El Gran Canaria sigue en la puja por la segunda plaza
Tras la descarada primera parte, 55-53, los de Lakovic finiquitaron al Besiktas en el tercer cuarto con un 23-10. Homesley, Conditt y Brussino, los mejores.


Cuando y cómo quiso. Así solventó esta noche el Gran Canaria su compromiso con el Besiktas (90-81), que se hundió sin remisión tras el descanso, en cualquier caso ahogado por el peso que los locales le echaron encima a la salida de los vestuarios. Tras el precioso primer tiempo, la hueste de Jaka Lakovic ajustaron las clavijas para empezar a sanar sus heridas baloncestísticas de las últimas jornadas, tanto domésticas como continentales.
Parece evidente que, al menos en la mitad inicial, no es que fuera esta una cita agradable para los entrenadores. Puede que, incluso, no lo fuera ni siquiera para algunos de los jugadores. “Es inaceptable haber encajado 53 puntos”, dijo Conditt antes de marcharse a los vestuarios para el descanso. Al menos, el careo empezaba y se desarrollaba estupendo para el espectador común con un intercambio de canastas de todo pelaje a medida que se desarrollaba esta cita. Si Tobey empezaba dando caña con cuatro puntos, Mathews hacía lo propio con otros tantos antes de que Brussino, con siete del tirón, mantuviera al Granca por delante: 14-10.
Sobrevivía sin embargo la formación insular a sus numerosas pérdidas de balón aunque Slava, atento, le daba ventaja al Besiktas, 21-22. Los vaivenes en el marcador eran constantes y a los locales ni siquiera les bastaba con ese arreón de Homesley, pues al final del primero cuarto todo estaba igual que hacía diez minutos: 29-29.
El atracón ofensivo que se estaban metiendo ambos equipos entre canasta y canasta ni mucho menos menguaba su intensidad al alba del segundo parcial. No se sabía quién estaba dominando, pues tampoco es que el marcador ofreciera ninguna pista, como tampoco lo hacían las propias sensaciones del partido. Resulta que, además, los visitantes tenían respuestas para todo. Si Albicy estrenaba su cuenta anotadora con un triple para el 44-42 y Homesley enchufaba más allá de la frontera y a la siguiente jugada hundía la pelota en el aro otomano, Mathews cantaba bingo desde la periferia para dejarlo todo como estaba antes de que el descanso se llegara con un apretado 55-53.
Como quien ya decidió que le había permitido demasiadas confianzas a su invitado. Con esta actitud afrontaba el Granca este compromiso tras un receso que no le pudo sentar mejor. Brussino comenzó avisando con dos canastas consecutivas tras las respectivas pérdidas de balón de un anestesiado Besiktas que de pronto estaba a verlas venir, acorralado sin remisión, acaso incapaz de encontrar las respuestas que poco antes le sobraban. Thomasson estiró de pronto la distancia hasta el 64-56, lo cual obligó a Alimpijevic, el del numerito del collarín durante aquella gloriosa final de la Eurocup para la Isla, a parar el envite cuando ya se habían consumido cinco minutos de parcial y su equipo apenas había anotado tres puntos.
No surtió efecto nada de lo que le pudo decir a sus jugadores en aquel minuto de pura tensión. Pelos le dio al Gran Canaria el primer +10 nada más reanudarse el partido y el segundo triple de Albicy ponía las cosas en 69-58. Los insulares pedaleaban cuesta abajo y frenos, y el 2+1 que le sacó Homesley a Terry, que además cerró el penúltimo parcial, empezó a escribir el epitafio turco de esta noche: 76-62.
No había necesidad de sufrir así que, con el triunfo más que abrochado ante un desgajado Besiktas, a la hueste de Jaka Lakovic no le quedaba otro remedio que jugar con semejante diferencia a favor. Pero sus jugadores confundieron inteligencia con relajación y claro, tocó arremangarse de nuevo. El primero de ellos fue el propio entrenador esloveno, que llamó a filas a su tropa tras aquel conato de reacción visitante, 79-70, liderado por los puntos del activo Blazic. Por si había alguna duda, el estreno anotador de Salvó, por partida doble desde la línea de tiros libres, lo mismo que hizo Tobey acto seguido, cercenaron cualquier ilusión otomana con aquel atronador 87-72.
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Esta victoria continental le sirvió al Gran Canaria para frenar su caída de las últimas semanas, especialmente dolorosa la derrota del otro día contra La Laguna Tenerife, y sigue la puja con el Hapoel Tel Aviv por hacerse con la segunda plaza del Grupo A de la presente Eurocup, del todo inalcanzable ya el Bahcesehir. El partido de la semana que viene ante el Sopot cerrará esta primera fase de grupos para los insulares.
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