manera tras el encuentro: “Tenemos que empezar a entrenar boxeo a partir de mañana”, aseguró. Una más, dentro de una lista muy larga de salidas de tono. Desde luego, esta dista mucho de ser la peor de todas ellas.

Pero el partido perdido en Belgrado no es la única mala noticia. El Panathinaikos ha perdido tres de sus últimos cuatro partidos en la Euroliga, y el que ha ganado ha sido ante un Barcelona plagado de bajas, en casa y por la mínima. Antes de eso, cayó contra el Zalgiris en Kaunas con un gran papel en contra de Lonnie Walker IV (84-77) y ante el Mónaco, esta vez como locales (88-91). El primero de esos choque fue sin Ataman, que acudió a las Ventanas FIBA de clasificación para el Eurobasket de 2025 con Turquía. Pero el resto han sido con él. Un inicio alejado de lo que se esperaba, con expectativas altísimas. Pero sin olvidar que la temporada pasada se encontraban en una situación similar y que en cuartos de final ante el Maccabi iban 2-1 abajo y estaban contra las cuerdas. Tras ello, Ataman dijo que dimitiría si no se clasificaban para la Final Four. El resto, ya es historia. Y el título conseguido, histórico. Asique nos quedamos sin saber si el entrenador dijo eso en serio o sólo para buscar una reacción de sus jugadores. Si es lo segundo, lo consiguió. Eso está claro.

El difícil momento de Lorenzo

Uno de los fichajes estelares del Panathinaikos ha sido el de Lorenzo Brown, que llegaba precisamente procedente del Macabi y dio muchos problemas a los griegos en el playoff de la temporada pasada. El base, que no cuajó unos buenos Juegos Olímpicos con España, tampoco está mostrando su nivel habitual, con una pérdida de chispa que puede ser hasta lógica con 34 años. Promedia 8,6 puntos y 3,5 asistencias en algo menos de 20 minutos de juego, pero se le nota precipitado en algunas ocasiones y muy fallón en otras, siendo intermitente en los aciertos. Y ha salido desde el banquillo en seis ocasiones. Esto lo pone por debajo de Kendrick Nunn, Mathias Lessort y un gran Juancho Hernangómez en la plantilla verde, con menos protagonismo en ataque que nunca. Algo que el jugador nacionalizado debe resolver lo antes posible. Por su propio bien y por el de un Panathinaikos que no da con la tecla a pesar de ser el principal favorito para levantar el título a final de temporada. Una etiqueta que sigue manteniendo. Por lo que sea.

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