El Granca se da un festín a costa de un triste Ulm
La formación insular multiplicó su ventaja conforme avanzaba el partido. Al descanso ganaba de 28. Los 125 puntos anotados, su récord europeo en un partido sin prórrogas.
Por momentos pareció un rival indigno, y cuesta comprender cómo es posible que el Ulm fuera, hasta este martes, uno de los líderes del Grupo A de la Eurocup. Flaco favor le hizo hoy al espectáculo el equipo de Ty Harrelson, devorado desde el propio calentamiento por un tremendo Gran Canaria, que vaya aviso le acaba de mandar a sus rivales (125-78). Resulta, además, que consiguió la máxima anotación histórica de la competición en un partido sin prórroga/s.
Los de Lakovic, que no parecen estar para tonterías, no vaya a ser que la relajación les fastidie las posibilidades que les ofrezca el average, percutieron y percutieron hasta donde no se podía más para acabar humillando a un pobre Ulm, que se llevó una paliza de época. Salvo Essengue, un proyectazo de jugador, esta noche nadie del equipo germano hizo absolutamente nada bien. Si acaso, no equivocarse de pabellón.
Resulta que la paliza estaba escrita ya desde el primer cuarto en el partido con menos historia que se recuerda por estos lares. El Gran Canaria, al 200% de intensidad desde el salto inicial, sin apenas levantar el pie del acelerador durante los 40 minutos de tortura que se llevó el Ulm, le metió el primer mordisco serio al partido con una secuencia de cuatro triples del tirón que inició y selló Brussino, en medio los de Tobey y Shurna, con los que los locales ya se estiraron hasta el 19-11. Salvó compareció entonces como un huracán para cerrar el primer cuarto con el llamativo 36-22 que hacía suponer, aunque leve, una reacción germana.
Nada más lejos de la realidad. Tan bien le iba al Granca que incluso estaba jugando el canterano Urbaniak, encargado de poner el primer +20: 42-22. Los locales habían sacado el mazo, sepultando de raíz cualquier intento, si es que lo hubo, de reacción visitante. Si Jessup se cascaba un triple para el 51-30, el propio Urbaniak decoraba la paliza con el 56-30, preludio del tremendo 65-37 con el que se llegó a un descanso en el que los parciales insulares eran de hemeroteca: 11/13 en tiros libres (84,6%), 15/21 en tiros de dos (71,4%) y 9/16 en triples (56,3%).
Así las cosas, el juego del segundo tiempo era un mero trámite. En realidad lo fue desde muchos minutos antes, mas el protocolo obliga. De hecho, lo más cerca que llegó a ponerse el Ulm fue 77-54, apenas la sombra de una ilusión que ni siquiera alcanzaba dicha categoría. El hambriento Gran Canaria, insaciable, no paraba de arremeter con un pobre equipo, una piltrafa hecha de jugadores sin alma ni corazón a excepción de Essengue, por quien habrá pelea de la buena entre la élite europea y el draft de la NBA de aquí a poco tiempo.
Un triple de Pelos llevó el marcador a la centena, 100-64, en un Gran Canaria a velocidad de crucero y que ni por un segundo se relajó. Que esto es la Eurocup y el average obliga. La formación insular reventó todos los registros de la Eurocup en un atracón de 48 puntos de diferencia para regocijo de un rival que, al menos hoy, fue indigno de la competición. Los de Jaka Lakovic pasan, claro, a encabezar su grupo europeo y cogen toda la fuerza posible antes del derbi canario.
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