El Valencia remonta a todo trapo
El ritmo endiablado de los taronja y su superioridad en el rebote doblegan a un valiente Bilbao Basket.
Pedro Martínez ha regresado a Valencia con su filosofía del juego huracanado entre canastas, y La Fonteta lo vive con pasión, se divierte. No es fácil para los equipos ajenos a la esfera Euroliga aguantar el ritmo que proponen, un aleteo furibundo que incendia la pista con esa idea de llegar, tirar al segundo o tercer pase y cargar con bravura el rebote si no entra. Al Bilbao Basket le encandilaba ese baloncesto y jugó a eso mismo todo el tiempo que le permitieron sus pulmones y sus piernas. Es encomiable querer ganar a semejante rival con sus armas, pero la patente está del otro lado y el triunfo sonrió a esa parte. Era una actitud valiente la del Surne, pero en estos casos el agua siempre se suele escapar por alguna grieta, esta vez fue por la del rebote: 27-48 en totales y 6-22 en los ofensivos, pero, claro, en estos no solo influyen los hombres grandes, ya que tiran desde tan lejos tantas veces que salen muy largos y van hacia el perímetro. Porque sí, el Valencia va a 200 por carreteras en las que muchas veces otros equipos circulan en tercera marcha, pero cuando lo manda el guion, se paran en seco a castigar los errores ajenos como nadie.
Parecía que según se fuera acercando el final se encendería el piloto de la reserva vasco y tendría el equipo que ir a pedales en el último cuarto porque la gasolina se iba quemando a todo trapo en los tres actos previos. Pero hubo partido hasta el minuto 40 por un espíritu indomable de los vizcaínos. El Valencia Basket tomó Miribilla remontando en la segunda parte a un Surne que hizo una primera parte de matrícula de honor y que pagó algunos errores y unos minutos de desacierto en la última manga, pero que no cejó de luchar hasta el final, cuando dejó escapar el primer triunfo esta temporada en Miribilla. Los taronja apretaron el acelerador, con una defensa mucho más agresiva, y siguen con su buena racha, cuarta victoria seguida en ACB y octava entre esta y Europa. La mala noticia es que Pradilla acabó tocado, con algún problema muscular.
Martínez no pudo contar con Jovic, por un proceso vírico a última hora, Jones y Filipovic. Podía preocupar la flaca nómina de bases, pero, al contrario. Porque sí llegó Montero, con una fuerte protección en su hombro derecho dolorido. Y fue una bendición para ellos porque estuvo soberbio en esta guerra de a ver quién mete más. Y el que también estaba ahí era De Larrea, un proyecto de jugador con una pinta tremenda. Había un emisario de los Kings espiando al altísimo director de juego. Arrancó con siete puntos en cuatro minutos, con triple, rebote, mate, canasta y tiros libres, más una asistencia y dos rebotes defensivos.
El Bilbao Basket tardó en entrar en combustión, tres minutos. Había una promesa de que Rubén Domínguez jugaría porque se ha ganado minutos ACB en el ámbito europeo y los tuvo mediado el primer acto. Este empezó a dibujar un partido extenuante, ya con ventaja local: 27-26. Era un choque desbocado, precioso para el espectador. Jones entró como un ciclón a ese tren en marcha descontrolado. Una canasta con adicional del norteamericano tras coger un rebote ante un aro pasado fallado de Pantzar puso la máxima diferencia: 36-28. El Valencia estaba desacertado y permitió coger musas a los locales a la carrera. Estos estaban pletóricos en anotación, iban turnándose en cuanto a producción y posteriormente cogió el relevo Kullame con esos instantes divinos que tiene a veces, emulando al escolta que tan inspirado se mostró ante el Madrid: 49-39. Posteriormente Hlinason metió un tiro libre que agrandó algo esa diferencia: 50-39 a 2:45 para descansar.
Pedro Martínez tuvo una bronca sideral con Costello, ya que le echaba en cara que estaba escupiendo triples sin ton ni son, apenas buscaba ventajas y no ponía todo lo que tiene en campo propio. Fue la chispa que encendió al norteamericano. El partido estaba encarrilado para los ‘hombres de negro’, pero con el Valencia siempre hay curvas y momentos inesperados por su juego desenfadado. A falta de 1:50 para el descanso la cosa marchaba con 54-42, tras dos tiros libres de Rahkman. Antes de la bocina de final de segundo cuarto los taronja se gustaron con un 0-7 para acabar 54-49. Ahí empezó a escaparse el asunto para los locales. Por entonces, en esos 20 minutos, ya había nueve lanzadores de triples en el cuadro levantino y Badio también lanzó el suyo, habría sido el décimo de los once con que comparecieron, e incluso lo anotó, al final del primer acto, pero estaba fuera de tiempo.
