Play in caro: desastre del Milán, mucha polémica en Belgrado

Milán completa un año en la Euroliga que le saca de la élite pese al presupuesto que maneja y a los movimientos que forzó en el mercado. Esta vez puede ser la definitiva: deben cambiar. Del proyecto que llevó a Messina a Italia de nuevo, cuando se perfilaba un salto a un banquillo de Estados Unidos con su consistente trabajo al lado de Gregg Popovich en San Antonio, a esto, a sólo esto: no han llegado ni a los diez primeros puestos de la competición.

El Efes, que en verano se despidió del entrenador -Ergin Ataman- que les elevó al cielo en 2021 y 2022, ha tenido que recalcular el rumbo en mitad de la temporada 2023/24 para sobrevivir. Y ha servido. El despido de Erdem Can para dar paso a Tomislav Mijatovic ha recuperado el pulso en el bicampeón y les ha permitido llegar al play in. En el Olimpia, que desde aquella Final Four del Lanxess Arena han pegado un bajón progresivo que no deja mucho a la especulación, no ha habido motivación tal y serán los 12º de 18 participantes.

Messina se encuentra de nuevo en una situación complicada, ya que es responsable deportivo en los despachos además del entrenador en el banquillo. El legendario preparador de Catania no ha sabido exprimir todo lo que se ha puesto a su servicio. Si bien la temporada se viró en complicada con la lesión de Mirotic, que dejó a la gran apuesta fuera de juego durante trece jornadas, la plantilla era larga y se ha ido ajustando según pasaban los meses.

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Durante el curso el club ha tenido a bien fichar a Rodney McGruder o Denzel Valentine, aunque este último no podía competir en la Euroliga por llegar fuera de plazo, directos de América y con amplia experiencia profesional para competir sin necesitar un largo periodo de adaptación. También repescaron a Shabazz Napier del Estrella Roja, donde estaba pasando una mala época y pidió un cambio de aires. Todo ello sólo en volantazos en mitad del año. Se desprendieron de Kevin Pangos para poner fin a un litigio por cómo manejaba Messina la posición de base, quebradero de cabeza donde los haya. Son varios cambios que no han tenido efecto alguno.

El Olimpia de Milán ha visto desde las profundidades de la clasificación la práctica totalidad de la campaña 2023/24. Ni siquiera la implantación del play in al más puro estilo de la NBA, lo que amplía las posibilidades de ocho a diez equipos, ha bastado para que sigan en la rueda una semana más. Sin alegría, siendo el penúltimo equipo en ritmo (69,4), y sin gozar tampoco de resortes defensivos al estilo del Limoges de Maljkovic.

Messina cuenta con bagaje por lo conseguido en Bolonia y Moscú años atrás, llevando a esos equipos a ser dinásticos en la Euroliga, pero en el ambicioso proyecto de Giorgio Armani en el Olimpia de Milán no da con la tecla. Ni siendo uno de los cinco presupuestos más elevados del torneo. El fichaje de Nikola Mirotic en verano fue una muestra de que la apuesta seguía siendo fuerte para ir a por el título, aprovechando el recorte en las cuentas que se había hecho en el Barça, pero los problemas del hispanomontenegrino en el tendón de Aquiles cercenaron las posibilidades de que ayudara como debía y el resto de jugadores no dieron el paso adelante para suplirle.

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En la última jornada había equipos que ya estaba eliminados. El Zalgiris, por ejemplo, disputó un duelo con el Real Madrid en el que ninguno de los dos tenía interés clasificatorio. El Valencia Basket y el Bayern de Múnich tampoco tenían más. Y el morbo estaba en el encuentro entre Anadolu Efes y Estrella Roja porque, con los de Belgrado ya sin opciones y los turcos teniendo que ganar para asegurarse el play in, había otro conjunto que estaba pendiente de ese resultado: el Partizán de Obradovic. Y el 100-55 (+45) con el que acabó el pleito dejó a muchos grobari con la mosca detrás de la oreja.

“Muy obvio”, decía irónicamente Kevin Punter en su cuenta de Twitter. Incluso un ex, Mathias Lessort (ahora en Panathinaikos), les apoyaba con otro mensaje: “Esta mierda es ridícula. Hacer trampas en el juego nunca sirve. El karma es puñetero”. El espectáculo del Estrella en el Sinan Erdem Spor Salonu fue dantesco.

Daban por sentado en la previa los de Zeljko que no recibirían la ayuda de su gran enemigo, aunque quizá el tanteador fue demasiado desigualado. Incluso en el Efes se relajaron tanto que probaron jugadas que a rivales como Teodosic les sentaron mal: un alley-oop como si fuera de All-Star derivó en una antideportiva por agredir a Oturu y, como consecuencia, que el base fuera expulsado y perdiera los nervios con el colegiado español Juan Carlos García González.

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