El Zaragoza, rey del Príncipe
Spissu lidera un nuevo triunfo en casa, donde llevan cinco de cinco. El Bilbao Basket, muy mal en el primer y último cuartos.
Entre un equipo que entona la marcha triunfal cada vez que juega en casa y otro que a domicilio se muestra endeble como la mantequilla asomada a un volcán sólo podía salir cara para el primero y cruz para el segundo. El Casademont Zaragoza anunciaba en la previa del Príncipe Felipe que Spissu, una de sus referencias, estaba tocado. El italiano al final saltó al parqué y de qué manera, metiendo de fuera, alguna canasta casi desde el Pilar, y asistiendo como un mago. Cinco de cinco para los aragoneses en su feudo y tercera derrota seguida en la ACB para los ‘hombres de negro’, la serie más larga del año en la competición doméstica. Y lo peor es que no se advierte el final de esta caída. El problema es la imagen preocupante, porque el equipo se bloquea, no encuentra respuestas mentales cuando la cosa se tuerce.
“Disgustado por el poco carácter que estábamos mostrando en el primer tiempo, tiene que ser más fuerte por lo que representamos". Cuando un entrenador habla así es que la cosa está fea. Y eso que Ponsarnau suele ser muy comedido. Mantiene que saldrán del atolladero con respuestas colectivas, pero éstas no llegan, solo fogonazos individuales. Pueden tomar ejemplo del contrincante de hoy: seis jugadores con 10 de valoración o más.
El Bilbao Basket se llevó un buen batacazo ante el Joventut y acogió el parón por la Ventana FIBA con sumo gusto, para que los jugadores, en desbandada hacia sus selecciones, se olvidaran de la pena. La vuelta ha sido calamitosa. La entrada en juego en Zaragoza resultó decepcionante e inadmisible. Casualmente los únicos que no tenían compromisos con sus selecciones eran los norteamericanos, más el lesionado Rabaseda, podría decirse que se han machacado estos días, pero es que ni comparecieron en el Príncipe Felipe.
Porfi Fisac empezó incidiendo con Bango, cuya movilidad torturó a Hlinason. Es que el angoleño retaba al gigante islandés de cara y en velocidad, lo normal, pero hasta se atrevía donde casi nadie lo hace: posteando, de espaldas a un palmo del aro. Luego tomó el relevo por fuera Yusta, que llegaba engrandecido tras su paso por La Roja ante Eslovaquia.
Spissu empezó pronto con el recital: un triple del italiano puso el 23-13 en el último minuto del primer acto. El rebote, eterno problema del Surne, alimentaba las segundas opciones de los maños. El Bilbao Basket atacaba estático, en la periferia, a siete metros del aro, sin ningún filo. Y su defensa le condenaba sin remisión, ya que permitía una bandeja tras otra.
RESUMEN
71 - Surne Bilbao Basket (15+12+27+17): Frey (2), Abdur-Rahkman (3), Dragic (14), De Ridder (10), Hlinason (7) -cinco inicial- Rubén Domínguez (5), Gielo (13), Jones (2), Pantzar (4), Sylla (1) y Kullamae (10).
Árbitros: Perea, Torres y Fernández. Sin exclusiones por personales.
Incidencias: partido correspondiente a la novena jornada de la Liga Endesa disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante 6.297 espectadores.
El Zaragoza encontraba distintos referentes. Slaughter, por ejemplo, se sumó a la causa. Se fue hasta los 16 de ventaja casi sin esfuerzo ni inspiración, solo por las facilidades que otorgaba el rival (39-23). Pantzar no era el de otras tardes y Dragic intentaba mantener la nave a flote a base de penetraciones. Cerraron el primer período con un 28 por ciento de acierto en el tiro.
