No hay paz en Europa para un desconocido Gran Canaria
Los de Lakovic se inmolan ante el Buducnost. La derrota les condena al tercer puesto al final de la fase regular, que empezó con un demoledor 10-0. Se enfrentarán al Besiktas en octavos.
La cuesta abajo del Gran Canaria en la Eurocup, de la que es el actual campeón, es digna de estudio. Preocupante es muy poco para adjetivarla. Tras empezar la defensa del título ganando los 10 primeros partidos continentales del presente curso baloncestístico, los de Lakovic solo vencieron en dos de los ocho siguientes. Factor cancha en los playoff, solo en octavos de final. Y gracias.
Lo de hoy, para mayor escarnio público, debe invitar a la reflexión ante la fragilidad moral que muestra el Granca en Europa. Tras la derrota del Cluj, ganándole al Buducnost no solo hubiera acabado segundo del Grupo B y tendría factor cancha en cuartos de final, sino que además se iba a saltar la ronda de octavos, esa en la que ahora recibirá al Beskitas el 6 de marzo en el Gran Canaria Arena. Terrible su derrota de hoy.
RESUMEN
77. Dreamland Gran Canaria (16+22+17+22): Albicy (4), Prkacin (14), Brussino (5), Salvó (4) y Shurna (17) âquinteto titular-; Landesberg (3), Slaughter (-), Pelos (10), Lammers (4), Kljajic (11), Bassas (3) y Gegic (2).
Árbitros: Robert Vyklicky (República Checa), Arutas Sukys (Lituania) y Gentian Cici (Albania). Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la décimo octava jornada de la BKT Eurocup, disputado en el Pabellón Moraca de Podgorica (Montenegro). El Gran Canaria se clasifica tercero del Grupo B y se medirá en octavos de final al Besiktas turco a partido único.
La primera parte llegó a ser, durante muchos minutos, un verdadero suplicio para el Gran Canaria. En realidad, todo el partido. Y eso que comenzó animado el equipo de Jaka Lakovic, que con sendos triples de Brussino y Shurna se iba poniendo por delante (12-14). Pero se había puesto contestón el Buducnost, que cerró este primero con un parcial de 10-2 alicatado por Kamenjas y el furibundo mate de Makoundou que elevó el 22-16 al marcador.
Lejos de reaccionar, el Granca continuaba totalmente empanado cuando se reanudó la contienda. No encontraba soluciones el equipo insular ni siquiera por medio de Landesberg, totalmente precipitado, de capa caída en lo que parece un incompleto y constante proceso de reivindicación. El Buducnost seguía marcando terreno, y gracias a dos tiros libres de Kamenjas ya ganaba 30-20.
Mientras, Makoundou demostraba que lo mismo vale para reventar el aro visitante que para enchufar desde la periferia, qué importa si también tiene que lucir juego de pies al poste. Sus 10 puntos al descanso, tan variados ellos, le permitieron al Buducnost agrandar una distancia a su favor que llegó a ser de 15 puntos (35-20, 47-32). En el Granca emergió entonces Prkacin como héroe inesperado, 10 puntos al descanso, como Shurna, y el empuje final de Albicy al menos le permitió bajar de la barrera psicológica una vez llegó el tiempo de descanso: 47-38.
Cualquier conato de remontada insular fue mera coincidencia. Se creyó que sí en algún momento, pero en el fondo, y no tan abajo, sabía que no. Si Prkacin hundía la pelota en el aro rival tras un rebote, Ferrel se cascaba un triple (52-42). Y así con todo, respondiendo con tanta soltura los jugadores locales a cada intervención amarilla. El Buducnost tenía más que ganada la batalla psicológica a un descentrado Gran Canaria, que poco a poco se iba hundiendo sin remisión por más empeño que ponían Prkacin o Shurna, los únicos que daban la cara. Insuficiente en cualquier caso ante la regia figura de Makondou, que cerró el tercer cuarto sacándole un 2+1 a Pelos para el 70-55 y tener ya 17 puntos en el zurrón.
No hubo ni la más microscópica posibilidad de milagro, así que el último parcial ofreció un 3x1: correcalles, fiesta local y suplicio visitante, tres condimentos que convirtieron en insufrible el final de partido para este desconocido Gran Canaria, que se dejó ir por completo. Otro tiro en la muñeca. Por no mostrar, no mostró ni siquiera orgullo, pecado capital en el mundo del deporte por más palos que te caigan encima. El 90-77 final, solo maquillaje, resume a las claras cómo fue este partido, que vino a corroborar la irremediable cuesta abajo continental en la que ahora mismo se encuentra el actual campeón de la Eurocup. Soñar con repetir título, y por tanto ganarse el derecho a jugar la Euroliga, esa a la que no le quedó más remedio que renunciar, suena a herejía. Para repetir la gesta le toca ir por el camino largo cuando estaba totalmente solo en el corto. Toca hacer propósito de enmienda. Valga esta serie de traspiés para valorar definitivamente, dentro y fuera del club, lo difícil que es ganar la Eurocup y ganarse en la cancha el derecho a jugar la Euroliga.