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EUROCUP | 17ª JORNADA

Cate le baja los plomos al Gran Canaria

Nueva derrota europea de los de Jaka Lakovic, que se jugaban asegurarse el factor cancha. Soberbio partido del exmadridista, que decidió en la prórroga.

Brussino bota el balón y Cate le espera durante el gran Canaria-Cluj Napoca de Eurocup.
Brussino bota el balón y Cate le espera durante el gran Canaria-Cluj Napoca de Eurocup.
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La ciclotimia europea del Granca le sigue jugando malas pasadas. Esta noche pudo sentenciar el partido en la primera parte y lo acabó perdiendo en la prórroga. De nada le sirvió el titánico esfuerzo del Albicy y Brussino ante la inmensa figura del ex madridista Emanuel Cate, inmenso todo la contienda en ambas canastas (23+10). La hueste de Lakovic sufre un nuevo derrape europeo, este de capital importancia. Si ganaba se aseguraba el factor cancha pero ahora es tercero a costa de un Cluj que, cuando todo parecía perdido, encontró rumbo y timonel para surcar un larguísimo viaje hacia la victoria.

Ni que llevara viento de cola, el Dreamland Gran Canaria comenzó el partido imprimiéndole velocidad de crucero a su juego y, sobre todo, al marcador. Aderezado con sendos triples de Brussino y Shurna, la formación local le endosó al Cluj un parcial de 8-0 prácticamente de salida que puso el marcador en 10-4. Poco a poco se iba deshilachando el equipo rumano, que además se encontró con una antideportiva de Maciuca por su patada voladora a Albicy que el propio base francés aprovechó para cascarse cinco puntos del tirón y empezar a disparar a su equipo en el marcador: 19-9.

Poco después al Granca ya doblaba a su rival, 26-13, lo que obligó a Mihal Silvasan a pedir tiempo muerto para intentar darle sutura a una herida que seguía vomitando sangre a borbotones. El primer cuarto se cerró con un triple de Pelos que puso el 37-20 para certificar le exhibición ofensiva de la hueste local, que había empleado ya a 10 jugadores y solo uno, AJ Slaugther, el mejor dotado para ello, se había quedado sin anotar en esos minutos iniciales.

Sin embargo, ese marcador prácticamente de NBA empezó a jugarle una malísima pasada al Gran Canaria. Ocurrió que, cuando apenas se había superado el minuto de juego del segundo parcial, el Cluj le pegó al partido un bocado de seis puntos: 37-26. Parecía que un triple de Bassas y cinco puntos del tirón de Landesberg disparaban de nuevo al Granca, 45-28, cuyos porcentajes ofensivos eran del todo inalcanzables para sus rivales.

La intensidad del duelo fue bajando poco a poco hasta que, definitivamente, el Cluj sacó tajada de ello. Entre Jarell y el ex madridista Cate (13+4 al descanso) fabricaron de repente un parcial de 0-11 que empezaba a poner el marcador en un puño: 45-41. Parecía que el 3+1 de Slaughter para el 54-46 le daba aire al Gran Canaria, tan ansioso que la presión comenzaba a ser insoportable. Tanto fue así que el propio Cate, tan gigante su partido como él mismo, empató a 54, haciendo posible lo que parecía surrealista hasta hace nada, antes de que Albicy cerrara la primera parte enchufando desde la periferia. Después de tener el partido prácticamente sentenciado y, por tanto, asegurarse el factor cancha en los playoff, se relajó tanto el Granca que, ganando ahora de tres, tenía que comenzar de cero tras el descanso.

El paisaje se oscureció todavía más para los insulares tras el descanso. De pronto, era el equipo de Lakovic el que estaba totalmente a merced de su rival. Quién lo diría viendo el cuarto inicial. Primero Jones, sacándole un 2+1 a Shurna, puso al Cluj a tan solo cuatro puntos de distancia: 61-57. Después, ocho del tirón de Richard, incluidos dos triples, le daban a la hueste rumana la primera ventaja, 63-65, tras el lejanísimo 2-4 con el que el duelo todavía amanecía. El Cluj había hecho lo más difícil, que era meterse en un partido que no pudo empezar peor, ya finiquitó este tercer cuarto dominando el marcador: 73-77. De paso, demostraba que no quería ser una nueva comparsa del Gran Canaria, al que tan bien le fue en el duelo de ida: 70-92.

La tensión era palpable en ambas canastas, tan importante como era esta victoria para ambos equipos. En medio de la espesura, primero empató Salvó y luego Bassas, una centella al contrataque, adelantó de nuevo al Granca, 79-77, obligando al banquillo visitante a parar de nuevo el juego. Pero resulta que el Cluj es una roca que parece imposible de horadar por más que le caigan encima y golpeen. Así, un triple de Eddie apuntaló un parcial de 2-12, 81-89, que olía a tragedia insular.

Sin embargo, cuando todo parecía perdido, cerca de confirmarse otra decepción continental, Salvó enchufó un triple para empatar y, acto seguido, Brussino metió dos tiros libres que de nuevo le daban la ventaja a los amarillos: 95-93. Fue entonces cuando el propio Granca se metió un tiro en el pie. Primero, Richard le sacó tres tiros libres a un torpe Lammers y, al siguiente ataque visitante, Jones anotó absolutamente solo debajo de la canasta local. Quedaban poco más de 20 segundos y, tras el tiempo muerto de Lakovic, Albicy tiró de corazón para colarse por la zona del Cluj, meter una canasta cayéndose al suelo mientras le sacaba a falta al propio Jones, mas falló el tiro libre. Sin embargo, como queriendo subsanar su anterior metedura de mano, Lammers se se erigió coloso para hacerse con el rebote y sacarle la falta a Cate. Erró el primer lanzamiento pero metió el segundo, y con empate a 98 le quedaba un ataque por delante al Cluj, que apuró hasta el final para que Jones errara un triple sobre la bocina y el partido se fuera a la prórroga.

En el tiempo extra el partido se puso de cara para los visitantes, que arañaron un 0-5 para ponerse 102-105. Albicy seguía en modo estelar para empatar, pero después erró dos tiros libres que Mejeri aprovechó para el 105-109. Por ahí seguía pululando Brussino, el mejor de los suyos por enésima vez, clavando dos triples primero para empatar a 108 y después, a 111. En la agonía final, un palmeo de Cate, soberbio partido el suyo, metió la victoria en el equipaje de vuelta a Rumanía.

Continúan así las malas vibraciones europeas del Gran Canaria, que hoy tenía la oportunidad de asegurar el factor cancha y quedar al menos segundo pero, de momento, se debe conformar con ser tercero. Esta noche, cuando pudo no quiso y cuando realmente lo deseó, acabó resultando imposible. Si acaba quedando tercero, falta una jornada, jugaría los octavos, a partido único, en la Isla. Si pasara a cuartos, probablemente tendría que jugarse las semifinales allende el Atlántico. Quedar segundo le metía directamente en cuartos. Era el otro premio gordo.

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