El descanso permitió cerrar filas a los vascos. Se propusieron empezar a defender y eso fue determinante, porque les activó en ataque. Frente a la ceguera de los primeros 20 minutos, hubo más claridad de ideas y Gielo, de vuelta a Zaragoza tras un paso efímero la temporada pasada, demostró desde los disparos de tres que el equipo tenía un mejor tono en ambos lados de la pista. En ese tercer acto metieron 27 puntos, los mismos que en todo el primer tiempo. Al final del mismo se pusieron a dos, 56-54. Variaban los ataques, conectaban con Hlinason, pisaban la pintura y la actividad atrás les permitía tener más ritmo y transiciones para encarar la canasta contraria. Pero la remontada no se culminó, no se sabe si por falta de fuerza, de convencimiento o personalidad, o las tres juntas.
Los colegiados mostraron su tinte casero con un par de acciones, una con técnica a Ponsarnau. El caso es que los malos finales del Bilbao Basket volvieron a saltar a la palestra en el Príncipe Felipe. Fisac puso a sus dos cincos Dubljevic y Bango, y acertó dando la dirección y la búsqueda de puntos a Spissu. Bell-Haynes tomó las riendas y el final fue muy plácido. Con solo diez minutos buenos no se gana a nadie hoy en día, el regalo de los otros 30 destroza a cualquiera. El Zaragoza es el rey del Príncipe y duerme calentito en zona playoff.
Fisac: “Ha sido fundamental que Bilbao no culminara su remontada”
Porfirio Fisac destacó que para lograr la victoria fue fundamental que cuando su rival se acercó en el marcador, no fuera capaz de culminar la remontada. “Cuando te remontan y se te ponen por encima te hacen daño, pero no ha sido el caso. Ha sido fundamental para ganar que no hayan remontado”, destacó.
Explicó que había sido ese tipo de encuentro que enfrenta a dos equipos que luchan en misma competición europea y que tienen objetivos parecidos en ACB. “Hemos dominado el rebote, ellos en el tercer cuarto han estado muy bien con transiciones y anotaciones y luego hemos vuelto a marcar la pauta. Además, los dos ‘cincos’ en pista nos han dado el equilibrio físico que queríamos contra ellos”, analizó.
Preguntado por la posibilidad de luchar por estar entre los ocho primeros de la clasificación en la primera vuelta, señaló que le faltaban 5 victorias “para poder soñar". “Cada partido es una batalla y en casa es un orgullo jugar. Si queremos luchar por algo más que por evitar el descenso necesitamos ganar algún partido fuera”, destacó.
El segoviano consideró que el hecho de que seis jugadores de su equipo hubieran valorado 10 o más créditos en el encuentro significaba que habían hecho “un buen trabajo colectivo” y a este respecto destacó al más valorado del encuentro, el base Marco Spissu (26 créditos), del que ha resaltado que había hecho su mejor partido desde que está en el Casademont Zaragoza.
Ponsarnau: “Nos ha faltado fuerza para seguir remontando”
Ponsarnau señaló tras la derrota de su equipo que les faltó fuerza para continuar la remontada que habían iniciado. “La gente que ha entrado para dar refresco en el último cuarto no nos ha aguantado el tono y al devolver a jugadores que habían estado muchos minutos ha faltado fuerza. La ventana FIBA no nos ha venido bien porque hemos tenido jugadores que han jugado muchos minutos y otros que nada y eso nos ha condicionado, pero desde la autoexigencia tenemos que encontrar un poco más de carácter”, señaló en rueda de prensa.
El preparador de Tàrrega explicó que su equipo había empezado el partido con “un tono equivocado” y que su rival sí lo había hecho bien, además de tener más eficiencia. “Cuando hemos empezado a entender cómo jugar contra su defensa hemos estado desacertados y hemos tenido muchos lastres mentales”, apostilló.
Para el técnico del conjunto bilbaíno haber llegado al descanso perdiendo por 12 puntos había sido una oportunidad: “El descanso nos ha dado fuerza y mentalidad, se ha entendido el tono y hemos recuperado, pero nos ha faltado alguna canasta más para cambiar el marcador y ahí el Zaragoza ha jugado muy bien en ese momento. Con dos grandes ha encontrado la forma de atacar y de defender y siempre tenía segunda opción porque su rebote ofensivo ha sido determinante".
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