Canaan desafía al Barça: “Apartaos de nuestro camino”

El Barça tiene rival para cuartos de final en la Euroliga. Serán los griegos del Olympiacos, que en la última jornada pudieron elegir su destino. En una batalla que llegó hasta el tiempo extra con el Fenerbahçe los rojiblancos, que son los vigentes subcampeones, amarraron la quinta plaza. No tendrán el factor de la pista a favor, eso es para el Barcelona. De nuevo, un año más aunque se note la baja de Sasha Vezenkov, están en el camino hacia la Final Four. Y un jugador en concreto tiene ganas de pasar el rodillo en esa eliminatoria que les separa de Berlín: el estadounidense Isaiah Canaan.

Canaan aportó 27 puntos el pasado viernes para ganar al Fener e ir contra el Barça. Su prórroga así lo atestigua también. El base-escolta habló en la entrevista posterior al choque de lo que significó el triunfo en base a lo visto toda la temporada: “Hemos tenido muchos altibajos durante la temporada, demasiadas bajas, así que lo mejor era cerrar la temporada con una buena nota. Soy un competidor y mis compañeros y entrenadores lo saben”. Ahora queda la fase decisiva: “En el ‘playoff’ hay muy buenos equipos. No podemos pasar por alto a ninguno”. Pero irá contra el Barcelona, viejo conocido, y hasta la propia Euroliga enfoca como una advertencia estas palabras del jugón: “Lo dije desde el principio de la temporada: si estás con nosotros, abróchate el cinturón; y, si no, apártate de nuestro camino”.

El Olympiacos pudo elegir su destino al llegar a ese duelo con el Fenerbahçe de Jasikevicius, que evita a los españoles en los cruces y el morbo de volver al Palau jugándose las castañas, con ventaja en la clasificación. A Canaan se le vio superactivo para conseguir la victoria. Erró únicamente dos tiros de campo y sus nueve puntos en la prórroga, añadiendo un robo de balón que la Euroliga calificó como la acción más importante porque evitó que perdieran, se tomaron como cruciales. Además de haberse visto incrementada la importancia de su rol, él tenía ganar de ir contra el Barça de Grimau.

Isaiah, de 32 años, tiene cuentas pendientes en el Palau Blaugrana. La tirantez lleva a su tiempo en el Unics ruso, en un choque de hace dos temporadas. Pero en Can Barça lo recuerdan con más frescura. El jugador hizo el gesto de mandar callar a los aficionados azulgranas en un día en el que alcanzaron los veinte puntos de ventaja y, por designios del destino, terminaron perdiendo, lo que dio para chanzas de todo tipo recordando el dedo de Canaan. Jasikevicius, técnico del Barcelona en aquel tiempo, casi lo agradeció porque espoleó a equipo y afición: “El equipo estaba muerto, el entrenador estaba muerto y el Palau estaba muerto. Tuvo que venir un jugador visitante a hacer un gesto para hacerlo despertar”. Perasovic, su entrenador, dijo no haber visto el gesto pero lo calificó de “inútil” en el contexto en el que se hizo. Sal y pimienta.

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El jugador aseguró posteriormente ser ajeno a que pudiera molestar tanto algo así: “No sabía que los aficionados en Europa se tomaban estas cosas tan por lo personal. Lo mío es sentir el partido; si la cosa fluye así, juego con ese tipo de pasión, con esa energía. Soy un luchador. Me da igual quién esté enfrente, voy a la guerra con mis hermanos. Intento ganar. Intento derrotarte. Si llega la ocasión, no me escondo de esos momentos importantes. En Europa los aficionados se lo toman mal, pero es parte del juego. Jugué casi siete año en la NBA y esas cosas suceden constantemente, no es nada personal. A mí me encantan. Saca la parte más fiera de mí, soy esa clase de jugador. Pero no es algo que pasé siempre”.

En tierras griegas se ha encontrado algún problema derivado de actitudes como ésa: “La pasada temporada los aficionados del Panathinaikos me intentaron escupir, me tiraron un café encima, etc. Los grandes duelos con tanta rivalidad significan mucho para los aficionados y para los equipos. A mí me encanta jugar con esa pasión. Esos momentos son los que me llenan como jugador. Soy así, ése soy yo. Haré lo que sea para que mi equipo gane y con respeto, porque también hay gente que falta al respeto a los jugadores sin parar. Si respondemos a eso, ¿sería un problema? Es parte del juego, no me lo tomo como algo personal, no me voy a casa y me preocupo por lo que me va a decir alguien. Ya tengo a mi familia”.

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