El Dubái y su récord en horas de vuelo: “Ahora el avión es nuestra casa”

El Dubái es una de las sensaciones de la Euroliga por razones obvias. El club ha sido invitado a participar en la máxima competición del baloncesto europeo sin ser parte del continente, lo que da una medida de la expansión a la que aspira este torneo (ahora que la NBA acecha con uno nuevo). En la ciudad de Emiratos Árabes se está cociendo, aún a fuego lento, un proyecto bien formado, con especialistas de origen balcánico y también español para poner en el mapa al país y profundizar, con este deporte, en la publicidad de su cultura de cara al resto del mundo.

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Sobre ello hablan Dzanan Musa y Filip Petrusev, que gentilmente atendieron a AS durante uno de sus entrenamientos con el equipo. El bosnio, ex del Real Madrid, se halla de baja en estos momentos.

¿Llegará al dos de enero, cuando su club visita la capital de España? “Me apetece mucho. No sé si jugaré porque estoy lesionado, pero sí. Estuve muy feliz en Madrid, mi familia también quería. Seguro que estamos allí todos juntos”. Petrusev, serbio, tampoco es ajeno a este país: se formó en las categorías inferiores del Baskonia. “La ciudad está muy bien. Es muy fácil adaptarte a este sitio”, apunta sobre este nuevo destino.

Uno de los asuntos pertinentes es la cantidad de horas de vuelo que gastará este equipo, tan alejado de Europa, para la liga nacional que disputa (Liga Adriática, con equipos de los Balcanes, que le acogió el año pasado) y también para la Euroliga. “Para mí lo más difícil es la diferencia horaria, que son tres horas entre Europa y Dubái. Los vuelos como tal para mí no son problema porque las condiciones son buenas: los aviones, por ejemplo, tienen mucho espacio, que para jugadores grandes como yo es muy importante. Es más esa diferencia en el huso horario la que se nota un poco más”, dice Petrusev.

¿Puedes eso conllevar más lesiones que en otras entidades? “Yo creo que no porque casi todos los equipos están teniendo esos problemas. Tienes más que ver con los veranos que tuvimos los jugadores, estando con las selecciones de nuestros países, y la temporada pasada, que fue larga y dura. Es normal que pasen estas cosas. Por eso hay tantos jugadores en la plantillas”, responde Filip. “Yo no he tenido esa sensación porque estoy lesionado, pero mis compañeros están sufriendo mucho por ello. Estamos más en el avión que en la pista. Pero estamos felices. Ahora el avión es nuestra vida, es nuestra casa”, añade Dzanan.

Musa no olvida los tres años que ha pasado en el Real Madrid. Compara lo que está viviendo ahora con lo de esa etapa: “Esto es muy similar: la vida, la comida, la gente, etc. Son divertidos. Echo un poco de menos la comida de Madrid también, pero se está bien aquí”.

El Dubái no es de reciente creación, pero sí se ha renovado casi completamente en las dos últimas temporadas para llegar a la élite. Lo compaginan con la ABA (estar en una liga nacional europea es requisito indispensable para entrar en la Euroliga, aunque sea como invitado). “Es un nivel un poco más bajo que la Euroliga, pero es alto comparado con otras ligas nacionales en Europa. Es top-5 en el continente. Hay buen nivel. Estamos en el grupo con el Partizán, al que ganamos aquí dos veces, que está también en la Euroliga. Buenos equipos. Es difícil a veces compaginar la ABA con la Euroliga porque son partidos duros y te hacen mejor”, según Petrusev.

Musa es la cabeza del proyecto sobre la pista. Cree en ello: “Dubái tiene mucho potencial para estar a la par de equipos como Madrid y Barcelona. Para eso estamos aquí. Es un proyecto grande con gente que es muy buena y profesional. Vamos a ver dónde llegamos”.

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