Martínez cambió la estrategia y empezó a jugar por dentro, canastas más factibles cerca del aro. Costello salió enrabietado en la segunda parte. Un triple suyo puso por delante a los visitantes: 72-73. Matt cerró el puño con un gesto cómplice hacia su entrenador. Asunto solucionado. El Valencia endureció mucho su defensa y el trío arbitral cambió el criterio, poniendo el listón de las personales más bajo, algo que desesperó a los ‘hombres de negro’. Nadie se puede creer que sea un equipo que haga tantas faltas como para consentir 30 tiros libres de su rival. Gielo mantuvo a los suyos en un instante en el que se estaban acumulando los fallos por la intensidad y la ansiedad. La tensión crecía y Kullamae y Badio recibieron una técnica. De todos modos, los vizcaínos, a lomos de Rahkaman, no le perdieron la cara al choque en ningún instante, aunque las cosas les empezaban a salir mal. Kullamae y De Ridder se molestaron sin querer en la pelea por un balón y Pradilla, el más listo de la clase, pasaba por ahí y desde el suelo atenazó la pelota suelta e hizo un dos más uno. De todos modos, había que matarlos seis veces, estaban tres abajo, a una canasta a 24 segundos para acabar. Pero Montero está acostumbrado a gozar en este tipo de colofones. Hasta ahí. El Valencia ya es segundo en solitario tras el Unicaja. Y los dos amigos, Ponsarnau y Martínez, primero y ayudante en el título ACB en La Fonteta en 2017, se fueron a cenar juntos.
Ponsarnau: “Nos han destrozado con el rebote ofensivo”
Ponsarnau dijo que una de las claves de la derrota fue que les faltó “habilidad” para reducir los 22 rebotes ofensivos que capturó el equipo taronja. “Nos han destrozado con el rebote ofensivo”, admitió el técnico de los ‘hombres de negro’, quien señaló que esa faceta del juego “perjudicó la capacidad competitiva” de su equipo y por ello consideró “merecida” la victoria de su rival.
“Ellos son muy buenos en el rebote y nos han hecho mucho daño castigando esa falta de habilidad. Lo intentamos hasta el final. Este partido seguro que nos dará para aprender”, añadió el técnico catalán, satisfecho, no obstante, de que el Surne Bilbao ha “competido los cinco partidos” de Liga Endesa.
En ese sentido, apuntó que “el objetivo es ganar partidos y para conseguirlo lo primero es ser competitivo”. “Y nosotros lo fuimos en todos los partidos. En global igual nos sobran 20 minutos, el resto jugamos muy bien”, dijo. Sobre el partido destacó que el primer cuarto fue “muy bonito, precioso para el espectador” con dos equipos “desbocados en ritmo y velocidad”.
“En el segundo cuarto, aprovechando que han tenido más desacierto en el triple, encontramos ritmo e inspiración de varios jugadores. En la segunda parte atacamos bien su defensa, pero estuvimos desacertados y ellos, cuando no acertaban, nos destrozaban con el rebote”, incidió.
Pedro Martínez: “Estamos contentos, hemos sacado un partido muy difícil”
Pedro Martínez dio “mucho mérito” a la victoria conseguida en Miribilla frente al Bilbao Basket (98-103) por haberlo logrado frente a un rival “tácticamente fantástico tanto en defensa como en ataque”. “Estamos muy contentos porque hemos sacado un partido muy difícil. Le doy mucho mérito por haberlo conseguido contra un equipo tan engrasado que no te da nada. Es increíble como juega Bilbao Basket y el staff técnico que tiene, toda mi admiración. Es la primera vez que gano en esta pista contra este entrenador”, destacó Martínez sobre su “amigo” Jaume Ponsarnau, con el que desveló que iría a cenar esta noche en Bilbao.
Acerca del partido, el técnico del conjunto taronja señaló que “en general los ataques dominaron a las defensas” y cree que fue clave que el momento “muy malo” que tuvieron en el segundo cuarto no acabara castigado con una desventaja superior a los cinco puntos con los que llegaron al descanso, que hubiese sido “lo normal”.
“Ni tan mal. Y en la segunda parte hemos ajustado mejor la defensa y a partir de ahí no hemos recibido tantas canastas fáciles. En ataque hemos jugado muy bien todo el partido”, destacó Martínez.
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