El Gran Canaria resiste la exhibición de Sirvydis para hacerse fuerte en Lituania
Los de Lakovic vuelven a la senda de la victoria después de tres derrotas. Tremendo partido del alero del Lietkabelis: 31 puntos, 19 en el último cuarto.
Sufriendo. Pero, al fin y al cabo, ganando (84-92). Así volvió esta tarde el Gran Canaria a ganar un partido de Eurocup después de perder tres seguidos y, lo que es más importante, el liderato del Grupo B. Sin embargo, el equipo de Lakovic se repuso esta tarde en Lituania a su mala racha y, de paso, le mete presión al Bourg en Bresse, con el que le espera una preciosa pugna por el primer puesto.
Empezó el Granca el partido en modo disfrutón. Especialmente Happ, un martillo pilón hoy y siempre, esta tarde siete puntos casi del tirón, y Shurna, que con un triple le daba las primer ventajas a los suyos. Fluían los de Lakovic desde la periferia, ahora era el turno de Brussino, que con otros triples consecutivos alicataba la ventaja visitante, 13-16, que ya era de 10 al final del primer cuarto: 13-23.
El Gran Canaria había activado ya el piloto automático, ofreciendo esa demoledora versión habitual en Eurocup antes de las tres derrotas seguidas con las que se presentó en la cancha del Lietkabelis. Salvó enchufó desde la periferia nada más empezar el segundo acto, 13-26, elevando al 0-13 el parcial a favor de los suyos. Le bastaba a la hueste de Lakovic con economizar esfuerzos hasta el descanso, llegando además a ponerse 22-38, la máxima diferencia hasta entonces, luego de dos tiros libres anotados por Gegic, que estrenaba así su cuenta anotadora con el equipo insular.
Parecía que otro triple de Bassas mantenía la rotura del partido, más dos consecutivos de Lipkevicius y Orelik permitieron al Lietkabelis meterse de nuevo en el duelo cuando poco antes solo querían llegar al descanso para cerrar la avería que le estaba haciendo un Granca que, a la mínima que se relajó, se vio obligado a casi empezar de cero tras un receso al que se llegó 38-45. De pronto, había esperanza en Lituania.
Para comenzar los segundos 20 minutos no puedo ofrecer el Granca una mejor declaración de intenciones: triple, el cuarto, de Nicolás Brussino. Sin embargo, la formación lituana ha había hecho lo más difícil, que era creerse la remontada. Así, dos triples consecutivos de Lipkevicius pusieron el marcador en un puño 46-48, aunque los visitantes cogían aire por medio de Bassas, que también enchufaba desde la periferia para relajar a los suyos: 53-61.
En trance
De pronto, Sirvydis entró en trance para poner a su equipo por delante, imparable su exhibición de recursos ofensivos, especialmente desde la línea de 6,75. De pronto, empezó a enchufar, en su propio estado de gracia, un verdadero huracán. Tremendo. Empezó abusando de Gegic, al que le sacó, en dos ataques consecutivos, tres tiros libres y un 3+1 que ya tenían al Lietkabelis por delante: 65-63. Parece que le supo a poco, clavando otros cinco puntos del tirón, 12 en total, para mantener a los suyos con una ventaja mínima (70-69). Solo en este último periodo metió 19 de los 31 que enaltecen su estadística individual.
Lejos de hundirse ante semejante espectáculo, el Gran Canaria se agarró a Albicy, Brussino, Shurna y Happ, su cuarteto de cámara que nunca falla. Especialmente decisivo acabó resultando el primero de ellos, clavando un triple decisivo, a falta de un minuto, que empezaba a decantar la balanza a favor de los amarillos: 78-85. La hueste visitante supo contemporizar para llegar a tiempo de entregar los deberes. Ahora, a esperar para recuperar el liderato perdido.
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